Los argumentos provida que desliza la inspectora Isabel Mora (Adriana Ugarte) en la serie «Parot»

El principal argumento contra el aborto en caso de violación es la inocencia del hijo respecto al brutal delito que le ha dado la vida. El blog Salvar el 1 (Save the 1), que creó Rebecca Kiessling -hija de un violador y superviviente de aborto-, recoge casos de mujeres embarazadas por violación que, o bien abortaron y lo lamentan, o bien no lo hicieron y gozan ahora de la compañía de sus hijos.

Parot, una serie de Amazon Prime estrenada en mayo de 2021, se basa en una historia similar a estas últimas.

El nombre de la serie hace referencia al terrorista de la ETA Henri Parot, responsable de 82 asesinatos y condenado a 4800 años de prisión. Su caso fue el primero al que se aplicó una sentencia de 2006 del Tribunal Supremo (la denominada doctrina Parot) que aplicaba los beneficios penitenciarios de redención de pena a la condena total, y no al periodo máximo de estancia en prisión, treinta años. Esta doctrina fue revocada en 2013 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, lo que puso en la calle a numerosos criminales múltiples, principales beneficiarios de la decisión de los jueces de Estrasburgo por ser los que tenían condenas mayores.

La serie Parot transcurre en ese momento, cuando un justiciero empieza a vengarse de los delincuentes excarcelados. Dos policías, un hombre y una mujer, son puestos al cargo de la investigación. 

[Atención, Spoiler: descubrimos algunos elementos de la trama, aunque no los esenciales ni su resolución.]

Uno de los liberados es un violador en serie, una de cuyas víctimas fue la propia policía, Isabel (interpretada por Adriana Ugarte). Con el tiempo conocemos que la hija adolescente de Isabel, Sol (Nicole Wallace), nació de esa violación.

Cuando la chica lo descubre y es consciente de la identidad de su padre, su madre le cuenta la historia. Y es así como encontramos, en el capítulo 7 (La entrevista) de una serie que por lo demás no se aparta de los cánones de la cultura dominante, una presentación honesta de las motivaciones de una mujer sometida a un trauma terrible que no puede esconder la realidad de que el resultado de ese trauma es la persona que ha dado sentido a su vida.

Éste es el diálogo que ambas mantienen en su casa.

-Mamá... ¿por qué me tuviste?

-¿Cómo que por qué te tuve? ¿Qué pregunta es ésa?

-Sé quién es mi padre.

-No te acerques a él...

-¿Por qué no abortaste? Debió ser horrible verme crecer. Todos los días te recordaba a él. ¿No tengo sus ojos?

-¡No tienes nada de él!

-Seguro que te arrepentiste mil veces al mirarme.

-No me arrepiento ni un solo día de haberte tenido. Cuando me quedé embarazada de ti, se lo conté a la abuela, y la abuela pidió cita en un sitio para abortar, porque yo no quería saber nada de lo que llevaba dentro. Tampoco quería saber nada de mí. En realidad me daba igual todo, mi vida... como si estuviera muerta, sin ningún apego a nada. Pero no fui a la cita, porque no quería que me tocara nadie, y la abuela estaba desesperada, pero no me podía obligar. Y un día que estaba en la cama, un día interminable, que no me movía de allí y estaba culpándome por todo lo que me había pasado, decidí que lo que fuera a salir de mí tampoco importaba. Así que se lo dije a la abuela: que lo quería tener, que quería tener al bebé, pero que lo daría en adopción y que no me importaba el sexo que tuviera, ni siquiera. 

[Vemos entonces unas escenas del parto en flash back. Nada más dar a luz, Isabel pide ver al bebé, pese a las reticencias de su madre.]

-Y cuando te vi, me cambió todo. Cuando te vi [se emociona] es como si no importara nada de lo que me había pasado, porque gracias a lo que me había pasado estabas tú ahí, que eras mi vida y que quería estar viva. ¡Siento si a veces soy una madre de mierda y si a veces no sé hacerlo mejor! Pero te quiero mucho y quiero que sepas que eres lo más bonito que me ha pasado en mi vida. No quiero que te olvides.