El joven héroe Kendrick Castillo, que evitó una matanza en mayo, Caballero de Colón a título póstumo
El pasado 7 de mayo, el joven Kendrick Castillo, de 18 años, evitó una matanza en la STEM School de Highlands Ranch, un barrio de Denver (Colorado). Dos individuos dispararon e hirieron a ocho personas, pero él se abalanzó sobre uno de ellos para impedir que continuasen, reteniéndole hasta que otros alumnos le ayudaron a desarmarlo. Pero ya había recibido un disparo mortal en el pecho. Fue el único fallecido en el incidente.
Ha coincidido que en la semana posterior a las matanzas de El Paso (Texas) y Dayton (Ohio) los Caballeros de Colón, asociación a la que pertenecía su padre, le hayan homenajeado por aquellos hechos, que guardan un parecido con la intervención del joven católico español Ignacio Echeverría en un atentado islamista el 3 de junio de 2017 en Londres.
El martes, durante su convención en Mineápolis (Minesota), fue nombrado Caballero de Colón a título póstumo y le otorgaron por aclamación la Medalla de la Caridad, la segunda condecoración más importante que conceden, que recibieron sus padres, John y María. "Kendrick quería unirse a los Caballeros de Colón para parecerse a nosotros. Con vuestra ovación, le habéis dicho al mundo que nosotros queremos ser como él", proclamó el presidente de los Knights of Columbus, Carl Anderson.
En los 137 años de existencia de la importante organización católica norteamericana, hay muy pocos casos de una concesión a título póstumo de esta naturaleza. "Este premio reconoce a quienes asumen más intensamente el principio de Caridad de nuestra Orden con su servicio y sacrificio por los demás", añadió Anderson.
John Castillo, padre de Kendrick y Caballero de Colón, se dirigió a los presentes muy emocionado al recibir los homenajes en nombre de su hijo.
En esa idea abundó el padre de Kendrick, John Castillo, durante su alocución al recibir ambas distinciones. "Al caminar por la vida, solo recordad esto: sed como Kendrick, sed generosos", dijo: "Me gustaría decir que le enseñé esas cosas a Kendrick. Y algunas cosas le enseñé, pero en realidad él fue el ángel que salvó mi vida, quien me enseñó cómo vivir. Nunca le olvidaré". El joven era una persona muy entregada a todos y reconocido por esa cualidad, que el día de su muerte no hizo sino manifestarse en grado extremo.
"Echamos de menos a Kendrick aquí en la tierra", concluyó John, "pero sé que está con su verdadero Padre en el cielo. Fue mi mejor amigo durante dieciocho años y, para su madre, el amor de su vida".