De una virtud que sí habrá que reconocer a los nacionalistas...
por En cuerpo y alma
...cual es el tesón, la constancia, la tenacidad, la confianza en sí mismos, la seguridad que tienen en lo que buscan… No es sólo una, son varias las virtudes exhibidas por los partidos y los votantes nacionalistas. Y ya me gustaría poder afirmar que no es verdad que las tengan o que, por el contrario, los que las atesoran son los que se consideran, nos consideramos, españoles, sencillamente españoles. Y como ellos, sus representantes. Pero no puedo.
Esto dicho, y aunque los dos lo sean, en modo alguno voy a reconocer que sean igualmente culpables de la indolencia e inseguridad que ha demostrado el no-nacionalismo los partidos de la derecha y los de la izquierda. Sería faltar a la verdad. La izquierda, el PSOE en particular, ha sido mucho más culpable que el PP por lo que a desinflar y desactivar el sentimiento patrio se refiere, no sólo en las regiones de las que hablo sino también fuera de ellas, con un mensaje que, en ocasiones, ha trascendido lo a-español, para adentrarse profundamente en lo directamente anti-español.
Al PSOE, como ya he tenido ocasión de explicar hace bien poco (véalo pinchando aquí si lo desea), sólo le interesan las regiones españolas donde existe separatismo por la ventaja que obtiene en esas regiones sobre el Partido Popular, una ventaja que por lo menos en dos ocasiones, le ha brindado el triunfo en las elecciones generales. Mientras esas regiones sigan mandando pesoítas al Congreso nacional, todo lo demás que afecta a dichas regiones, al pesoísmo le importa literalmente un pito, y lo mismo le da hacerles un estatuto que dos, convertir el estado de todos en federal, en asimétrico o en poliédrico, hacerles un estado a lo Puerto Rico, a lo Quebec o a lo Madagascar... Todo menos la independencia, y aún ésta le importaría poco si pudieran hallar un sistema mediante el cual, las regiones en cuestión pudieran seguir enviando pesoítas al Congreso español.
Dicho todo lo cual, tampoco quiero negar que en el Partido Popular no haya habido mucha responsabilidad de lo ocurrido en Cataluña y País Vasco, con una oposición al nacionalismo que ha sido siempre errática, acomodaticia, pacata, atemorizada, o por utilizar la palabra que todos utilizan y que tan bien caracteriza a la derecha española, acomplejada. Y eso cuando no directamente cómplice, pues a nadie se le oculta que aunque en menos ocasiones y menos importantes que las realizadas desde el PSOE, también el PP ha pactado concesiones a los nacionalismos que lo han sido en detrimento de la patria común.
Muchos son los casos que podría referir, pero me voy a ceñir a dos. Primero: Galicia, donde el primero que hizo nacionalismo no fue otro que Fraga, a quien acabó pasando lo que pasa a los que hacen aquello que no es lo suyo (según su ilustre correligionario el Sr. Aznar): que terminan siendo la fotocopia que los votantes no votan porque para eso, votan el original.
Pero al propio Sr. Aznar en quien tantas otras cosas hemos de ponderar –el único, incluído el Sr. Rajoy, que ha intentado por ejemplo derrotar a la ETA y no empatar con ella-, fue quien, en un caso excepcional en la historia de los partidos españoles, transigió en prescindir de uno de los puntales más importantes del suyo, el Sr. Vidal Quadras, única persona capaz de producir algún quebradero de cabeza al rampante nacionalismo catalán, cuando su cabeza se convirtió en moneda de cambio para el pacto del Majestic con los nacionalistas que haría posible el Gobierno del PP en el año 1996. Tampoco debemos olvidar que las últimas (y más que cuestionables como se ha demostrado) transferencias autonómicas, las referidas a sanidad y a justicia, las realizó el Sr. Aznar.
Las cosas pues como son: nada de su mensaje suscribo, retrógrado como es, antipatriota (ya lo sufrirán en sus carnes los nacionalistas si algún día obtienen la independencia, que hay quien se cree que nacionalismo y patriotismo es la misma cosa), engreído, petulante, egocéntrico, ombligosférico, acrítico, sectario, doctrinario, prepotente, excluyente, autocomplaciente, codicioso, insolidario, ignorante, obsoleto, cateto, provinciano, falsario, farsante, mentiroso, liante, victimista, llorón, plañidero, baboseante, insidioso y hasta violento (y no hablo de la ETA donde no tendríamos que hablar de violentos sino de auténticos asesinos)… Pero el tesón y la constancia de los nacionalistas… ¡para los que sí creen en España los querría yo!
©L.A.
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