Minutos de incertidumbre captados por un fotógrafo
Angustiosas imágenes de los esfuerzos por salvar la vida a un niño de 5 meses en plena autopista
El fotógrafo Al Díaz, del Miami Herald, ganador de varios galardones en su profesión, ha logrado unas instantáneas dramáticas que ciertamente pueden servirle para recibir algún premio más.
Sucedió este jueves, aproximadamente a las 14.30 horas, en la autopista 836 (también conocida como Dolphin), en Florida, cuando Pamela Rauseo, de 37 años, detuvo su vehículo para pedir ayuda. Al Díaz fue de los primeros en verla y paró justo detrás.
La mujer gritaba, con un niño en brazos, que el pequeño no podía respirar. Se trataba de su sobrino Sebastián, de cinco meses, que nació prematuro y con problemas respiratorios. Justo en ese momento sufría un ataque y se estaba poniendo azul.
Pamela estaba desesperada. "¡Mi hermana me lo había confiado!", exclamó después ante los periodistas... y se le moría en las manos.
Varios conductores acudieron a echar una mano, como Lucila Godoy, quien para ello dejó incluso a su hijo de 3 años en el coche.
Mientras su tía le hacía a Sebastián el boca a boca, Al localizó a un policía cercano, Amauris Bastidas, quien corrió para turnarse con Lucila en las maniobras de reanimación del bebé, quien estaba ya inconsciente.
Entre Pamela, Lucila y Amauris lograron aparentemente sacar al pequeño adelante, mientras Al captaba para la posteridad el dramatismo de la escena. "Le alcé, lo moví arriba y abajo... y empezó a respirar y a llorar", contó luego el policía. Pero Sebastián entró otra vez en parada cardiorrespiratoria y tuvieron que volver a empezar.
En ese momento llegaron dos bomberos alertados por radio y que casualmente se encontraban un poco más atrás en la autopista, el capitán Anthony Trim y el teniente Álvaro Tonánez, quien asumió la reanimación y se aseguró de que las vías estaban libres.
El niño jadeaba con dificultad cuando llegó otra unidad de bomberos, que finalmente lo llevó al Jackson Memorial Hospital, donde por la noche quedó ya en situación estable.
Un final feliz para una historia que mantuvo en vilo hasta el último instante a todos sus protagonistas.
Sucedió este jueves, aproximadamente a las 14.30 horas, en la autopista 836 (también conocida como Dolphin), en Florida, cuando Pamela Rauseo, de 37 años, detuvo su vehículo para pedir ayuda. Al Díaz fue de los primeros en verla y paró justo detrás.
La mujer gritaba, con un niño en brazos, que el pequeño no podía respirar. Se trataba de su sobrino Sebastián, de cinco meses, que nació prematuro y con problemas respiratorios. Justo en ese momento sufría un ataque y se estaba poniendo azul.
Pamela estaba desesperada. "¡Mi hermana me lo había confiado!", exclamó después ante los periodistas... y se le moría en las manos.
Varios conductores acudieron a echar una mano, como Lucila Godoy, quien para ello dejó incluso a su hijo de 3 años en el coche.
Mientras su tía le hacía a Sebastián el boca a boca, Al localizó a un policía cercano, Amauris Bastidas, quien corrió para turnarse con Lucila en las maniobras de reanimación del bebé, quien estaba ya inconsciente.
Entre Pamela, Lucila y Amauris lograron aparentemente sacar al pequeño adelante, mientras Al captaba para la posteridad el dramatismo de la escena. "Le alcé, lo moví arriba y abajo... y empezó a respirar y a llorar", contó luego el policía. Pero Sebastián entró otra vez en parada cardiorrespiratoria y tuvieron que volver a empezar.
En ese momento llegaron dos bomberos alertados por radio y que casualmente se encontraban un poco más atrás en la autopista, el capitán Anthony Trim y el teniente Álvaro Tonánez, quien asumió la reanimación y se aseguró de que las vías estaban libres.
El niño jadeaba con dificultad cuando llegó otra unidad de bomberos, que finalmente lo llevó al Jackson Memorial Hospital, donde por la noche quedó ya en situación estable.
Un final feliz para una historia que mantuvo en vilo hasta el último instante a todos sus protagonistas.
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