Sábado, 23 de noviembre de 2024

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Carta de un cura (16): Sacerdote diocesano

Carta de un cura (16): Sacerdote diocesano

por Un alma para el mundo

 

            Nuestro amigo, autor de las cartas que comentamos, solo había conocido a un tipo de sacerdote, su párroco, sacerdote diocesano. Y esa es la idea que él tenía de la vocación y misión de un  sacerdote. Lo dice de esta manera en una de sus cartas: No había conocido a más sacerdotes que a mi párroco, y algunos amigos suyos que venían por la parroquia. Por eso yo siempre he querido ser como ellos. Pensaba que en la Iglesia todo el trabajo se desarrolla en los pueblos, en las parroquias e iglesias que encontramos cerca de nosotros. Yo pedía al Señor ser como ellos, aunque había oído hablar con cierta frecuencia de los misioneros, de los religiosos, de los monjes, pero los veía muy lejos del quehacer diario de una comunidad local. Poco a poco fui cayendo en la cuenta de que la Iglesia es más grande, muchos más grande, que mi pueblo. Y que Dios llama a seguirle de modos distintos, con carismas diversos. Y fue entonces cuando empecé a rezar por todas las vocaciones en esa variedad que iba descubriendo. Aunque veía que lo mío era ser sacerdote diocesano.

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            Hoy no es fácil que se de esa confusión porque la movilidad es grande y vemos mucho mundo. Los medios de comunicación nos traen noticias de la Iglesia en cualquier rincón del planeta. Y ya comprendemos que, aunque la Iglesia es una, sus miembros somos muy variados. De todos modos pienso que no viene mal que recordemos estas verdades elementales para definir los distintos campos apostólicos. Y nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un sacerdote diocesano y uno religioso? Tomo la respuesta del Ricardo Sada en http://www.churchforum.org:

Veo que muchas veces se habla de sacerdotes que son diocesanos y otros que son religiosos. ¿C cuál es la diferencia entre uno y otro?

Jesucristo ha querido llamar a algunos  para que continúen su misión haciendo presente su sacrificio a los hombres a través de la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos. Su misión fundamental es apacentar al rebaño de Cristo, haciendo las veces del Señor, que es el Buen Pastor por excelencia. Son los sacerdotes.

Ahora bien, un sacerdote puede pertenecer a una diócesis, que es, por decirlo en modo simple, una zona geográfica en la que la Iglesia peregrina, y que está presidida por un obispo, sucesor de los apóstoles. El sacerdote diocesano recibe el sacramento del orden para apacentar esa porción de la Iglesia. Se suele formar en el seminario de una diócesis y está a la entera disposición del obispo diocesano. El sacerdote diocesano hace una promesa de castidad al recibir el diaconado (lo hacen también los religiosos) y de obediencia a su obispo. En cuanto a su espiritualidad, cada sacerdote diocesano puede elegir la que más le ayude: algunos buscan ellos su propio camino, otros se suman a la espiritualidad franciscana, o carmelita, o al Opus Dei, o al movimiento de los Focolares, o de los jesuitas, o del Regnum Christi, o de muchas otras realidades en la Iglesia.

Por otra parte, el sacerdote religioso, además de los compromisos propios del estado sacerdotal, se vincula a una congregación u orden aprobada por la Iglesia a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia y el compromiso de vivir según unas Constituciones o Reglas de su instituto. Viven en comunidad y tienen un superior. Dependen también del obispo en el ejercicio de su apostolado, en la fidelidad a la doctrina de la Iglesia, etc. pero en la vida interna de su comunidad dependen más bien de su superior.

El sacerdote religioso participa del carisma de su comunidad o congregación. Así, además de ejercer su ministerio sacerdotal, la labor de su congregación y la misión que le confía colorea toda su vida: atención a los enfermos, a los más pobres, educación de la juventud, formación de otros sacerdotes, investigación, etc. También pueden colaborar con los obispos diocesanos en sus parroquias.

No sé si esto es suficiente para ver las diferencias. Aunque las hay, tanto religiosos como diocesanos tienen también muchas cosas en común, pues participan del único sacerdocio de Cristo y gozan de la misma fraternidad sacerdotal en las diócesis.

Puedes profundizar más en esto leyendo los documentos del Concilio Vaticano II que se llaman Presbyterorum Ordinis y Perfectae Caritatis.  (Publicado en: http://www.churchforum.org/cual-es-diferencia-entre-un-sacerdote-diocesano-uno-religioso.htm)

            Aunque de forma muy sucinta hemos intentado ofrecer una aproximación a un tema que, indudablemente, exigiría todo un tratado, y los hay en abundancia. Pero podríamos resumirlo de modo siguiente: Yo distinguiría entre sacerdote secular y sacerdote religioso. Ambos se pueden considerar diocesanos si están trabajando en una diócesis y siguiendo las directrices pastorales del obispo.  Pero  La diferencia principal es que los religiosos tienen los tres votos de castidad, pobreza y obediencia, y los diocesanos solo el de obediencia a su Obispo (aunque se les exige el celibato y la sencillez sería deseable). Además es más común en los religiosos la vida en comunidad (con otros con la misma vocación, y están donde los manda su superior según donde tengan sus casas). Los diocesanos están en la parroquia, o cargo pastoral,  donde los mande el obispo. En ninguno de los dos casos se puede elegir donde estar ni por cuanto tiempo,  se prioriza la obediencia. Todos están al servicio de la Iglesia.

 

 

Juan García Inza

 

 

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