El Valle de los Caídos: la Basílica de los Mártires.1
Fue el propio Prior de la Abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (Madrid), el padre Santiago Cantera Montenegro, O.S.B., quien publicó un memorándum sobre los quince primeros beatos que estaban enterrados en la Basílica. El número, tras la beatificación de Tarragona en 2013, fue aumentando hasta que, como recoge monseñor Juan Antonio Martínez Camino en su Guía Memoriae Martyrum (2015), llegaron a sumar 35 beatos. Lo malo es que en estas cuentas los libros precisan nuevas ediciones, pero lo bueno es que las beatificaciones nos regalan el gozo de seguir sumando nuevos intercesores.
Con la beatificación de Almería, se sumaron 21 mártires más que pertenecen a la Causa de esta diócesis andaluza, cuyos cuerpos fueron trasladados a las criptas funerarias de la Basílica. Lo que llevará -si me equivoco, tenemos tiempo para corregirlo- a calificar a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos como la Basílica de los Mártires.
Si el Cementerio de Paracuellos, con sus 143 beatos, ha venido en llamarse -con acierto, por monseñor Reig Pla- la Catedral de los Mártires, bien podremos colocar al Valle de los Caídos, por cantidad de cuerpos de mártires enterrados en las criptas funerarias, -con un total de 55 beatos-, como un nuevo lugar de peregrinación martirial.
Guía Memoriae Martyrum
Recuerda monseñor Martínez Camino: “este libro-guía da a conocer los lugares donde se encuentran los sepulcros de los santos mártires del siglo XX en Madrid, en el lenguaje tradicional cristiano, «memoriae martyrum»: lugares memoriales en los que se veneran las reliquias de los santos que han sido testigos de la fe hasta la sangre. La geografía madrileña está sembrada de ellos. En 32 lugares distintos se guardan los restos sagrados y la memoria de 318 santos mártires, poco conocidos todavía. Otros 58 yacen en lugar ignoto. 26 han sido trasladados a otros sitios. En total, 402 santos mártires de Madrid. Es posible que ninguna otra ciudad cuente con un tesoro semejante. San Juan Pablo II pensaba que los santos mártires del siglo XX son los grandes intercesores para la nueva evangelización. Estas páginas ayudan a conocer y a amar más a los de Madrid. Su culto adecuado es vital para la Iglesia de hoy y del futuro”.
Os recomendamos su lectura. Al capítulo 24, dedicado al Valle de los Caídos (páginas 139-151), habrá que sumar los 20 mártires de Almería (del grupo de 115) cuyos restos descansan en la cripta de la Abadía.
P. Santiago Cantera, O.S.B.
Escribía hace unos años el padre Cantera:
“En fechas recientes se han venido diciendo muchas cosas sobre el Valle de los Caídos, pero muy pocas de ellas objetivas y verdaderas. No quiero entrar de momento en esos asuntos, pero sí destacar ahora algo de lo que nada se ha comentado. En la Basílica de Santa Cruz del Valle de los Caídos, erigida como tal en 1960 por el Beato Juan XXIII y consagrada por el cardenal Cicognani como representante suyo, y a la que aquel Papa de la sonrisa y de corazón abierto honró regalándole un “lignum Crucis”, descansan hermanados cerca de 34.000 caídos de los dos bandos contendientes en la Guerra de 1936-39, según el registro, pero pueden elevarse hasta 60.000 según otras estimaciones".
Estas líneas pertenecen al folleto preparado por el padre Manuel Garrido, O.S.B., en el 2008:
"Nuestra Basílica posee múltiples elementos y aspectos de gran valor. Toda ella es un enorme tesoro de arte y de esplendor, principalmente por los cultos litúrgicos que en ella se realizan diariamente, por las inmensas gracias que Dios derrama a los muchos fieles que aquí se congregan, y de modo muy especial por la presencia sacramental de Jesucristo en la Santísima Eucaristía reservada en el artístico Sagrario.
Dios Nuestro Señor ha querido que, además de todo eso, tengamos aquí numerosos cuerpos de mártires. Ya han sido beatificados quince, pero esperamos que pronto sean muchos más. Ahora exponemos en estas páginas la relación de los que ya son beatos.
Los quince primeros
Siete fueron beatificados en fechas distintas por san Juan Pablo II. Los primeros lo fueron en 1989: dos religiosos pasionistas de la comunidad de Daimiel (Ciudad Real), de la cual fueron asesinados un total de 26. En el Valle están el padre Juan Pedro de San Antonio (Santa Águeda, Guipúzcoa, 1890) y el hermano Pablo Mª de San José (Leoz, Navarra, 1882). Cayeron gritando “¡Viva Cristo Rey!” el 25 de septiembre de 1936 en Carrión de Calatrava y sus cadáveres fueron lanzados a un pozo, al igual que unas, otras muchas víctimas. Los restos de todos los arrojados allí se llevaron después al Valle de los Caídos.
En 1995 fueron beatificados, entre otros, dos religiosos marianistas sepultados igualmente en el Valle: Jesús Hita Miranda (Calahorra, Logroño, 1900) y Fidel Fuidio Rodríguez (Yécora, Álava, 1880). Ambos ejercieron como profesores en varios colegios. El primero fue asesinado el 25 de agosto de 1936 en Carrión de Calatrava y el segundo el 16-17 de octubre de 1936.
En 1998 fueron beatificadas siete mártires salesas (visitandinas), asesinadas en Madrid el 18 de noviembre de 1936. En el Valle se encuentran los restos de las beatas María Cecilia (Azpeitia, Guipúzcoa, 1910), María Ángela (también de Azpeitia, 1893), y Josefa María (El Ferrol, La Coruña, 1881).
Estos siete mártires beatificados por san Juan Pablo II se hallan sepultados en la Capilla del Sepulcro.
Los ocho beatificados por Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007 (de un total de 498), se hallan en la Capilla del Pilar (bajo estas líneas).
Son los siguientes. El dominico padre José Gafo Muñiz (Tioz, Asturias, 1881) destacó como apóstol social y sindical con una gran preocupación por los obreros. En julio de 1936 era superior en funciones del convento de Santo Domingo el Real de Madrid (calle Claudio Coello); conducido a la Cárcel Modelo, fue sacado por engaño para ser asesinado.
Por último, de un total de 23 religiosas adoratrices asesinadas en Madrid el 10 de noviembre de 1936, siete reposan también en el Valle: son las beatas Josefa de Jesús (Josefa Boix Riera, natural de Anglés, Gerona, 1893), Belarmina de Jesús (Belarmina Pérez Martínez, natural de Villarejo de Órbigo, León, 1899), Ángeles (Mercedes Tuni Ustech, natural de Gerona, 1888), Ruperta (Concepción Vázquez Areas, natural de Bóveda, Lugo, 1871), Felipa (Felipa Gutiérrez Garay, natural de Zaragoza, 1861), Cecilia (Concepción Iglesias del Campo) y Magdalena (Magdalena Pérez).
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