Acaba de publicar «Tras el oeste legendario. La teología de J.R.R. Tolkien»
Abel de Jesús: «El Señor de los anillos» es una obra pagana impensable sin el presupuesto cristiano
La estela de J.R.R. Tolkien sigue brillando e iluminando el pensamiento y la espiritualidad de millones de personas en todo el mundo. Gracias a nuevas producciones audiovisuales como Los Anillos del Poder, la memoria literaria de Tolkien está más viva que nunca y la investigación sobre el trasfondo de su obra se ha visto renovado. Pero, a pesar de que su legado no ha perdido brillo, muchas veces los verdaderos motivos que le tenían atado a su máquina de escribir no han sido suficientemente considerados.
Este año ha salido un nuevo libro que quiere esclarecer, precisamente, qué hay en el fondo de su mente y de su espíritu. De mano de Abel de Jesús, divulgador teológico en Youtube, sale a la luz Tras el oeste legendario. La teología de J.R.R. Tolkien (PPC), un ensayo sobre los principios fundamentales de Tolkien, en un sentido profundo.
-¿De qué trata "Tras el oeste legendario"?
-Es una obra que pretende responder al interrogante sobre qué está detrás de El Señor de los anillos y las demás obras de Tolkien. Hay mucho frikismo, y a mí me gusta mucho. Yo soy muy friki. Pero también es importante hacerse estas preguntas profundas. Te puedes disfrazar de orco, si quieres. Pero es importante también profundizar más, atravesar las barreras del folclore hacia lo hondo. No digo que no se perciba. Claro que se percibe. La mayoría de los que se acercan a Tolkien se dan cuenta de que hay algo misterioso, fantástico, arcano... pero pocos pueden describir, de manera metódica, y a atendiendo a las fuentes, "de qué se trata".
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-Entonces, ¿cuál es el secreto de Tolkien?
-Yo diría que el secreto de Tolkien es su concepción de Dios (como Creador) y del hombre (como un creador por delegación, un sub-creador). El hombre, que es un ser mortal, pretende romper el límite de la muerte gracias a esa capacidad que Dios le ha dado de crear. Por la sub-creación el hombre es capaz de traspasar los límites de su mundo, de lo que da por real, hacia un horizonte fantástico pero real igualmente. He aquí el título del libro. Por la imaginación creadora el hombre se acerca a la eternidad, a la plenitud, ya en esta vida.
-¿Qué aporta de nuevo su estudio?
-Mi acercamiento es desde la Teología Fundamental. No soy un grandísimo experto en la historia de la Tierra Media... no me sé los miles de nombres que desfilan por el Silmarillion, ni te sé decir la genealogía de Elrond. Pero he apurado bien sus escritos en busca de principios de pensamiento teológico. Y me he encontrado tres temas fundamentales: la Caída, la muerte y la sub-creación. Él mismo dijo que toda su obra versa sobre estos temas.
»En todo caso, creo que lo más novedoso de todo esto es la dimensión escatológica. He intentado justificar, aunque no ha sido fácil, que la subcreación en Tolkien tiene que ver mucho con la vida eterna. Nada se pierde, los cuentos se harán realidad, de manera plena, en el Cielo. En el Cielo disfrutaremos de la plenitud que aquí, en esta vida, solo nos puede sugerir la imaginación, pero teniéndolo, además, al alcance de la mano, no como en un libro o una peli. Me he apoyado siempre en sus escritos para llegar a esa conclusión.
J.R.R. Tolkien, un hombre de profunda fe católica, la cual no quiso plasmar ni explícita ni alegóricamente en 'El Señor de los anillos', pero cuyos principios teológicos fundamentales están presentes en la obra.
-¿Es entonces "El Señor de los anillos" una obra católica?
-El Señor de los anillos es una obra intencionadamente pagana, ambientada en tiempo primitivos, anteriores a los acontecimientos del cristianismo. Me explico: si El Señor de los anillos incluyera elementos explícitamente católicos, fracasaría. Lo bonito y arrebatador de todo esto es, precisamente, que habla de un mundo distinto, misterioso, inmenso, inalcanzable. Estoy seguro de que el lector entenderá que si en la obra apareciera una hermandad del Santísimo Sacramento o una instrucción sobre los diez mandamientos, se me ocurre, la obra perdería su magia.
»Ahora bien, la belleza de esta obra no podría existir sin el presupuesto cristiano de la Creación y sin el acontecimiento de la Pascua. La historia de Frodo, por decir un ejemplo, no es más que una participación narrativa de la verdad fontal de la muerte y Resurrección del Hijo de Dios, un acontecimiento que penetra todo el pasado y el futuro del cosmos. Por eso Tolkien dijo de su obra ser "fundamentalmente religiosa y católica", pero solo en este sentido.
-Muchos interpretan la obra de Tolkien como una alegoría del catolicismo...
-Cada uno puede interpretarla como quiera, Tolkien concedía eso. La lectura simbólica puede ser un modo de interpretación personal y subjetivo, siempre que no queramos forzar al lector a asumir un cuadro interpretativo prefijado. Pero me gustaría decir que Tolkien aborrecía la alegoría. Es como instrumentalizar una obra, intelectualizarla...
»La fuerza del mito estriba en que es capaz de hacer que experimentemos una verdad teórica en lo profundo de nuestro espíritu, a través de la participación personal en la narración. Si convertimos la obra en una doctrina teórica o en un folleto propagandístico, somos infieles a Tolkien.
-¿Qué le movió a escribir sobre Tolkien entre otras posibilidades?
-Tolkien es un puente entre dos mundos, entre la Iglesia católica y la secularidad. Todos conocen a Tolkien, sean ateos o católicos, y en unos y otros produce admiración. Estos puentes son tas escasos que consideré oportuno centrarme en este. Mi deseo es encontrar un camino para que el Evangelio y la cultura no sean ajenos. Eso dejando a un lado, por supuesto, la fascinación que siento por Tolkien, un hombre profundamente católico, y por su obra. Esto sería motivo más que suficiente para escribir un libro sobre él.
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