Muchos jóvenes mexicanos esperamos al Papa

17 marzo 2012 00:00

En lo personal estoy haciendo hasta lo imposible para poder viajar desde el Estado de Veracruz hasta el Estado de Guanajuato. Me interesa estar presente en alguna de las celebraciones presididas por el Papa Benedicto XVI, quien estará en México del 23 al 26 de marzo del año en curso. Todo un acontecimiento que seguramente marcará un antes y un después en la realidad de la Iglesia mexicana.

Lo mejor de todo es que a pesar de las especulaciones negativas que nunca faltan alrededor de un viaje apostólico, los jóvenes estamos muy contentos de recibir al Papa en nuestro país. He sabido que varias personas de mi edad y generación, andan buscando boletos y traslados para participar en la Eucaristía del domingo 25 de marzo en el “Parque Bicentenario”. La idea no es quedarnos en la figura del Santo Padre, sino valernos de su mensaje y testimonio para profundizar en nuestra relación con Jesús.

Ahora bien, el Papa se encontrará con diferentes desafíos en lo que respecta a la realidad social mexicana. En primer lugar, la lucha de un país que pretende ir más allá de la corrupción y, por ende, de la inseguridad, sin olvidar el aumento considerable de las sectas y la falta de formación entre no pocos creyentes. Desde luego, no solo será testigo de cuestiones negativas, sino también de una nación con una cultura tan rica y multifacética que ha conseguido aumentar las expectativas del turismo nacional y extranjero.

Se espera que la visita del Papa Benedicto XVI contribuya al desarrollo de la paz en los diferentes niveles de la sociedad, permitiendo la construcción de un México mejor. Lo anterior, bajo la mirada maternal de Nuestra Señora de Guadalupe y el signo de la Cruz del Apostolado.