Está lleno de maravillas... muchos clérigos y laicos católicos ayudaron a ello
Lo que olvida «Evolución», documental sobre el Museo de Ciencias Naturales: la fe de sus científicos
Se conmemora este año el 250 aniversario de la fundación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), uno de los más antiguos e importantes del mundo.
Por este motivo se ha estrenado recientemente un documental titulado ‘Evolución’, que ha tenido muy buena acogida en prensa (por ejemplo, aquí en RTVE). Ha llegado a comentarse que se trataba de una visión muy completa de la historia del Museo de Ciencias Naturales más importante de España.
Ciertamente es un buen intento de ello, aunque es imposible que en tan pocos minutos pueda contarse todo lo ocurrido en este gran museo. Son muy interesantes algunas de las cosas que se dicen en el documental.
Pero desde luego no hay ninguna mención a la relación del Museo con la Iglesia Católica y con la fe católica de los científicos que lo impulsaron durante dos siglos y medio.
Vale la pena recopilar algunas de las cosas que hemos contado en ReL.
1. Creado por una monarquía católica
El MNCN se puso en marcha bajo la monarquía católica de Carlos III. España era entonces un país confesionalmente católico, apostólico y romano, y eso no impedía que se fundaran instituciones fomentadoras del saber y del conocimiento como el MNCN. Eso ya refuta el mito de que el catolicismo impide o dificulta la ciencia.
Pero no acaba ahí la cosa. La Ilustración Española fue originada y llevada a cabo por insignes católicos convencidos, que no usaron la guillotina para acabar con los que no pensaban como ellos.
El principal instigador de la puesta en marcha del MNCN fue Fray Enrique Flórez (1702-1773), sacerdote y fraile agustino que fue célebre como historiador, pero también se le valora como traductor, geógrafo, cronologista, epigrafista, numismático, paleógrafo, bibliógrafo y arqueólogo, además de doctor en Teología y catedrático por la Universidad de Alcalá. Era también preceptor de los hijos del rey Carlos III.
El rey le pidió informes sobre Pedro Franco Dávila (Guayaquil, 1711 – Madrid, 1786), un afincado en París que ofrecía al monarca español sus impresionantes colecciones de ejemplares naturales. Fray Enrique informó así al rey, animándole a crear un "gabinete público". Fray Enrique no presumiría nunca de protagonismo en esta iniciativa y escribiría a un amigo: “el Rey ha comprado ya y pondrá luego en público el Gabinete de Historia Natural, con lo que adelantaremos sobre todo en esta línea, por lo mucho que Dios nos ha dado”.
Así fue como finalmente Pedro Franco Dávila, naturalista, coleccionista y hombre devoto, sería nombrado primer director del MNCN y ocuparía el cargo hasta su muerte en 1786. El padre Flórez escribía de él al marqués de Grimaldi (entonces Ministro de Estado): «hasta hoy no conocemos en España otro de tal instrucción, práctica y experiencia» (refiriéndose al dominio de Dávila en el campo de la historia natural).
Pedro Franco Dávila era de familia numerosa, padres piadosísimos y tenía un tío clérigo. Hay fuentes que dicen que se aficionó a las ciencias naturales gracias al cuidado y enseñanzas de un cura católico que le recogió en uno de sus naufragios. Sus cartas demuestran que era una persona religiosa. En su Testamento declaró “que era católico cristiano y creía el altísimo misterio de la Stma. Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero y todo cuanto cree y confiesa Nuestra Santa Madre la Iglesia en cuya fe quería vivir y morir" y entrega dinero al Oratorio del Caballero de Gracia "del que es congregante" y para limosna a los pobres.
2. El famoso megaterio... excavado y trasladado por un sacerdote dominico
En el documental ‘Evolución’ se señala como pieza más importante del MNCN el fósil de un enorme megaterio, tamaño elefante, descubierto en Argentina en el siglo XVIII y trasladado a España.
Su hallazgo, excavación, buena conservación y eficaz traslado fueron obra del sacerdote dominico Manuel de Torres, que descubrió los huesos en 1787 las barrancas del río Luján en Argentina.
Nacido en Luján y creador del Colegio de Santo Tomás en Buenos Aires, Manuel de Torres intuyó que excavar los huesos los ponía en peligro y que una vez extraídos se podía perder la forma del esqueleto, por lo que se volcó en asegurarse que las autoridades civiles aportaran un vigilante día y noche, caballos para el transporte y un dibujante para realizar un mapa de los huesos. El dominico los sacó con cuidado exquisito y los protegió guardándolos en bolsas de cuero rellenas de paja. Así llegaron 7 cajas enormes a España en 1788, al MNCN que presume de esta gran hazaña de la paleontología incipiente.
3. Graells y las grandes expediciones científicas, llenas de católicos
Se hace mención en Evolución de Mariano de la Paz Graells (1809-1898), probablemente el mayor naturalista español del siglo XIX y gran organizador de expediciones científicas. Pero no dicen nada de su firme fe católica.
Graells estudió en los escolapios de Barcelona, como Cajal lo hiciera en los de Huesca. Estudiar con frailes no los alejó de la ciencia, más bien al contrario. Su sensibilidad hacia los más débiles le llevó a escribir libros como "Recursos que ofrecen a los pobres nuestras playas" y "Recursos que ofrecen nuestros campos a los pobres", publicándolo en la revista agustiniana La Ciudad de Dios. Fue un admirador de los agustinos, fundadores de la actual universidad del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, donde estudiarían José Castillejo y Manuel Azaña entre otros. Ellos han custodiado su magnífico herbario hasta nuestros días.
En su obra "Mastodología Ibérica", Graells declaró sus creencias en Dios Creador, aludiendo a que los cambios de forma son sólo parte de la realidad de la vida
Cuenta su muerte su biógrafo, el también naturalista entomólogo R. Agenjo: "Pidió la unción antes que el médico [...] Confesó con el Padre Lozano, de los Agustinos del Beato Orozco. Murió con serenidad plena, como mueren los justos". Su esquela en El Heraldo de Madrid recogía un anuncio del Cardenal de Santiago y otros prelados en el que se concedían 100 y 140 días de indulgencia por cada misa, sagrada comunión y rosario aplicados por el alma del difunto científico.
4. Barreiro, un científico del MNCN casi asesinado por el Frente Popular
Durante la Guerra Civil Española y su persecución antirreligiosa varios científicos católicos, a menudo clérigos, fueron amenazados o directamente asesinados por militantes del Frente Popular.
El agustino Fray Agustín Jesús Barreiro Martínez (1865-1937), miembro de la Real Academia de las Ciencias, fue precisamente quien escribió la primera historia del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Durante la persecución se escondió, como muchos otros, en la Embajada de Noruega en Madrid y murió allí con 72 años.
Había sido misionero en Filipinas, cuya exuberante naturaleza avivó su gusto por las Ciencias Naturales. También fue el primera gran investigador sobre la "Historia de la Comisión Científica del Pacífico (1862 a 1865)". Fue un gran conferenciante y divulgador y fundador de varias asociaciones científicas.
Escenas del documental Evolución, sobre el MNCN: no menciona la fe católica ni la calidad de clérigos de muchos de sus científicos y patrocinadores.
El historiador José Manuel Ezpeleta escribió: "El padre Agustín murió de muerte natural, pero merece consignarse esta muerte muerte repentina acaecida en la Embajada de Noruega, dónde se había refugiado después de mil penalidades. Esa muerte fue exclusivamente debida a las amarguras que hubo de padecer en una continua lucha entre persecuciones y escaseces, pudiendo considerársele como una víctima más de la saña de la revolución’".
5. Los paleontólogos católicos y sus católicos patrocinadores
Se hace mención también en el documental ‘Evolución’ a la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (CIPP), institución científica de la emblemática Edad de Plata de la Ciencia española. No mencionan el papel de ilustres miembros de la Iglesia Católica en su puesta en marcha, algo de lo que hemos hablado en ReL (el Marqués de Cerralbo, el arqueólogo Jaume Cabré).
Tampoco recoge el documental el papel de ilustres católicos en la Junta Para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
Cartel del documental Evolución, sobre el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid.
Se señala también la importancia de las Cuevas de Altamira y cómo la conservación de las mismas es en la actualidad motivo de estudio para los científicos del MNCN. Sobre su descubridor, Marcelino Sáenz de Sautuola, y su fe católica hemos hablado ya aquí en ReL.
El documental ‘Evolución’ pone por las nubes al entomólogo laicista Ignacio Bolívar, sin recordar que él, la Real Sociedad Española de Historia Natural y la famosa Institución Libre de Enseñanza, con el laicista Francisco Giner de los Ríos a la cabeza, insistían dogmáticamente en presentar como falsas las pinturas de Altamira, incluso acosando a su descubridor, mientras que eran católicos quienes defendían su autenticidad.
6. Emiliano Aguirre, el padre de Atapuerca... antiguo jesuita y siempre creyente
Acaba el documental refiriéndose a Emiliano Aguirre, considerado, "el padre de Atapuerca", gran pionero paleoantropólogo, a quien hemos dedicado en ReL un artículo monográfico.
Baste decir que jamás perdió sus profundas convicciones católicas, que fueron compatibles con sus actividades científicas entre las que sobresale haber descubierto los yacimientos de Atapuerca para la ciencia, habiendo sido sacerdote jesuita durante mucho tiempo, tiempo en el que coordinó una obra, ‘La Evolución’, que se publicó en la Biblioteca de Autores Cristianos. Seguía y ampliaba la tradición de muchos paleontólogos católicos.
7. La invasión napoleónica, nefasta contra la ciencia en España
El documental incluye una entrevista con la eminente historiadora de la ciencia María Ángeles Pérez Samper, Catedrática de Historia de la Universidad de Barcelona, en la que dice de manera tajante que la invasión napoleónica hizo un daño terrible a la actividad científica española.
Por ejemplo, el entonces mejor telescopio del mundo, instalado en el Cerro de San Blas, dentro del entonces Observatorio Astronómico Nacional, lo usó Napoleón como calefacción, porque era de madera. Esto para información de los que siguen idolatrando la Revolución Francesa y Napoleón, que derrocaba reyes por todo el mundo e iba poniendo a su familia y amigos al frente de las naciones conquistadas.
Creo que cuando el documental sea emitido por televisión, o visto en el cine, tener de fondo esta información puede ayudarnos a caer en la cuenta de que detrás de la fundación y el desarrollo de una de las más antiguas instituciones científicas de España estuvo la Iglesia Católica a través de consagrados y de laicos y, aunque sin ser mayoría, en ella seguimos estado algunos.
Probablemente un estudio de estas características, en el que se demuestre el origen católico de la actividad científica, se pueda hacer de cualquier museo de ciencias naturales del mundo, sobre todo si es antiguo.
Aquí, el documental al completo, muy interesante, pero sin mencionar la relación del Museo con la fe católica de sus fundadores y promotores durante dos siglos.