Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

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Tarde del 7 de noviembre, en el Arroyo de San José de Paracuellos

por Jorge López Teulón

A las tres de la tarde los autobuses de la primera expedición de la cárcel Modelo se detienen en Paracuellos. Los presos son obligados a bajar de los vehículos. En grupos pequeños -diez, quince- se los hace avanzar hacia las fosas previamente cavadas al efecto. Así van siendo fusilados, un grupo detrás de otro. Algunos milicianos se ocupan de dar el tiro de gracia a los heridos. Inmediatamente, un equipo de sepultureros arroja tierra sobre las zanjas. Llega entonces un nuevo grupo, con el que se repite la operación. Unas ochocientas personas cayeron en esa primera matanza masiva. Algunas horas más tarde llegó la segunda expedición: unos doscientos presos que conocerán la misma suerte.

            También hoy recordamos en el holocausto de Paracuellos a un misionero redentorista que ejercía su ministerio en Madrid. 
 
Siervo de Dios Vicente Nicasio Renuncio Toribio
Nace en Villayuda (Burgos), cerca de la Cartuja de Miraflores, en 1876. Deseoso de ser sacerdote, se fue al seminario de Burgos. Tras conocer a los padres Redentoristas en la misión de Agés (Burgos), uno de los misioneros animó a sus padres a pedir el ingreso en el Monasterio de El Espino en Santa Gadea del Cid (Burgos). Allí estuvo seis años, en los que se mostró de carácter serio y muy austero. Después de un mes como postulante en la Casa-Noviciado, realiza el noviciado y profesa en 1895.
Tras su Profesión, pasó a la casa de Astorga (León) a realizar sus estudios teológicos. Se ordenó de presbítero en 1901. En abril de 1902 fue destinado a El Espino para hacer el segundo noviciado. En agosto del mismo año es nombrado profesor del Jovenado de Ntra. Sra. de El Espino y en este trabajo permaneció hasta 1906. Desde este año hasta el 1909 estuvo de misionero, primero en Astorga y después otra vez en El Espino.
Predicó por tierras de Burgos, Valladolid, León, Galicia. Intervino en la misión de Daroca y en la célebre de Peñacastillo con el P. Sarabia. En 1909 volvió al Jovenado de El Espino. En 1912 es destinado a Madrid para hacerse cargo de la Revista “El Perpetuo Socorro”. En este cargo permaneció hasta 1918. En 1923 va a la fundación de Carmona (Sevilla) y vuelve en 1924 a Madrid, hasta su martirio.
El 18 de julio de 1936 abandonó el convento y se refugió en casa de don Miguel Huidobro, en el nº 11 de la Calle San Opropio. A los pocos días de llegar a aquella casa hicieron un registro, pero el P. Renuncio estaba fuera. Al enterarse del registro no quiso volver y se fue a casa de la familia Salinas, en la calle Carranza. Poco tiempo estuvo aquí ya que el 24 de julio aparece en casa de Doña Dolores Rosado, donde permanece hasta el 8 de septiembre. Aun desde aquí seguía saliendo para decir misa y ejercer el ministerio. Un día fue reconocido en la calle por los niños de la catequesis, ante lo cual comenzó a sentir miedo y se deshizo de su documentación.
De la casa de doña Dolores pasó a una pensión de la calle Malasaña. Fue su perdición. Sin documentación, sin saber la dueña de quién se trataba, va a caer en manos de la policía en el primer registro. Detenido el día 17 de septiembre de 1936, fue llevado primero a la Comisaría de Chamberí, para pasar a la Dirección General de Seguridad, y desde allí, el día 18 de septiembre, conducido a la Cárcel Modelo, galería número 2. Al ingresar en la Cárcel Modelo, para ocultarse cambiará sus apellidos. Su delicadeza y su conciencia le impedían por una parte mentir; pero por otra parte temía que su verdadera identidad le llevara a la muerte a causa de la persecución religiosa existente. Así las cosas, adoptó una identidad que le ocultase del peligro, pero que a la par no le supusiese mentir y pecar: usó en público su segundo nombre de pila: Nicasio; y, como apellidos, los segundos de sus padres: Manzanedo Arnáiz. Con ello, sin faltar a la verdad, escondía su identidad oficial y usada hasta ese momento. En cuanto a su ocupación laboral, dado que había estado en la Administración de la Editorial de El Perpetuo Socorro, se presentó como dependiente de comercio.
Nada más entrar en la Cárcel Modelo (bajo estas líneas) trabó amistad con el abogado don José Rumbao Conde, con el cual compartió también celda; también se encontró en la segunda galería de la Modelo con don Agustín García Guisasola, canónigo de Toledo. Ambos se confesaron. Escribe éste del P. Renuncio... “siempre afable y bondadoso, revelando una gran vida interior, prestó su ministerio a muchos presos; más de una vez hablamos del final de aquellas tristes jornadas y siempre se manifestó sereno y tranquilo”.



En la cárcel Modelo se encontraba por aquellos días el Superior de su Comunidad del Perpetuo Socorro, el P. Machiñena; dado que don José Rumbao era el ordenanza de la segunda galería, nuestro protagonista consiguió, por medio de él, que lo trasladaran a esta Galería e incluso a su misma celda. Desde entonces los dos religiosos vivieron juntos.
En la madrugada del 7 de noviembre sonó su nombre en las listas de los que debían ser trasladados. Don José, como ordenanza, fue el encargado de leerla. Sorprendido el P. Renuncio en un principio, fue animado por el ordenanza ya que sólo se trataba de un traslado de presos. El Siervo de Dios le pidió un poco de tiempo y quedarse un rato a solas con su Superior. Con el que se confesó y ante el cual renovó los votos, lo que solía hacer todas las semanas en la cárcel.
Al despedirse de su amigo Rumbao, con un gesto le al abrazarle: “Ya estoy preparado. Cuando usted quiera amigo. Ya no me preocupa lo que pueda suceder”. Y en voz baja añadió: “Ya me he confesado. Si voy a otra prisión, ya le escribiré. Si no, ya nos veremos en el cielo”. Al salir de la celda exclamó con ánimo resuelto: “Ofrezco mi vida por mis cohermanos de España, por toda la Congregación y por la desventurada España”.
Salió de la Cárcel Modelo en la saca del 7 de noviembre. No se tuvo más noticias de él. Su nombre aparece en las listas de los asesinados en Paracuellos de Jarama (Madrid) en la primera saca del día 7 de noviembre de 1936. Encabeza la lista de la Causa de Canonización del grupo de los redentoristas de Madrid.




           Podéis visitar la muy cuidada página de los Misioneros Redentoristas, donde encontraréis información completa de los tres procesos abiertos para los redentoristas mártires de Madrid, de Valencia y de Cuenca:

          También es muy interesante el trabajo presentado por el Padre Antonio M. Quesada en: http://testigosdelaredencion.blogspot.com/
 
Además, dos padres paúles de la Congregación de la Misión mueren hoy martirizados en Paracuellos:
Siervo de Dios P. Victoriano Reguero Velasco, miembro de la Provincia de Madrid. Nació el 13 de Enero de 1902 en Valladolid y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
Siervo de Dios Hno. Gil Belascoain Ilagorri, miembro de la Provincia de Madrid. Nació el 1 de Septiembre de 1883 en Legarda (Navarra) y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
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