Beato Óscar Romero y las persistentes mentiras de Vidal
Me sabe mal empañar la gozosa beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero con un comentario generado por el director de Religión Digital. José Manuel Vidal, del que se podrá hacer una tesis sobre sus obsesiones permanentes contra el cardenal Antonio María Rouco Varela, titula hoy: “Rouco presiona a los obispos para que no asistan a la “beatificación política” de monseñor Romero”.
Mire, Vidal, ni fui diocesano del Cardenal ni le debo nada (con Ustedes hay que aclarar así las cosas). He comido muchas veces con él. Le conozco desde 1989, cuando su entonces diócesis de Santiago de Compostela se encargó de preparar la primera Jornada Mundial de la Juventud en España. Es Usted, sencillamente, un mentiroso. Y se lo pongo tan fácil como que le ofrezco desvelar el nombre de los Obispos a los que el todopoderoso Rouco ha obligado a no asistir al Salvador.
Son Ustedes los que han terminado por arruinar la beatificación del Obispo Romero. El “coro de liberacionistas” que ha usado, desde su asesinato, a Romero para sus campañas políticas, no religiosas.
Sabe que la autoridad de la Iglesia determina que tan válido es el testimonio del beato Jerzy Popieluszko (asesinado por el comunismo) como el beato Óscar Romero (asesinado por los militares que estaban en el poder).
Romero, que era un hombre íntegro, tras la muerte de San Josemaría Escrivá de Balaguer, afirmó: “de él había recibido el aliento y la fortaleza para ser fiel a la doctrina inalterable de Cristo y para servir con afán apostólico a la Santa Iglesia Romana”.
San Juan Pablo II sabía que su martirio era verdadero y, por eso, acudió en dos ocasiones a su tumba, para venerarlo. Algo que pudiendo, no hizo con otros. Por ejemplo, en Guatemala, fue muy llamativa la no alusión a los catequistas asesinados durante la represión militar. Porque no es lo mismo, ¿entiende?
Luego su adjunto, el Sr. Bastante, se inventa no sé qué desplante de Juan Pablo II no queriéndole recibir en privado, y teniendo que forzar Romero un encuentro en la plaza de San Pedro. La foto que le muestro bajo estas líneas, ¿es de antes o de después de eso que Usted fabula? Porque ya ve que en ella san Juan Pablo II recibe muy distendidamente al beato Óscar Romero... ¡¡¡en su biblioteca privada!!!
En fin, mañana es la beatificación de monseñor Óscar Romero, mártir de la fe. Os invito a que veáis este reportaje de Univisión. Está muy bien conseguido. Todos los que hablan dan razón de lo que pasó.
Bajo estas líneas, fragmento (con una frase suya) del Mural en homenaje a monseñor Óscar Arnulfo Romero en el Aeropuerto Internacional de San Salvador (El Salvador) que, desde hace un año, lleva el nombre del arzobispo mártir.
Mire, Vidal, ni fui diocesano del Cardenal ni le debo nada (con Ustedes hay que aclarar así las cosas). He comido muchas veces con él. Le conozco desde 1989, cuando su entonces diócesis de Santiago de Compostela se encargó de preparar la primera Jornada Mundial de la Juventud en España. Es Usted, sencillamente, un mentiroso. Y se lo pongo tan fácil como que le ofrezco desvelar el nombre de los Obispos a los que el todopoderoso Rouco ha obligado a no asistir al Salvador.
Son Ustedes los que han terminado por arruinar la beatificación del Obispo Romero. El “coro de liberacionistas” que ha usado, desde su asesinato, a Romero para sus campañas políticas, no religiosas.
Sabe que la autoridad de la Iglesia determina que tan válido es el testimonio del beato Jerzy Popieluszko (asesinado por el comunismo) como el beato Óscar Romero (asesinado por los militares que estaban en el poder).
Romero, que era un hombre íntegro, tras la muerte de San Josemaría Escrivá de Balaguer, afirmó: “de él había recibido el aliento y la fortaleza para ser fiel a la doctrina inalterable de Cristo y para servir con afán apostólico a la Santa Iglesia Romana”.
San Juan Pablo II sabía que su martirio era verdadero y, por eso, acudió en dos ocasiones a su tumba, para venerarlo. Algo que pudiendo, no hizo con otros. Por ejemplo, en Guatemala, fue muy llamativa la no alusión a los catequistas asesinados durante la represión militar. Porque no es lo mismo, ¿entiende?
Luego su adjunto, el Sr. Bastante, se inventa no sé qué desplante de Juan Pablo II no queriéndole recibir en privado, y teniendo que forzar Romero un encuentro en la plaza de San Pedro. La foto que le muestro bajo estas líneas, ¿es de antes o de después de eso que Usted fabula? Porque ya ve que en ella san Juan Pablo II recibe muy distendidamente al beato Óscar Romero... ¡¡¡en su biblioteca privada!!!
En fin, mañana es la beatificación de monseñor Óscar Romero, mártir de la fe. Os invito a que veáis este reportaje de Univisión. Está muy bien conseguido. Todos los que hablan dan razón de lo que pasó.
Bajo estas líneas, fragmento (con una frase suya) del Mural en homenaje a monseñor Óscar Arnulfo Romero en el Aeropuerto Internacional de San Salvador (El Salvador) que, desde hace un año, lleva el nombre del arzobispo mártir.
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