José María Sert Badía (1874-1945) fue un destacado muralista
Sert en la Catedral de Vic. Antes y después de la persecución religiosa
[Sobre estas líneas una página de La Esfera dedica a Sert y su obra. La foto inferior recoge los tres paneles que se colocarían en el ábside de la Catedral].
Como explica María del Mar Arnús de la Real Academia de Historia, JOSÉ MARÍA SERT Y BADÍA (1874-1945) nace y muere en Barcelona aunque su vida artística la desarrollará plenamente en París, entonces centro mundial de la pintura, donde instala su taller a partir de 1900, y pronto se convertirá en uno de los pintores más cotizados de su tiempo y el gran muralista europeo del siglo xx. Su carácter abierto, sus prodigiosos conocimientos eruditos y estéticos, su compleja personalidad, le convierten en figura asidua de los círculos artísticos y personaje relevante en el gran mundo.
Renovador pues de la pintura mural llegó a pintar más de siete mil metros cuadrados de catedrales, palacios, grandes salones, residencias privadas y ayuntamientos de diversas ciudades, pero sin duda la obra que más presente estuvo a lo largo de su vida fue la decoración de la Catedral de Vic.
Aunque esta obra fue encargada en 1900, Sert no presentó los primeros bocetos hasta seis años más tarde, ocupado por los numerosos pedidos que recibía de los aristócratas de la época. La Primera Guerra Mundial interrumpió los trabajos y una vez reanudados, Sert sintió que tenía que modificar el planteamiento, suprimiendo el color y, por tanto, repensando las perspectivas para obtener profundidad. Se finalizó en 1929, pero tan solo siete años más tarde, durante la persecución religiosa que asoló España coincidiendo con los días de la Guerra Civil española fue completamente destruida. [Bajo estas líneas, Sert en el Ahora del 8 de agosto de 1934].
En abril de 1927 se inició la instalación de las obras en los muros de la catedral, excepto el sector de la cúpula. El conjunto seguía el modelo del primer diseño, con temática relativa a la Apoteosis de la Iglesia, y refleja su etapa mediterraneísta de esos años. Sert situó en el centro del ábside a San Pedro y San Pablo, como fundadores de la Iglesia, con los evangelistas al lado; a cada lado de la nave central situó el Antiguo y el Nuevo Testamento, y en la contrafachada el Calvario, con el juicio, la crucifixión y el entierro de Jesús. Desgraciadamente, el incendio de julio de 1936 durante el transcurso de la Guerra Civil hizo desaparecer la decoración de Sert.
Acabada la Guerra Civil, el pintor emprendió de nuevo la ornamentación mural de la seo: Sert abandonando la idea de una Iglesia triunfal ofrece un concepto del cristianismo en que la Pasión de Cristo representa la pasión de la humanidad entera; ahora será el Calvario el que ocupará el puesto central del ábside, mientras que los santos y evangelistas se convertirán en testimonios de la fe cristiana. Sert representa un ciclo alegórico de la redención del hombre, desarrollado en cuatro grupos: la condena del género humano a causa del Pecado Original, la vida y condena de Jesús, los apóstoles y evangelistas como testimonios de fe y la muerte y resurrección de Cristo. En la nueva decoración, Sert pretende fundir la arquitectura del edificio con las pinturas de tal manera que parezcan bajorrelieves, creados en el momento de hacer la catedral. Quedó solemnemente inaugurada el 15 de octubre de 1945, poco antes de su muerte.
La destrucción de su obra de la Catedral de Vic en 1936, así como el asesinato de su amigo Jaume Serra, canónigo de Vic, hizo que se acercase al franquismo.
[21.10] 03. Vic, julio de 1936 - ReL (religionenlibertad.com)
Desde hace un año los cuatro evangelistas que se salvaron de la quema
La Catedral de San Pedro de Vic vuelve a exhibir, desde el año pasado, los murales de los cuatro evangelistas de José María Sert. Se trata de cuatro piezas de gran formato que pintó en 1926 y que ahora se pueden contemplar en el deambulatorio del templo. A pesar de que la catedral de Vic se quemó en 1936, durante el inicio de la Guerra Civil, estas pinturas fueron de las pocas obras que se salvaron. El propietario de las telas, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), las cedió nueva y definitivamente [en 2021 ya estuvieron con motivo de la exposición Sert en llamas].
Las grandes telas, que miden entre 4 y 6 metros de altura y tienen un peso de cerca de media tonelada, estaban situadas en el antiguo presbiterio. Al instalar las telas sobre un soporte metálico exento de la pared, muestra claramente que estas pinturas no iban aquí. En ellas se pueden ver los cuatro evangelistas presentados con los elementos que simbolizan: san Marcos con el león, san Lucas con el toro [bajo estas líneas], san Juan con el águila [bajo estas líneas] y san Mateo con el ángel.