Arranca el XIVº Congreso Católicos y Vida Pública
Marcelino Oreja: «Existe una crisis de fe, pero permanecen vivos los estratos más profundos»
El ex ministro de Asuntos Exteriores advirtió del riesgo de que la mentalidad de «increencia difusa» alcance también a los cristianos.
Este viernes fue inaugurado el XIVº Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU bajo el lema Un nuevo compromiso social y político. Del Concilio Vaticano II a la Nueva Evangelización.
"Inmoral y antidemocrático"
En la primera conferencia, y desde el privilegio que le otorga su experiencia de primera mano en lo que respecta a la evolución de las relaciones entre Iglesia y Estado en España, el ex ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja Aguirre elogió la actitud constructiva de la Iglesia, cuya actitud en democracia ha sido “proponer sin imponer”. Sólo ha interpuesto una actitud de “oposición” ante proyectos que pretendían “convertir en leyes para todos” propuestas que colisionaban con las convicciones más irrenunciables. En esta línea, apostilló que “negar a la Iglesia legitimidad para su expresión es inmoral y antidemocrático”.
También analizó el contexto en que los creyentes tienen que desenvolverse en la actualidad. La fe se ve obligada a convivir con un clima de “increencia difusa, ateísmo explícito e ideologías con cierta pretensión religiosa”. Un ambiente que amenaza con ser disolvente para las convicciones de los propios creyentes, ya que es apreciable en nuestros días cómo estas concepciones han conseguido “impregnarse difusamente, alcanzando incluso la opinión vacilante de algunos católicos”.
Presentado el panorama, Oreja llamó a los católicos a la “renovación de la fe”, lo que, a su parecer, “es hoy el gran desafío de la Iglesia”. No se mostró del todo pesimista al respecto, pues, como ha observado, “si es cierto que existe una crisis de fe, también lo es que permanecen vivos los estratos más profundos”.
Esperanza de cambio
La ponencia de Oreja sucedió al acto de inauguración del Congreso, en el que el nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, apeló a la implicación del laicado en la tarea de la Nueva Evangelización. El laico vive entre “los órdenes espiritual y temporal", es decir, “es fiel y ciudadano y debe comportarse en ambos órdenes siempre con una conciencia cristiana. Desempeñando su profesión contribuyen a la santificación del mundo desde dentro”.
El derecho a ser católico
Con respecto a las situaciones de necesidad que las personas están experimentando con motivo de la crisis económica, Fratini recordó aludió a la conversión que la privación de lo material opera en las personas: “Hay que pensar que la pobreza cambia a las personas, les hace entender su debilidad y conduce a Cristo”.
Previamente a las palabras del nuncio, el presidente de la Acción Católica de Propagandistsa y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero, proclamó el objetivo principal de esta nueva edición del Congreso: “Reforzar nuestro compromiso como católicos, pues es mucho lo que podemos aportar a la sociedad”.
El católico quiere involucrarse en los problemas de su tiempo en pie de igualdad: así lo manifestó el director general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Raúl Mayoral, al asegurar que los “católicos no piden privilegios sino el derecho a ser católico y a ayudar a la sociedad a ser mejor. En ningún sitio está escrito que para ser buenos ciudadanos haya que renegar de Dios”.
El director del Congreso, Rafael Ortega, y el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, participaron también en el acto de inauguración.
"Inmoral y antidemocrático"
En la primera conferencia, y desde el privilegio que le otorga su experiencia de primera mano en lo que respecta a la evolución de las relaciones entre Iglesia y Estado en España, el ex ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja Aguirre elogió la actitud constructiva de la Iglesia, cuya actitud en democracia ha sido “proponer sin imponer”. Sólo ha interpuesto una actitud de “oposición” ante proyectos que pretendían “convertir en leyes para todos” propuestas que colisionaban con las convicciones más irrenunciables. En esta línea, apostilló que “negar a la Iglesia legitimidad para su expresión es inmoral y antidemocrático”.
También analizó el contexto en que los creyentes tienen que desenvolverse en la actualidad. La fe se ve obligada a convivir con un clima de “increencia difusa, ateísmo explícito e ideologías con cierta pretensión religiosa”. Un ambiente que amenaza con ser disolvente para las convicciones de los propios creyentes, ya que es apreciable en nuestros días cómo estas concepciones han conseguido “impregnarse difusamente, alcanzando incluso la opinión vacilante de algunos católicos”.
Presentado el panorama, Oreja llamó a los católicos a la “renovación de la fe”, lo que, a su parecer, “es hoy el gran desafío de la Iglesia”. No se mostró del todo pesimista al respecto, pues, como ha observado, “si es cierto que existe una crisis de fe, también lo es que permanecen vivos los estratos más profundos”.
Esperanza de cambio
La ponencia de Oreja sucedió al acto de inauguración del Congreso, en el que el nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, apeló a la implicación del laicado en la tarea de la Nueva Evangelización. El laico vive entre “los órdenes espiritual y temporal", es decir, “es fiel y ciudadano y debe comportarse en ambos órdenes siempre con una conciencia cristiana. Desempeñando su profesión contribuyen a la santificación del mundo desde dentro”.
El derecho a ser católico
Con respecto a las situaciones de necesidad que las personas están experimentando con motivo de la crisis económica, Fratini recordó aludió a la conversión que la privación de lo material opera en las personas: “Hay que pensar que la pobreza cambia a las personas, les hace entender su debilidad y conduce a Cristo”.
Previamente a las palabras del nuncio, el presidente de la Acción Católica de Propagandistsa y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero, proclamó el objetivo principal de esta nueva edición del Congreso: “Reforzar nuestro compromiso como católicos, pues es mucho lo que podemos aportar a la sociedad”.
El católico quiere involucrarse en los problemas de su tiempo en pie de igualdad: así lo manifestó el director general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Raúl Mayoral, al asegurar que los “católicos no piden privilegios sino el derecho a ser católico y a ayudar a la sociedad a ser mejor. En ningún sitio está escrito que para ser buenos ciudadanos haya que renegar de Dios”.
El director del Congreso, Rafael Ortega, y el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, participaron también en el acto de inauguración.
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