Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El mito de Acción de Gracias: los españoles lo celebraron 56 años antes que los peregrinos (o antes)

César Cervera / ABC

Recreación de la fundación de San Agustín de Florida, que incluyó misa -acción de gracias- y un banquete con indios amigos
Recreación de la fundación de San Agustín de Florida, que incluyó misa -acción de gracias- y un banquete con indios amigos
El Día de Acción de Gracias, una de las fiestas más emblemáticas de EE.UU, tiene su origen oficialmente en el año 1621, cuando un grupo de peregrinos (los puritanos ingleses) celebró en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts, el final de la cosecha compartiendo su comida con los indígenas de la zona.

Sin embargo, como han defendido recientemente varios historiadores del estado de Florida, los conquistadores españoles habían protagonizado celebraciones de características similares al menos en 1565 y en 1598, sobre lo que hoy es suelo americano.

El primer asentamiento europeo en Norteamérica [que perduró], San Agustín de Florida, había sido fundado por Pedro Menéndez de Avilés 56 años antes.

[Estrictamente hablando, en el territorio de lo que hoy es EEUU la primera "acción de gracias" conocida, es decir, Eucaristía, la ofició fray Antonio de Montesinos -famoso defensor de los indios- o sus compañeros dominicos en San Miguel de Guadalupe, colonia española establecida en 1526 por Lucas Vázquez de Ayllón, probablemente cerca de donde luego estaría Jamestown; por desgracia, la colonia no prosperó y se desmanteló meses después. Hubo antes otra colonia en Florida, establecida en 1522 por Ponce de León, que también duró pocos meses, y en la que había religiosos, pero no hay textos que aseguren que fueran sacerdotes o celebraran misa. Nota de ReL].

Los estadounidenses han consagrado en su memoria colectiva la llegada de los puritanos ingleses como el génesis de su nación, bajo el sello de una colonización anglosajona, desdeñando así la labor civilizadora y evangelizadora de España desde el sur de los Estados Unidos hasta el mismo corazón del continente. La presencia del Imperio español en el Norte del Nuevo Mundo se remonta a principios del siglo XVI y desmonta muchos de los mitos fundacionales de este país.

La historia convencional de Norteamérica considera punto de origen de su nación la llegada de un barco llamado el «Mayflower» a Plymouth en 1620, donde un grupo de puritanos ingleses –cansados de las supuestas concesiones de su país a la Iglesia Católica– estableció varias colonias permanentes en lo que luego fue conocido como Nueva Inglaterra.

No obstante, sobredimensionar la importancia de aquel episodio ha terminado por solapar una realidad histórica: el primer asentamiento europeo en Norteamérica, San Agustín de Florida, había sido fundado por Pedro Menéndez de Avilés 56 años antes.


Primera comida de Acción de Gracias, en San Agustín, con pedro Menéndez de Avilés, en septiembre de 1565 (Florida Museum of Natural History)

Tras más de medio siglo impidiendo que cualquier otra nación europea se estableciera permanentemente en el continente descubierto por Cristóbal Colón, los españoles vieron una grave amenaza en los planes franceses de levantar una colonia en la zona del norte, explorada desde la llegada hispánica pero sin asentamientos fijos.

Así, un grupo de hugonotes (los calvinistas de Francia) desembarcó en febrero de 1562 en el estuario del río conocido hoy como el St. Johns River y se estableció al sur de Carolina. Sin víveres ni apenas recursos, los pocos supervivientes tuvieron que regresar a Francia al cabo de varios meses. Pero pocos años después, otra expedición francesa mejor preparada consiguió establecerse en Florida, sobre la región actual de Jacksonville, en lo que fue bautizado como Fort Caroline.

Pavo, venado y guiso de cerdo salado
El éxito de la incursión hizo saltar las alarmas en la corte madrileña, desde donde se decidió enviar a uno de sus marinos más prestigiosos, Pedro Menéndez de Avilés.

Tras dispersar la flota francesa y tomar posesión del lugar en nombre del Rey de España el 28 de agosto de 1565, el almirante asturiano se ayudó de la tribu saturiwa –hartos de la presencia gala– para encontrar y atacar el asentamiento hugonote. Con 50 soldados, Menéndez dio caza a los habitantes de Fort Caroline y ordenó algo duramente criticado por toda Europa: ejecutar a todos los prisioneros.

Desde España se justificó la medida, desde el punto de vista legal, como la habitual cuando se capturaban a piratas. Los Reyes españoles consideraban que todo el continente les pertenecía por derecho y cualquier intrusión estaba considerada piratería.

Solo un mes después de la fundación de San Agustín, Pedro Menéndez de Avilés celebró una comida muy parecida a lo que se conmemora por Acción de Gracias en honor a sus aliados saturiwas. El menú probablemente incluyó pavo, venado y guiso de cerdo salado. Además, europeos y nativos asistieron después a una solemne misa.

[Si "acción de gracias" incluye dar gracias a Dios e invitar a comer a indios amigos, y que ellos aporten también comida, problemente esta ceremonia un mes después de la fundación puede contabilizarse como tal. Pero el mismo día del desembarco el 8 de septiembre de 1565 el padre Francisco López de Mendoza Grajales celebró misa solemne con toda la expedición y asistieron "gran cantidad de indios que imitaban lo que hacíamos", según escribió. Esa misa podría ser señalada como otra "acción de gracias" previa. Nota de ReL]

Otra fiesta en 1598 junto al Río Grande
La colonia de Plymouth ni siquiera era la primera fundada por ingleses en el norte del continente
A finales de siglo, en 1598, el explorador español Juan de Oñate organizó una gran celebración en las orillas del Río Grande, también con miembros de tribus nativas, después de liderar a los colonos en una ardua caminata de 563 kilómetros por el desierto mexicano.

Un episodio histórico muy parecido al organizado 23 años después, en 1621, por los 50 colonos ingleses llamados «pilgrims» (peregrinos), que compartieron su comida con sus vecinos, los amigables indios Wampanoag. En ambos casos se trataron de encuentros entre civilizaciones muy distintas con el objeto de agradecer a Dios que seguían vivos a pesar de su lucha desigual contra los elementos.

Sin embargo, hay que recordar que la colonia de Plymouth ni siquiera era la primera fundada por ingleses en el norte del continente. En 1583, la Reina Isabel I de Inglaterra autorizó al pirata Sir Walter Raleigh a fundar una colonia al Norte de Florida, a la que llamó Virginia.

Fue en esta tierra donde otro grupo de peregrinos y de indios compartieran una comida dos años antes que en Plymouth. Lo que ha llevado a muchos historiadores estadounidenses a defender que fue en Virginia donde se celebró por primera vez la festividad.

De hecho, la compañía de Londres que envió a estos peregrinos, al enterarse del acto de fraternidad entre civilizaciones, ordenó que la fecha se marcase como la celebración anual de Acción de Gracias.
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