Convivir con el Papa Francisco
La segunda pregunta de los novios se dirigía a la convivencia familiar. Fundamental en su vida. Fundamental también para cuantos vivimos en comunidad de familia o de trabajo. El Papa les respondió con tres palabras que ha repetido: permiso, gracias, disculpa.
Permiso.
De Dios se ha dicho que siempre es un caballero. Nunca entra sin pedir permiso y con gran cortesía. No se puede entrar con violencia en la vida de los demás. La violencia cierra el corazón. El Papa lo ha dicho con estas palabras: “¿Puedo? Permiso es el pedido gentil para poder entrar en la vida del otro con respeto y cuidado. Hay que aprender a pedir: ¿Puedo hacer esto? ¿Te parece que hagamos así, que tomemos esta iniciativa? ¿Qué eduquemos así a los hijos? ¿Quieres que esta noche salgamos?
El amor verdadero no se impone con dureza o agresividad. En las florecillas de san francisco se encuentra esta expresión: ´ Sepan que la cortesía es una de las propiedades de Dios… y la cortesía es hermana de la caridad, la cual apaga el odio y conserva el amor ´. Sí, la cortesía conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a veces violento y arrogante, es necesario tener mucha cortesía”.
Gracias.
Para dar gracias hay que reconocer los favores. Ser muy sencillos de corazón. De contrario, somos exigentes. Los leprosos del evangelio son un ejemplo de lo que cuesta dar gracias. Un muchacho scout contó un día los favores recibidos en casa y colegio. Más de cien colocó en la lista.
El papa Francisco se lo comunicó así a los novios: “Gracias, parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así… Pero es importante. La enseñamos a nuestros hijos pero después la olvidamos. La gratitud es un sentimiento importante. Una anciana una vez decía en Buenos Aires:´ La gratitud es una flor que crece en tierra noble ´. Es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor… En vuestra relación y mañana en vuestra vida matrimonial es importante tener la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, ¡y a los dones de Dios se dice gracias! Y en esta actitud interior decirse gracias mutuamente en cada cosa. No se trata de una palabra gentil para usar conlos extraños de manera que uno sea educado. Es necesario saber decirse gracias, para ir bien, juntos en la vida matrimonial.”
Disculpa. Perdón.
Nuestra limitación se expresa en las equivocaciones concretas. Aun el más avispado lo hace siete veces al día, como dice la escritura. Por eso la palabra disculpa o perdón debe estar frecuentemente en nuestros labios. Cada uno tenemos nuestras fortalezas de carácter y o voluntad en no caemos. Es punto de apoyo para juzgar a los demás. Nos parece imposible que los demás no actúen lo mismo que nosotros. Los demás no nos juzgan por el punto fuerte sino por los muchos flojos que poseemos. “Acusar al otro y no pedir perdón es una historia vieja y es un instinto que está en el origen de tantos desastres.” Que no se os caiga de la boca y de corazón: perdón, cariño.
“Existimos nosotros pecadores, Jesús que nos conoce bien nos enseña un secreto: no terminar nunca una jornada sin pedirse perdón, sin que la paz vuelva nuestra casa, en nuestra familia..Es habitual pelear entre los esposos… quizás voló algún plato, pero nunca terminar la jornada sin hacer la paz. Esto nunca, nunca. Esto es un secreto, un secreto para conservar el amor… Porque si tú terminas la jornada sin hacer la paz, el día después es frío y duro y es más difícil hacer la paz. Acuérdate bien de esto: nunca terminar la jornada sin hacer la paz.
Si aprendemos a decirnos ´ disculpa ´ y a perdonarnos mutuamente el matrimonio durará e irá adelante.”