Ser cristiano no va de "ser bueno"

Mucha gente cree y dice que ser cristiano consiste en “ser buenos”. Y no. Lo siento, la fe no va de ser bueno o malo, eso hace que nos etiquetemos y júzguenos entre nosotros. La fe va de ser libre o esclavo. ¿Tu que eres? Te voy a explicar por qué esto es así.

Cuando la gente dice “no hace falta ir a la Iglesia para ser bueno” o "yo conozco gente muy buena que no va a Misa", tienen razón. Un musulmán puede ser bueno. Un ateo puede ser bueno. Uno del Palmar de Troya puede ser bueno. Claro que hay que ser buenos. Faltaba más. Pero Cristo no vino a decirnos “hay que ser buenos”, eso ya nos lo dijo Moisés, quien lo recibió de Dios escrito en tablas de piedra muchos siglos antes. Cristo vino a hacernos libres porque debajo de los pecados hay esclavitudes. Lo que pasa es que quienes hablan con esos tópicos no son tan buenos como nos hacen creer. ¿Tu te crees que eres bueno? Ya será menos. No lo eres tanto.

Te lo demuestro. Un día ves a tu vecino que es más capullo que tú y resulta que se ha comprado un coche mejor. Y te corroe la envidia. Otro día llegas tarde de trabajar porque te has ido a beber, al llegar tu mujer te pregunta enfadada, ¿y qué haces?, la mientes como un bellaco. O resulta que tu hijo no ha sacado la nota que esperabas, has proyectado en él lo que tú no hiciste, y te sale la ira. O en la parroquia han pedido a otro que lea el domingo, ya no lo vas a hacer tú, y la reacción que tienes muestra que eres un gran soberbio. ¿Te pasa? ¿A que sí? ¿Ves como no eres tan bueno?

Quizás me dirás: “eso son pecadillos”. Con eso lo único que demuestras es que encima eres un orgulloso, de los que ve la paja en el ojo ajeno y se traga la viga del propio. ¿Si o no? ¡Ojo! Ser cristiano no va de ir diciendo por ahí lo bueno que se es, eso es fe inmadura. Un cristiano se sabe y confiesa muy pecador. Vive sabiendo que a la mínima es capaz de cualquier cosa, que no es mejor que nadie, ¡vete tú a saber en las circunstancias de grandes pecadores públicos lo que haríamos! Cristo ha venido a hacernos libres. Convertirnos. Recuérdalo.

Debajo de todos los pecados lo que hay es esclavitud, en forma de miedo a sufrir y miedo a que no me tengan en cuenta, a “no ser”. ¿Por qué envidias a tu vecino? Por miedo a que otros no te reconozcan a ti. ¿Por qué mientes a tu mujer? Por miedo a que te regañe. Así siempre.

Cristo lo ha dicho claro: “la Verdad os hará libre”. Y la Verdad es que Él se ha dejado matar para recibir sobre si el castigo que tú merecerías por todas esas cosas que tapas y llamas “pecadillos”. ¿Cuántos latigazos vale tu ira? ¿Cuántas espinas tu orgullo? ¿Cuántos clavos tus mentiras? No fastidies, que esto es muy serio.

¿Qué hacer entonces para ser libre? Tu no te tienes que justificarte ante un Dios que te acusa sino acusarte tú ante Dios que te quiere justificar. Para ser libre y no esclavo del miedo a sufrir tienes que reconocer la esclavitud que hay en tu corazón, darle los pecados a Dios, pedir perdón. Eso es la confesión. Aceptar que Jesús puede perdonarte y quiere salvarte, poner en Él tu confianza y la adhesión de tu vida, dejar de vivir como si Él no existiera y empezar a hacerlo sabiendo no solo que existe sino que te quiere y quiere lo mejor para tí, pero no va a forzarte ni a bendecir que eres el "santo" que te crees tan a menudo.

Te repito la pregunta de arriba. ¿Qué quieres ser? ¿Cómo quieres vivir hasta el final? ¿Como alguien que se sabe pecador que necesita ser liberado o como un puritano de fachada esclavo del miedo a sufrir? ¿Libre o esclavo? Tu verás. Ánimo.