Sánchez Adalid, Premio ReL: «Mis editores, al saber que era cura: no lo digas o estás acabado»

En la entrega de los Premios ReligionEnLibertad de 2023, uno de los premiados más populares fue el novelista y sacerdote Jesús Sánchez Adalid. Tras casi 25 años publicando novelas históricas, tiene cientos de miles de lectores fieles, que con él han viajado a la Reconquista, a la destrucción de Barcelona por Almanzor, al Imperio Romano, al Estambul Otomano, a las reducciones de los jesuitas en el Paraguay y, recientemente, con Una Luz en la noche de Roma, a la Italia ocupada por los nazis.

Sánchez Adalid recibió el Premio Religión en Libertad en la categoría Buenas Letras. Leticia Ponce, del patronato de la Fundación Nueva Evangelización (la entidad impulsora de ReL), le entregó el cuadro conmemorativo en el acto celebrado en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo.

El novelista y párroco alabó los artículos de ReligionEnLibertad "con los que nos bombardeáis para bien, y que sirven para propagar la labor de la Iglesia, y tantas cosas buenas que se hacen en el mundo y que pasarían desapercibidas. Parece que estamos en unos tiempos en que lo único que se conoce es lo malo", denunció.

"Os hablo de tú, me siento en casa, en un mundo creyente, de personas que viven la fe, con sus pecados, sus dificultades, que día a día se esfuerzan por cumplir la voluntad de Dios y proclamar el mensaje de Jesucristo", añadió.

Cuando ocultaba su condición de sacerdote

Reconoció que vivir como cristianos, y mostrarlo, es difícil. Él mismo, tras casi 25 años publicando, quiso detallar a los asistentes lo que le costó mostrarse públicamente como sacerdote en el mundo cultural.

"Cuando se vendieron muchos libros de mis primeros libros, mis editores y encargados de prensa, cuando supieron que era cura, me dijeron: 'No lo digas, si lo haces estás perdido, ¡estás muerto!'. Que no se vendería ningún libro más. Y me metieron el miedo en el cuerpo".

"Y yo tenía que compaginar mi vida de cura de pueblo con mis presentaciones de libros, y era un poco de esquizofrenia, una doble vida. Tenía ese miedo, cuándo decir que era sacerdote y qué efecto tendría eso. Cuando gané el Premio Lara en los Reales Alcázares de Sevilla [en 2007, por la novela El alma de la ciudad, ambientada en la fundación de Plasencia en la Edad Media], me presenté por primera vez vestido de cura, con la Infanta, la Ministra de Cultura... y en la rueda de prensa llamé mucho la atención porque nadie lo sabía".

Volvieron a decirle sus asesores: "¡Qué has hecho!" Pero lo cierto es que El alma de la ciudad fue en los meses y años siguientes el más vendido de todos los Premios Lara, "no lo digo para gloria mía, es que fue así, y lo había ganado antes Terenci Moix, Francisco Umbral...", añadió, citando escritores muy famosos y mediáticos, ya fallecidos.

Luego recuerda una entrevista en El Mundo a la que fue con sotana "porque quise yo; 'más todavía'", se ríe.

El novelista y párroco Jesús Sánchez Adalid en la entrega de los Premios ReL 2023 de Bellas Letras.

Así ganó seguridad y "decidí vestir de cura en la televisión, en las presentaciones, para que se me conociera como sacerdote. ¡No ha pasado nada! Aquí estoy, y agradezco este premio", añadió.

Comentó que el director del grupo editorial Harper Collins en España, y su esposa, estaban en la sala. "Jamás se le ha ocurrido al director de Harper Collins ninguna recomendación sobre el contenido de mis libros ni sobre mi condición de sacerdote, todo lo contrario, me he sentido siempre acompañado y querido", añadió.

Estar en la vida cultural con naturalidad

Y comentó algo que le había sucedido el mismo día del Premio ReL: le telefonearon de la Facultad de Literatura de la Complutense para dar una ponencia inaugural en su Congreso Internacional de Literatura. "¡De la Complutense! ¡Un cura!", insistió con picardía arqueando las cejas, en alusión a la fama de anticlerical del buena parte de su claustro y alumnado.

"Me llena de satisfacción que un sacerdote pueda estar con naturalidad en la vida cultural española. Eso también significa que algo está cambiando. ¡Bendito sea Dios! Muchas gracias", acabó su discurso.