Los Reagan, policías católicos, durante 14 años nos ofrecieron sus dilemas éticos
Acabó Blue Bloods tras casi 300 capítulos: la teleserie donde más se reza
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La familia Reagan de Blue Bloods, Familia de Policías; a lo largo de la serie se incorporan nuevos miembros.
Después de 14 años de emisión, con casi 300 capítulos de 2010 a diciembre de 2024, terminó la teleserie Blue Bloods, también llamada Sangre Azul o Familia de Policías, según sus ediciones en España e Hispanoamérica.
Es una serie adecuada a partir de los doce años, sobre una familia de policías (incluyendo una fiscal), que además son católicos de herencia irlandesa y comen juntos cada domingo y juntos bendicen la mesa. La escena de la bendición completa es más detallada e insistente en las últimas temporadas, y a medida que la familia suma nuevos miembros o amigos, también ellos se suman a la oración familiar.
Crímenes a resolver, una familia que encajar
Son capítulos de 45 minutos. Cada uno tiene tres o cuatro tramas, crímenes o retos éticos que se suelen resolver en el mismo capítulo, aunque hay mafiosos, alcaldes o chivatos que repiten en distintos capítulos. Cuando un personaje muere, se queda muerto, y su muerte influye en capítulos posteriores. Lo mismo cuando encierran a un criminal... y un fallo judicial lo libera 4 capítulos después, con ganas de venganza.
El abuelo Frank Reagan (Tom Selleck, es decir, Magnum P.I) es el comisionado de la Policía de Nueva York y discute con los alcaldes y gobernadores que se van sucediendo en el cargo. Es el padre de Joe, Danny, Erin y Jaimie. Joe es el mayor y murió como policía en extrañas circunstancias. Su sombra y su trauma se alarga durante los 300 capítulos. Más adelante incluso se sabe que tuvo un hijo.
Danny (es Donald Wahlberg, el hermano mayor de Mark Wahlberg, otro popular actor católico) es el policía lanzado y poco ortodoxo, apasionado, acompañado de la policía hispana María Báez (Marisa Ramírez, aunque si vemos la serie en original comprobamos que la actriz no sabe apenas español).
Erin (Bridget Moynahan, la hemos visto también en películas violentas de John Wick) es la hija guapa y siempre elegante (nunca la veremos con rulos y pijama) que desde la Fiscalía exige que se cumplan las normas. Está divorciada: se casaron muy jóvenes y su marido abogado iba con otras mujeres. Vive sólo para el trabajo y su hija adolescente le da sustos. La relación con su ex va mejorando en las últimas temporadas, intrigando a los espectadores. ¿Se sanará su matrimonio?
Jamie (Will Estes) es el hijo menor, que fue abogado antes de ser policía. A partir de la temporada cuatro se interesa en la dulce y simpática policía Eddie Yanko (Vanessa Ray Liptak), y ya adelantamos que se casarán, con gaitas en la iglesia y todo. Y está el astuto bisabuelo, antiguo jefe de policía, y el inspector Abetemarco, ayudante de Erin, y varios personajes más en su entorno, como los ayudantes del Comisionado.
Crimen sin glamour ni regodearse
Cada capítulo presenta debates y dilemas morales por lo general relacionados con evitar el favoritismo, ser imparciales en el ejercicio del cargo y, en general, no solo ser honrado sino parecerlo.
Además, cada capítulo incluye entre 2 y 4 crímenes, algunos violentos, muchas veces asesinatos, pero no se regodean nunca en la violencia. Hay tiroteos y muertos pero sin ensañamientos ni torturas. Hay problemas de drogas, pero nunca vemos a la gente drogarse. Hay prostitutas, pero suelen ir bastante vestidas y nunca las muestran en acción.
No nos muestran parejas en la cama nunca, excepto alguna ocasión en que uno ya se está vistiendo. Hay problemas de corrupción entre los policías, pero muy lejos de lo que se podía ver en dos clásicos de los 80 como Canción Triste de Hill Street o Corrupción en Miami.
La familia Reagan no es perfecta. Tenemos el divorcio de Erin, su hija a veces descolocada, tenemos otro hermano que enviudará y descubrimos que Joe tuvo un hijo secreto, fruto de una aventura, un joven que ahora hay que encajar en el clan familiar. Es tema para muchos capítulos.
Pero los Reagan pueden encajarlo todo con su arma secreta: la comida familiar semanal, legendaria ya en el cuerpo policial, donde todos pueden hablar con franqueza. Están el bisabuelo, los policías, las esposas, los adolescentes y a veces compañeros de trabajo o el arzobispo. En cada cena se bendice la mesa, y todos hacen la señal de la cruz, incluso los invitados.
No hay ninguna serie de televisión dónde en cada capítulo sistemáticamente se junte una familia para rezar, solo Blue Bloods.
Pero, excepto en alguna boda, a los Reagan no les vemos ir juntos a misa, aunque por separado los podemos encontrar rezando en la iglesia. El bisabuelo Henry reza el Rosario. El abuelo Frank se confiesa en varios capítulos, si bien aprovecha para sacar información al arzobispo. Erin dice a su ayudante Abetemarco que puede ir a confesarse a la iglesia a tal hora. Pero nunca les vemos ir a misa en familia. Como no vemos llegar bebés, tampoco vemos bautizos.
Un final que sabe a poco
La teleserie en España se ofrecía desde 2012 en Telecinco, luego saltó a varias plataformas. En noviembre de 2023 la CBS anunció que acabaría con esa temporada 14 y así ha sido. En Navidad de 2024 se emitió el último capítulo y luego se destruyeron los sets de rodaje. Algunos actores esperaban que otra cadena comprara la serie, pero no ha sucedido.
El final dejará insatisfechos a los fans que durante 300 capítulos queríamos ver a los personajes alcanzar sus objetivos, los que deseaban y los que necesitaban. Apenas se dan pinceladas de ello en el último capítulo, lo que puede enfadar bastante al público fiel. Son 6 las cosas que intrigaban al espectador y le hacían ver nuevos capítulos:
1) ¿Le pasaría algo al bisabuelo Henry? ¿Qué hará la familia si muere?
2) ¿Erin rehará su relación con su ex marido?
3) ¿Qué pasa con los hijos de Danny, maduran, aprenden, serán policías?
4) ¿Danny y su compañera María Báez llegarán a enamorarse?
5) El gordo ayudante Abetemarco, ¿encontrará el amor?
6) ¿Tendrán hijos Jamie y Edith? Ambos son policías, ¿cómo será ese hogar?
Hay lectores que querrán saber si estas tramas llevan a algún sitio antes de plantearse seguir con sus 300 capítulos. Adelantamos las respuestas del capítulo final.
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Cena familiar en Blue Bloods, la serie de CBS, con invitados
¡ATENCIÓN, SPOILERS!
1) El bisabuelo Henry ni se muere ni enferma; está más sano que una lechuga todas las temporadas.
2) Erin y Jack, su ex esposo, en las dos últimas temporadas pasean, ríen y disfrutan juntos. En el último capítulo hablan de volver a casarse. Él tiene miedo a su suegro, cree que le odia. Ella le dice que no, que le apenó la ruptura. La serie no explota eso y Erin no se atreve a anunciar que están pensando volver a juntarse. Nos perdemos algo que todos queríamos y sería muy valiente en TV: un matrimonio roto que se rehace, una familia que se alegra.
3) Todos los hijos vuelven para la cena del capítulo final, pero no tienen nada interesante que contar ni ninguno parece querer ser policía.
4) El bisabuelo Henry dice a Danny que intente tener a alguien en casa por quién valga la pena volver al hogar. Danny invita a pizza a su compañera María Báez... y ahí queda todo. No sabemos lo que pasa, 300 capítulos de tensión romántica no resuelta y dudosa no llevan a nada concreto.
5) En el penúltimo capítulo, Erin logra que su gordo ayudante Abetemarco tenga una cita en un restaurante con una chica guapa, y parece irles bien. Nada más.
6) Jaimie y Edith anuncian que van a tener un bebé. Todo el mundo se alegra. En el penúltimo capítulo Edith había explicado que incluso con los sueldos de los dos, que llevan 14 y 10 años trabajando, no han podido ahorrar casi nada, los alquileres son carísimos y hay una norma que pide a los policías vivir en la prohibitiva Nueva York. Nos quedamos sin ver cómo es una familia donde padre y madre son policías y están en la calle. ¿Quién se queda con el bebé?
Recordemos que la serie es "Familia de Policía", pero tras 14 años (y los mismos personajes dicen que son 14 años) sus avances familiares no son muchos.
¿Vale la pena ver la serie? Es educativa
¿Para qué vale la pena ver esta serie? Las tramas detectivescas no son un gran reto: cada caso tiene apenas 3 sospechosos, tienes un 33% de acertar. Pero es una serie educativa. Anima a pensar éticamente, con rigor y exigencia. Plantea el equilibrio entre la justicia, la prudencia y la clemencia. A menudo mostrarán que aplicar la justicia también era una forma de clemencia, capaz de educar y proteger.
Otras veces la serie muestra que es posible inventar nuevos caminos de clemencia con creatividad y generosidad, respetando el sistema pero fuera del sistema. Pueden apoyarse en la Iglesia, en las asociaciones de policías, en becas especiales, en amigos generosos...
Cada capítulo suele tener un tema de actualidad social. Así, hay casos de engaños con voz falseada (estafas por deepfake), problemas de vivienda, efectos del confinamiento y la pandemia, autobuses de inmigrantes de la frontera sur que llegan a instalaciones del alcalde con imágenes populistas, enjambres de activistas con móviles que hacen fotos y vigilan a los policías y les extorsionan, temas de debate racial y discriminación, estafas online contra ancianos y muchos más temas de actualidad.
Casi sin temas LGTB
En estos años hemos visto a las teleseries llenarse, como por decreto del PCUS (o la GLAAD) de homosexuales y transexuales. Blue Bloods lo ventila en apenas tres capítulos, y como por cubrir el expediente. Hay un capítulo en el que el duro y despectivo Danny aprende a tratar con respeto a un transexual, al hablar con él de cerca, sin necesariamente aceptar su visión ni pronombres. Báez le recuerda normas del departamento sobre el tema (y nos recuerda que los cuerpos policiales ahora tienen normas "trans"). No se hace ideología de género.
En otro episodio hay una pareja de homosexuales mayores que denuncian ser acosados por un vecino. El vecino aparece muerto: al final se sabe que el asesino era uno de estos homosexuales. ¡En otras series no se atreverían en absoluto!
El capítulo que recibió más quejas fue aquel en que la Iglesia trataba con dureza a unos homosexuales y el duro y exigente Frank se pone a hablar casi como un activista LGTB. Varios fans de la serie protestaron en artículos y redes: los personajes asumían críticamente un discurso ideología LGTB contra la Iglesia. Pero no volvió a repetirse el caso.
Con su oración en cada capítulo, su insistencia en los retos éticos y la rectitud y la generosidad de sus personajes, que aprenden a pedir perdón y a apoyarse unos en otros, Familia de Policías es una serie más que recomendable. Lástima que no hayan hecho avanzar más las tramas familiares y amorosas.