Guadalupe Ortiz de Landázuri, química, del Opus Dei, pronto beata: «Abría caminos de forma natural»
Guadalupe Ortiz de Landázuri, nacida en Madrid, se matriculó en 1933 en la carrera de Ciencias Químicas: solo había 5 mujeres en una clase de 70 alumnos. En 1944 ingresó en el Opus Dei. En 1965 recibió el “Premio Juan de la Cierva” de investigación. La Iglesia ha reconocido que esta doctora en Química vivió las virtudes cristianas en un grado heroico y atribuye un milagro a su intercesión. Va a ser proclamada beata este 18 de mayo.
Mercedes Montero, profesora, periodista e historiadora, conoce bien la vida de la futura beata y la explica con detalle en su biografía En Vanguardia (Rialp).
- ¿Por qué "En vanguardia" es el título de su libro?
- Guadalupe fue, desde muy joven, una mujer decidida. Esa cualidad de su carácter fue lo que me llamó más la atención. Ella abría caminos de forma natural, sin voluntarismos, sólo porque veía que era eso lo que quería hacer: deporte, estudiar, tener amigas, matricularse en Química, buscar las mejores prácticas durante la carrera, ponerse a trabajar de profesora en dos colegios de Madrid nada más terminar, para poder mantenerse ella y su madre; irse a México, etc.; y cuando volvió a Madrid, realizar la tesis doctoral en un tema difícil cuando pasaba de los 45 años. No se paraba a deshojar la margarita: lo veía y, si le parecía que debía hacerlo, lo hacía. En fin, una mujer como diríamos hoy que va con el machete abriendo su propio camino en la selva de la vida: en vanguardia.
Guadalupe Ortiz como docente de Química
- ¿Qué destaca la Iglesia en sus 59 años de vida para elevarla a los altares?
- Me parece que las virtudes "normales" (alegría, sinceridad, convivencia amable, trabajo), vividas de una manera simpática y atractiva, sin tragedias. En este sentido Guadalupe se caracteriza por su alegría desbordante: era una mujer de carcajada, no de mera sonrisa.
De joven, con mantilla
- Fue una de las pocas mujeres españolas en cursar estudios universitarios en los años 30. ¿Cómo contribuyó a la ampliación del espacio público femenino?
- Se puede decir que fue uno de los rarísimos especímenes femeninos que estudiaron en la Universidad antes de la guerra civil. Cuando se matriculó solo había un 6% de chicas entre los alumnos. No lo dudó ni un instante. Da ejemplo con su vida. Luego frecuenta la Residencia de Señoritas, el lugar más progresista del momento en la educación de la mujer, porque quiere hacer unas buenas prácticas de Química y en la Universidad era imposible.
» Aconsejó a muchas mujeres a retomar o comenzar una carrera profesional. Fue por delante, y ayudó a otras. Eso es ir ampliando el espacio público de la mujer de forma natural. Ella misma hizo la tesis doctoral a una edad tardía (entre 45 y 50 años): un ejemplo claro de que el estudio y la investigación, si son vocacionales, no hay que apartarlos de la propia vida. Es decir, fue una de esas muchas mujeres que sin darse cuenta empoderó a muchas otras.
- Guadalupe pidió la admisión al Opus Dei en 1944. Fue una de las primeras mujeres del Opus Dei. ¿Qué supuso esa vocación en su vida?
- Todo. Su vocación fue el motivo por el que vivió, actuó, e hizo lo que hizo. Las cualidades notables que Dios le dio las puso a su servicio. El motivo de su existencia fue el amor a Jesús. No hubo otro.
- Aficionada a la natación, a la equitación, ejercicios de vuelo… Estamos ante una figura muy pionera y atrevida.
- De natural era bastante aventurera. Se entiende porque vivió en Tetuán desde los 9 o 10 años hasta los 16. No había muchas niñas españolas que pudieran haber tenido esa experiencia. Salía en pandilla desde muy pequeña con los hijos de otros artilleros, amigos de sus padres, chicos y chicas, unos más mayores y otros más pequeños. Hacían deportes, excursiones, de todo... por eso sabía montar a caballo, le encantaba la natación y el tenis e incluso se atrevió a volar. En los años 20 y 30 la educación de las niñas permitía solo ciertos 'ejercicios' como el ballet. Lo demás se consideraba, digámoslo así, 'de escaso tono para una señorita'.
- En España, México e Italia trató a un gran número de personas (amigos, colegas, alumnos). ¿Cómo era su carácter, qué le hacía tan sociable?
- Tenía un carácter alegre, muy alegre, y abierto a todos, sin discriminar. Dedicaba a cada persona -fuera quien fuera- toda su atención. Atraía enormemente a las demás personas, pero ella no era consciente. Ello demuestra una auténtica sinceridad de vida: hacía lo que decía y actuaba como pensaba.
- Su investigación en los Laboratorios Foster, de la Residencia de Señoritas, perteneciente a la Institución Libre de Enseñanza, y la dirección de su tesis por Piedad de la Cierva, que introdujo los rayos X en España, son una muestra de su exigencia hacia la excelencia universitaria.
- Guadalupe era una universitaria nata: se hubiera dedicado a la investigación en Química. También a la docencia, pero desde muy joven demostró un interés muy grande por la investigación. No es que fuera de vez en cuando a la Residencia de Señoritas, más bien acudía con frecuencia. La tesis ya la quiso hacer desde el principio y de hecho casi terminó todos los cursos doctorales y empezó a redactar algo. Pero le faltó tiempo y sobre todo instalaciones adecuadas para los experimentos. Por eso no le salió antes de marchar a México. A su vuelta retoma esa idea. Y aunque dedicó mucho tiempo a dirigir residencias del Opus Dei, no quiso quedarse ahí: quería llegar a más porque tenía una auténtica vocación universitaria.
- ¿Qué caracteriza su promoción de los derechos de la mujer?
- Pienso que no era consciente de estar luchando por los derechos de la mujer, pero lo hizo. Me gusta compararla con las 77 chicas de menos de 17 años que entre 1862 y 1910 lograron estudiar en la Universidad (cuando les estaba prohibido) porque cada una de ellas, sin ponerse de acuerdo, se empeñó en seguir su vocación, lo que llevaba dentro. No las conocemos apenas, pero ellas abrieron el camino para todo lo demás. Guadalupe se encuentra en la estela de estas mujeres cuya vocación profesional, universitaria, investigadora, es tan aguda, que vuelven a ella en cuanto pueden. Y se convierten así en un ejemplo para otras, que quizá eran más conformistas.
» Estas son las mujeres que abren el espacio público a las que viene detrás... hasta que que lo que era algo poco ruidoso se convierte en una auténtica movilización social, punto en el que estamos hoy. Pero es más fácil hoy conseguir algo siendo mujer, que en siglo XIX lograr que te dejaran matricularte de Derecho en la Universidad.
Mercedes Montero explica la personalidad e itinerario de Guadalupe Ortiz de Landázuri
-A pesar de su salud, Guadalupe fue una trabajadora incansable. Tener objetivos, desarrollar un carácter recio, arriesgar en la vida, etc., quizá es una buena herencia para los hombres y mujeres de hoy.
- Ella decía que su carácter recio era fruto de su educación militar. Para mí, el ejemplo más importante de Guadalupe es que es una mujer que nunca excluyó a nadie de su trato y de su amistad. En tiempos como los que corren, en los que no queremos inmigrantes, no queremos a los que son distintos, a los que no son de mi 'tribu', el ejemplo de Guadalupe puede hacer mucho bien. Guadalupe es la santa o la beata de la inclusión.