El fideísmo pepeísta. El Papa deja en evidencia a la exvicerrectora de la UNAV, López Moratalla
por Manuel Morillo
Natalia López Moratalla, la Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Valencia, y ahora Presidenta de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica desde 2007, ha sido siempre defensora de la vida desde el momento de la concepción, y a ello ha aplicado su talento y sus conocimientos científicos.
¿Siempre?
No. Hay excepciones.
Cuando se trataba de justificar las acciones y posiciones del Partido Popular
Así, por ejemplo, en 2003, cuando era "Experto Externo del Comité Asesor de Ética en la Investigación Científica y Técnica", dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, para evaluar la investigación sobre células troncales y también representante de España en la Reunión de expertos gubernamentales encargados de preparar el proyecto de Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos, hizo una defensa de las políticas del PP sobre el tema
El gobierno del Partido Popular. gobernando con mayoría absoluta estaba ocupado con la ley que, entre otras barbaridades, permite investigar con niños en su estado embrionario.
Pues bien, la bien formada López Moratalla, durante una década vicerrectora de la Universidad de Navarra, "se la coje con papel de fumar" haciéndose trampas intelectuales y morales y sale a hacer un papelón para justificar ante la "gente decente", que confía en ella por su benemérita trayectoria, la indecente acción del gobierno progre de derechas y de la decisión de la Ministra de Sanidad Ana Pastor
Fruto de la ley a la que López Moratalla trataba de dar soporte moral para justificar al Partido Popular, comprometiendo su dignidad, como persona y su prestigio como científico, luego Ana Pastor, miembro del comité ejecutivo del PP, presumiría de haber dado "300.000 embriones para investigar" al siniestro Bernat Soria, que sería Ministro de Sanidad de Rodríguez Zapatero.
Pues bien, el Papa parece que no coincide con López Moratalla y considera no hay excepciones [*] para jutificar la manipulación con embriones.
Tampoco aunque la ley genocida la firme un gobierno del partido progre de derechas como la Ley Pastor.
A contrario de las asociaciones pantalla del Partido Progre de derechas y sus cómplices, para el juicio del Sumo Pontífice, si las barbaridades las hace el Partido Popular, siguen siendo barbaridades.
¿Cómo pueden darse posiciones como las de López Moratalla, que es sólo un ejemplo, llamativo por la categoría humana y científica de la implicada, pero abundante entre gente de las mismas características?
El asunto afecta a una parte importante de los católicos "oficiales", tanto políticos como intelectuales, y cuenta con el aliento, más o menos activo, de parte de la jerarquía española, de forma opuesta a la Santa Sede.
Y se enmarca en la nueva herejía, entre político y religiosa (por sus implicaciones morales y sus resultados criminales y contra el derecho natural):
El pepeísmo se da en este tema y en general en todos los relacionados con la naturaleza humana, como la sodomía y el cambio de concepción antropológica, el género, el aborto, la justicia social, etc...
El pepeísmo, de forma análoga al fideísmo, consiste en renunciar a la inteligencia y a la razón, rechazándolas, para poder seguir, con total asentimiento intelectual la más criminales y contrarias a la naturaleza humana de las propuestas y acciones políticas y administrativas, con la condición de que las "revele" el PP.
A todos nos viene a la cabeza nombres de magníficas personas, talentosas y valientes, que se convierten en herejes pepeístas dispuestos, parafraseando al santo, a dejar no sólo el sombrero sino la cabeza cuando entran (metafóricamente) en Génova 13.
Y están abiertos a aceptar (y justificar y defender) el aborto bueno de Rajoy que era malo por ser el socialista de Ledesma hasta que lo adoptó éste, y a justificar los matrimonios sodomitas si són lo mismo pero se llaman diferente (uniones civiles) tal como proponen los populares, etc...
Esta herejía pepeísta no solo se encarna en personas concretas, sino que se organiza en asociaciones, que de forma consciente o inconsciente, sirven a los intereses de la organización centroreformista.
Y esta forma es la más peligrosa porque se especializa en encuadrar y neutralizar a las personas de buena voluntad que quisieran luchar por la civilización cristiana, pero que una vez captados por las asociaciones infectadas del virus pepeísta se convierten en cooperadores del asentamiento de los postulados sociales de los enemigos del Orden Natural.
El problema es que, como en el arrianismo, una gran parte de la Iglesia Jerárquica española, de forma contraria a la Santa Sede, comparte secretamente esta posición heterodoxa, y apoya más o menos abiertamente a los herejes pepeístas (algunos por simpatía con la ideología liberal, otros por "utilidad" ´-maquiavelos de pacotilla como muestra la experiencia- y otros por miedo como los que defendían la ostpolitk y ahora el entendimiento con el Islam) .
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El pepeísmo además también es una secta que ataca a la inteligencia y afecta al buen juicio.
¿El niño perdonará a la madre cuando crezca?
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"La destrucción de una sola vida humana nunca puede ser justificada"
El Papa cierra la puerta a la investigación con células embrionarias
Sí saluda "los beneficios potenciales de la investigación con células madre adultas"
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La investigación científica "es una oportunidad única para explorar las maravillas del universo, la complejidad de la naturaleza y la belleza distintiva de la vida" Benedicto XVI dijo hoy que "la destrucción de una sola vida humana nunca puede ser justificada en términos de los beneficios que podría llevar a otro", al hablar de las células embrionarias.
El papa recibió hoy en audiencia a los miembros de la "Conferencia Internacional sobre células madre adultas: la ciencia y el futuro del hombre y la cultura" encabezados por el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura.
El pontífice aseguró que reconoce a la Santa Sede todo el trabajo que realiza para promover iniciativas culturales y educativas destinadas a apoyar investigaciones de alto nivel científico sobre las células madre adultas y la exploración de los aspectos culturales, éticos y implicaciones antropológicas de su uso.
La investigación científica "es una oportunidad única para explorar las maravillas del universo, la complejidad de la naturaleza y la belleza distintiva de la vida, incluyendo la vida humana", aseveró.
Sin embargo, "dado que los seres humanos están dotados de un alma inmortal y se crean a imagen y semejanza de Dios, hay dimensiones de la existencia humana que están más allá de los límites de lo que las ciencias naturales son competentes en determinar".
Para el papa, si se superan estos límites, "existe un grave riesgo para que la única dignidad e inviolabilidad de la vida humana pueda ser puramente subordinada a consideraciones utilitarias".
Pero si se respeten estos límites, "la ciencia puede hacer una contribución realmente notable para salvaguardar y promover la dignidad del hombre: de hecho, aquí radica su verdadera utilidad", refirió.
El hombre -manifestó Benedicto XVI-, es el agente de la investigación científica, pero a veces, en su naturaleza biológica, constituye el objeto de la investigación.
Sin embargo -agregó-, "su dignidad trascendente le da derecho a permanecer, siempre a ser el beneficiario último de la investigación científica y no que se reduzca a la de puro instrumento".
En este sentido, "los beneficios potenciales de la investigación con células madre adultas son muy considerables, ya que abre nuevas posibilidades para la curación de las enfermedades degenerativas crónicas, reparando y restaurando en el tejido dañado su capacidad de regeneración".
Y reiteró que los que abogan por la investigación con células madre embrionarias, con la esperanza de lograr tal resultado "cometen el grave error de negar el derecho inalienable a la vida de todos los seres humanos desde el momento de la concepción hasta la muerte natural".
Sin embargo, en general, señaló el pontífice que "no hay problemas éticos cuando las células madre se extraen de los tejidos de un organismo adulto, de la sangre del cordón umbilical en el momento del nacimiento, o de tejidos de fetos muertos de muerte natural".
(Rd/Efe)