Lunes, 23 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El rey se puso muy triste

ReL

Si 47,2-13

Como la grasa es lo mejor del sacrificio,
así David es el mejor de Israel.
Jugaba con leones como con cabritos,
y con osos como con corderillos;
siendo un muchacho mató a un gigante,
removiendo la afrenta del pueblo,
cuando su mano hizo girar la honda,
y derribó el orgullo de Goliat.
Invocó al Dios Altísimo,
quien hizo fuerte su diestra
para eliminar al hombre aguerrido
y restaurar el honor de su pueblo.
Por eso le cantaban las mozas,
alabándole por sus diez mil.
Ya coronado, peleó
y derrotó a sus enemigos vecinos,
derrotó a los filisteos hostiles,
quebrantando su poder hasta hoy.
De todas sus empresas daba gracias,
alabando la gloria del Dios Altísimo,
de todo corazón amó a su Creador,
entonando salmos cada día;
trajo instrumentos para servicio del altar
y compuso música de acompañamiento;
celebró solemnemente fiestas
y ordenó el ciclo de las solemnidades;
cuando alababa el nombre santo,
de madrugada, resonaba el rito.
El Señor perdonó su delito
y exaltó su poder para siempre;
le confirió el poder real
y le dio un trono en Jerusalén.

Sal 17,31.47.50. 51

Bendito sea mi Dios y Salvador.

Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor,
él es escudo para los que a él se acogen.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador:
Te daré gracias entre las naciones, Señor,
y tañeré en honor de tu nombre.

Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido,
de David y su linaje por siempre.


Mc 6,14-29

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían:
-«Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él.»
Otros decían:
-«Es Elías.»
Otros:
-«Es un profeta como los antiguos.»
Herodes, al oírlo, decia:
-«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.»

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.

La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»

Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»

Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»

La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»

Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»

El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda