La católica Amy Coney Barrett ya es juez del Supremo de EEUU, tribunal con sólida mayoría provida
El Senado de Estados Unidos confirmó este lunes a Amy Coney Barrett como nueva juez del Tribunal Supremo. Esta mujer católica y madre de siete hijos ocupará de manera vitalicia uno de los 9 asientos del tribunal. En el Senado no hubo sorpresas y recibió 52 votos a favor (de los senadores republicanos) y 48 en contra (todos los demócratas más el de la republicana Susan Collins).
Poco después de su confirmación, Amy Coney Barrett juró el cargo en un acto en la Casa Blanca en el que también estuvo presente Donald Trump, que en este mandato de cuatro años ha logrado elegir a tres jueces del Supremo, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y ocho días antes de las elecciones a Amy Coney Barrett.
Con el nombramiento de Barret, que ha sustituido a la fallecida Ruth Bader Ginsburg, juez progresista y abortista, el Supremo de Estados Unidos tiene en estos momentos una solida mayoría conservadora de 6 a 3, lo cual tendrá una gran importancia cuando lleguen casos relacionados con el aborto, la libertad religiosa y la ideología de género.
Para muchos expertos, el nombramiento de los tres jueces del Supremo puede ser el gran legado de Donald Trump, puesto que al ser cargos vitalicios su influencia va mucho más allá de uno o dos mandatos presidenciales sino que puede durar décadas.
Otro hecho histórico con el nombramiento de Amy Coney Barrett es que con ella son seis de los nueve, los jueces católicos que ocupan asiento en el Supremo. Además de la recién nombrada lo son el presidente del tribunal, John Roberts y los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito, Sonia Sotomayor y Brett Kavanough.
La elección de Barrett es una promesa cumplida por el actual inquilino de la Casa Blanca, quien tanto en 2016 como ahora ha recordado a los electores que con la presidencia también está en juego la capacidad de definir durante decenios la orientación del Tribunal Supremo, dado que los cargos son vitalicios.
Amy Conney Barrett es católica y madre de siete hijos, uno de ellos con síndrome de Down y dos adoptados en Haití. Está vinculada a un grupo carismático, donde su padre ejerce como diácono permanente. Mantiene una sólida posición provida y como jurista forma parte de la corriente originalista, como el juez Antonin Scalia (1936-2016), con quien trabajó. Defiende que la Constitución debe ser interpretada según la voluntad de quienes la hicieron, y que cambiarla, si es preciso, corresponde al poder legislativo, y no a los jueces. La interpretación contraria, que convierte a los jueces de facto en legisladores e intérpretes de la voluntad popular sin haber sido elegidos, es la que ha permitido en las últimas décadas amparar constitucionalmente el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo frente a las leyes estatales contrarias.
La juez Barrett fue atacada por su fe por los senadores demócratas en 2017, durante las audiencias para su confirmación como juez federal. "El dogma vive fuertemente en usted. Y esto es algo preocupante", llegó a decirle la senadora Dianne Feinstein. En esta ocasión, y dado el escándalo que se generó con estas preguntas, los senadores que la han examinado para la Corte Suprema han evitado en la manera de lo posible hablar de su fe, ya conocida por todos los estadounidenses.