De dueño de Subway a pastor de almas: el nuevo obispo auxiliar de Los Ángeles con orígenes melquitas

El Vaticano anunció hace una semana el nombramiento de cuatro obispos auxiliares para la Archidiócesis de Los Ángeles (EE.UU), uno de ellos con una historia eclesial muy inusual.

El obispo electo Albert Bahhuth fue bautizado, confirmado y recibió la Primera Comunión en el Líbano, como miembro de la Iglesia Católica Melquita, una Iglesia católica oriental con aproximadamente 300.000 miembros en el Líbano y 1,5 millones en todo el mundo.

Químico y propietario

Según su biografía, Bahhuth llegó a los EE. UU. a finales de 1970 y se convirtió en ingeniero químico y luego en propietario de dos tiendas de sándwiches Subway. Después de un período de discernimiento, Bahhuth entró en el seminario diocesano de Los Ángeles en 1991 y fue ordenado sacerdote en 1996, convirtiéndose en vicario general de la archidiócesis más grande del país.

Antes de ser sacerdote de Los Ángeles, Bahhuth necesitó pasar a ser católico latino. Y lo hizo tres años antes de su ordenación sacerdotal, cuando transfirió su adscripción ritual de la Iglesia Católica Melquita a la Iglesia Católica latina.

El portal The Pillar ha analizado cómo se puede pasar de una iglesia católica a otra y en qué casos se suele permitir. Lo primero es explicar qué es exactamente un melquita. La Iglesia Católica es en realidad una comunión de Iglesias conectadas, 24 en total, cada una con su propia jerarquía, jurisdicción espiritual, tradiciones litúrgicas, cultura y costumbres.

Están unidas por una fe común en las enseñanzas de la Iglesia, junto con una unidad sacramental y una fidelidad común al Papa como cabeza de la Iglesia. La más grande de todas ellas es la Iglesia Católica Latina, generalmente llamada Iglesia Católica Romana.

La Iglesia Católica es en realidad una comunión de Iglesias conectadas, 24 en total. En la foto: el líder de los melquitas con el Papa. 

Pero hay entre 16 y 18 millones de católicos que son miembros de las otras 23 iglesias de la comunión católica; generalmente se les llama católicos orientales e incluyen iglesias como la Iglesia católica ucraniana, la Iglesia católica maronita, la Iglesia católica caldea en Oriente Medio, la Iglesia católica etíope y la Iglesia católica de Eritrea, ambas en África.

Cada una de esas iglesias tiene sus propios obispos y parroquias, y están encabezadas por un pastor —el patriarca, el arzobispo mayor o un metropolitano— que mantiene comunión jerárquica con el obispo de Roma, el Papa.

Entre esas iglesias se encuentra la Iglesia Católica Melquita, que ha sido formalmente parte de la comunión católica desde 1724. La Iglesia Melquita nace en Antioquía —sus raíces se remontan a los cristianos de esta ciudad, quienes tradicionalmente fueron evangelizados por San Pedro, antes de que fuera a Roma—.

Esta Iglesia oriental refleja la historia del Imperio Otomano y sus miembros son católicos del Líbano, Egipto, Palestina y otros países. Su espiritualidad, en cambio, tiene influencia de los cristianos bizantinos griegos.

Los melquitas y las otras 22 iglesias —por supuesto la romana— son católicas, cuyos líderes tienen comunión formal con el Obispo de Roma, a quien reconocen como sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo en la Tierra. Si bien sus formas de hacer liturgia y teología son diferentes a las de la Iglesia católica latina.

Una diferencia es que están sujetos al liderazgo y autoridad de sus propias jerarquías eclesiásticas, en comunión con el Papa, más que al obispo católico latino local.

Cuando el obispo Bahhuth llegó a EE. UU. y comenzó a asistir a una parroquia católica latina, no se convirtió en católico latino. Una persona es inscrita a una Iglesia particular sui iuris en el momento del bautismo. Por lo general el bautizado se adscribe a la Iglesia en la que se bautiza, aunque el factor determinante tenga que ver con los padres.

Si los padres de un niño son católicos latinos, el niño bautizado será católico latino. Si uno de los padres es católico latino y el otro es católico oriental, el niño será católico latino, si están de acuerdo en eso, si no lo están, el niño se adscribirá por defecto a la Iglesia del padre.

Si ambos padres son católicos orientales, por ejemplo, uno melquita y el otro maronita, el niño será inscrito en la Iglesia del padre por defecto, o en la Iglesia de la madre si ambos padres lo solicitan libremente.

¿Cuándo se cambia de iglesia?

Cuando una persona es adscrita a una Iglesia particular sui iuris pertenece a esa Iglesia incluso si no acude nunca. Podría darse el caso de que un católico ucraniano asista a una parroquia católica latina cercana, o un católico latino asista durante años a una parroquia católica eritrea local y, a menos que una persona se traslade formalmente de una iglesia a otra, seguirá perteneciendo a la iglesia de su bautismo.

Una persona puede solicitar una "transferencia de adscripción ritual" de una Iglesia católica a otra, como hizo el obispo electo Bahhuth el 30 de noviembre de 1993. Hay algunas situaciones en las que una persona puede hacerlo fácilmente: si se ha casado con un católico oriental, por ejemplo, un católico latino puede declarar una transferencia a la Iglesia del cónyuge.

La mayoría de las veces, las transferencias requieren el permiso del Vaticano. Pero la ley crea una especie de atajo. Si una persona quiere trasladarse de una iglesia sui iuris a otra, el derecho canónico permite prescindir del permiso del Vaticano, siempre que el obispo de la Iglesia que deja y el obispo de la Iglesia a la que ingresa estén de acuerdo con el traslado.

Algunas personas transfieren su adscripción ritual, como lo hizo el obispo electo Bahhuth, para ingresar a un instituto religioso o recibir formación sacerdotal en otra Iglesia católica. Otros se trasladan en el momento del matrimonio, o debido a su larga práctica en una Iglesia particular sui iuris.

En los EE. UU., la Iglesia latina alienta a los católicos orientales a permanecer adscritos a sus iglesias, incluso si acuden generalmente a una parroquia católica latina. Muchos católicos orientales en el país comienzan a practicar en parroquias católicas latinas, ya sea porque su propia Iglesia no lo hace, no tienen una parroquia cercana, o porque se identifican más con la cultura católica latina predominante.

Eso apunta a un importante fenómeno de "latinización" de los católicos orientales que viven en los EE. UU. y en otros países occidentales. Algunos líderes orientales han lamentado que los miembros de su comunidad hayan cambiado gradualmente su identidad y práctica religiosa a la mucho más grande Iglesia católica latina en los Estados Unidos.

A fines del siglo XIX, el Papa León XIII instó a respetar la práctica litúrgica y la espiritualidad católica oriental, y un decreto del Concilio Vaticano II confirmó lo mismo. Los católicos orientales se han tenido que enfrentar a serias dificultades en los EE. UU. La más famosa tuvo lugar cuando el obispo John Ireland, en el siglo XIX, prohibió el clero católico oriental, lo que llevó a un gran grupo de católicos orientales a abandonar la Iglesia.

En 2023 los melquitas celebran 300 años de comunión con Roma.

Las iglesias católicas orientales en los EE. UU. se enfrentan actualmente a una disminución general de sus miembros. Sin embargo, algunas iglesias católicas orientales en los EE. UU., incluida la iglesia melquita, han experimentado un crecimiento en los últimos años, en parte por la evangelización de los no católicos.