8h del 7 de noviembre, en el Arroyo de San José de Paracuellos
“A las cuatro de la madrugada, -relata José Javier Esparza en su libro “El libro negro de Carrillo” (2009)- Segundo Serrano Poncela llega a la cárcel Modelo y ordena que todos los presos clasificados como militares y hombres de carrera sean trasladados a las naves exteriores. Serrano refiere a los presentes la orden telefónica de Ángel Galarza (Ministro de Gobernación de España desde el 4 de septiembre de 1936 al 17 de mayo de 1937) y asegura que pronto llegarán unos autobuses para evacuar a los presos. Los presos irán saliendo, manos atadas. A esa hora, el mismo ritual se repetía en la cárcel de San Antón, donde las Milicias de Vigilancia habían penetrado en busca de los presos de la “quinta columna”.
“A las ocho de la mañana, tres autobuses llegan al paraje de Paracuellos de Jarama, fuertemente custodiados por milicianos armados. Alrededor de doscientas personas, atadas de manos, bajan de los vehículos. Todos son fusilados en masa. Son los presos “evacuados” de la cárcel de San Antón…”
Las siete fosas del “Cementerio de los Mártires de Paracuellos”
José Manuel Ezpeleta, historiador y miembro de la Hermandad de Nuestra Señora de los Mártires de Paracuellos, tras la investigación realizada en 1999, nos da a conocer que “todas las fosas del actual cementerio de los caídos de Paracuellos de Jarama, fueron abiertas por vecinos de los pueblos cercanos a dicho cementerio, unos voluntariamente y otros a la fuerza entre los días 7 de noviembre y 4 de diciembre de 1936, según consta en numerosas declaraciones de testigos y trabajadores de la época, excepto la fosa número siete, que se excavó en 1940 para recibir los cadáveres y restos exhumados procedentes de ‘Soto de Aldovea’ en Torrejón de Ardoz y de otros lugares de Madrid”.
Fosa nº 1. Se encuentra detrás de la Capilla del cementerio. Allí reposan los fusilados procedentes de las cárceles Modelo, San Antón y Porlier, sacados en varias sacas de madrugada y por la mañana del día 7 de noviembre.
Fosa nº 2. Se encuentra a la izquierda de la antigua carretera que va de la Capilla a los Pinos, lugar en el que hacían descender a los presos de los autobuses y camiones. Allí reposan los fusilados procedentes de las cárceles Modelo, San Antón y Porlier, también sacados en varias sacas por la tarde noche del mismo día 7 de noviembre.
Fosa nº 3. Es la primera de las dos que se encuentran a la derecha de la antigua carretera, nada más pasar un pequeño puente. Allí reposan los fusilados procedentes de las cárceles Modelo y Porlier, en otras sacas del día 8 de noviembre, junto con los que fueron fusilados el mismo día en el término de Soto de Aldovea, Torrejón de Ardoz, y que después de la guerra fueron exhumados y enterrados en la fosa nº 7, excavada para su Inhumación, denominándose “Trasladados -exhumación de Soto Aldovea- y de varios lugares”.
Fosa nº 3. Es la primera de las dos que se encuentran a la derecha de la antigua carretera, nada más pasar un pequeño puente. Allí reposan los fusilados procedentes de las cárceles Modelo y Porlier, en otras sacas del día 8 de noviembre, junto con los que fueron fusilados el mismo día en el término de Soto de Aldovea, Torrejón de Ardoz, y que después de la guerra fueron exhumados y enterrados en la fosa nº 7, excavada para su Inhumación, denominándose “Trasladados -exhumación de Soto Aldovea- y de varios lugares”.
Fosa nº 4. Es la más larga de todas, y está situada a la izquierda de la entrada al cementerio. Originalmente fueron varias fosas casi unidas unas con otras, aunque en la actualidad forma una sola. En su parte más cercana a la Capilla, se encuentra un pequeño rectángulo unido al comienzo de la fosa, donde están los “Exhumados de otros lugares” que corresponde a los asesinados los días 18, 22 y 24 de noviembre. A continuación se encuentra una pequeña porción de fosa donde reposan los fusilados la mañana del día 9 de noviembre, procedentes de las cárceles Modelo y Porlier, en sacas preparadas a últimas horas del día anterior. El resto de la actual fosa, casi hasta la entrada al cementerio, corresponde a las originarias fosas donde reposan los fusilados procedentes de las cárceles Modelo, San Antón, Porlier y Ventas, correspondiente a las sacas de los días 15, 17, 18, 20 o 22, 27, 28, 29 o 30 de noviembre. Hay que recordar que los presos que quedaban en la cárcel Modelo fueron evacuados a Porlier, San Antón y un pequeño número a Ventas, entre los días 14 y 16 de noviembre, aunque algunos fueron evacuados días antes.
Fosa nº 5. Originalmente fueron dos fosas independientes, pero en la actualidad se encuentran formando una sola y adosada a la fosa nº 4, por la parte trasera de ésta y más cercana a la entrada del cementerio. Allí reposan los fusilados procedentes de las cárceles de San Antón, Porlier y Ventas, extraídos los días de mayor número de sacas, aunque de menos presos en cada una de ellas. La zona más cercana a su actual monolito, corresponde a la de los días 28 y 29 de noviembre, y en su zona opuesta al día 3 de diciembre.
Fosa nº 6. Desde su origen fue una sola fosa, situada en paralelo a la anterior, pero más cercana al muro norte del cementerio. Allí reposan los fusilados sacados de las cárceles de San Antón, Porlier y Ventas, correspondiente a las sacas de los días 1, 2, 3 o 4 de diciembre, junto a los “Trasladados Exhumaciones de diversos lugares”, según consta en la placa del adosado monolito de dicha fosa.
Fosa nº 7. Esta fosa fue excavada después de la guerra. Se encuentra situada a continuación de la fosa nº 3 y paralela a ésta. Interiormente está dividida en quince cuarteles o compartimentos, donde se colocaron los féretros de los casi 414 exhumados de “Soto de Aldovea” Torrejón de Ardoz, que fueron extraídos en varias sacas de la cárceles Modelo y Porlier, y fusilados el día 8 de noviembre. Según se desprende de los informes forenses, la gran mayoría no se pudo identificar debido a los tres años y medio transcurridos, aunque casi noventa de ellos sí lo fueron, no llegando a la docena de caídos, que fueron reclamados por sus familiares, y que no reposan con los demás. También en dicha fosa se encuentran varios centenares de asesinados en su mayoría en Madrid capital, y otros lugares de la Provincia, asesinados durante 1936. Todos estos últimos inhumados, fueron identificados posteriormente, excepto un pequeño número procedente de algunos cementerios limítrofes a la capital, así como los restos de varias mujeres asesinadas durante la guerra –según los informes forenses-, que fueron encontradas junto a la fosa nº 1, siendo seguidamente inhumadas de nuevo en la misma fosa.
Cinco dominicos y un salesiano ya beatificados
Juan Gregorio Muñoz, natural de Paracuellos, declara en la Causa General que desde septiembre de 1936 estuvo obligado a cavar trincheras por imposición del Comité del Frente Popular de Paracuellos del Jarama. Y relata que el 7 de noviembre “llegó alrededor de las 9 de la mañana al “Arroyo de San José”, y vio que contra la ladera del cerro, o sea junto a la zanja número 1 del plano, había aproximadamente 200 cadáveres que presentaban señales de fusilamiento. Oyó decir allí que las víctimas procedían de la Cárcel Modelo y habían llegado a las ocho de la mañana de aquel día en autobuses de dos pisos de los de servicio público en Madrid y fusilados inmediatamente. Cuando llegó, ya no estaban allí los autobuses… medio centenar de vecinos de Paracuellos cavaban la fosa número 1 hasta una profundidad de dos y medio metros”.
Hoy recordamos que hace 75 años, entre los asesinados, en la primera saca llevada a Paracuellos, hay cinco dominicos que sufrieron el martirio y que fueron elevados a los altares el 28 de octubre de 2007. También recordamos al salesiano, Beato Manuel Martín, destinado en el Colegio del Paseo de Extremadura.
Beato Alfredo Fanjul Acebal
Nació en Oviedo el 16 de julio de 1867, y fue bautizado al día siguiente en la iglesia de Santa María la Real de la Corte. Estudió en el seminario de Oviedo. Profesó en Corias (Asturias) el 29 de septiembre de 1883, y recibió la ordenación sacerdotal el 15 de diciembre de 1890. Enseñó en Corias y Salamanca, en este último convento fue regente de estudios; maestro en teología, preparaba bien las clases y era por ello muy estimado; fue superior en Oviedo, en Salamanca, en Palencia, en el Olivar de Madrid y en Santo Domingo el Real de Madrid. También fue prior provincial en 1918. Cuando asaltaron el convento del Olivar, el 20 de julio de 1936, era el prior.
Religioso óptimo, piadoso, gozaba de gran prestigio, destacaba por su caridad y prudencia. Arrestado el mismo día 20 lo llevaron en un camión a la comisaría de policía de la Puerta del Sol, y desde allí a una checa en la Ronda de Valencia, después al ministerio de la gobernación. En el camión en que lo condujeron se apreciaban charcos de sangre. Por descubrir la cabeza cuando pasaban por delante de una iglesia fue golpeado con el cañón de un fusil. Del ministerio lo llevaron a la dirección general de seguridad y lo metieron en los calabozos; se encontró con cuatro religiosos del convento de Atocha; y, finalmente, cerca de las doce de la noche de este día 20 los recluyeron en la cárcel Modelo y pudieron confortarse mutuamente, especialmente por medio de la oración compartida; uno de ellos era el Beato Isabelino Carmona.
Religioso óptimo, piadoso, gozaba de gran prestigio, destacaba por su caridad y prudencia. Arrestado el mismo día 20 lo llevaron en un camión a la comisaría de policía de la Puerta del Sol, y desde allí a una checa en la Ronda de Valencia, después al ministerio de la gobernación. En el camión en que lo condujeron se apreciaban charcos de sangre. Por descubrir la cabeza cuando pasaban por delante de una iglesia fue golpeado con el cañón de un fusil. Del ministerio lo llevaron a la dirección general de seguridad y lo metieron en los calabozos; se encontró con cuatro religiosos del convento de Atocha; y, finalmente, cerca de las doce de la noche de este día 20 los recluyeron en la cárcel Modelo y pudieron confortarse mutuamente, especialmente por medio de la oración compartida; uno de ellos era el Beato Isabelino Carmona.
En la cárcel tuvo el consuelo de asistir al matrimonio de su pariente el general Joaquín Fanjul, al que ejecutaron horas después; el 15 de agosto llegaron a la misma prisión cuatro estudiantes dominicos de la provincia Bética; el 22 de agosto estuvieron en peligro inminente de muerte por un incendio en la cárcel que pareció provocado desde fuera. En medio de su preocupación lo vieron siempre conforme con la voluntad de Dios, y ejerció mucho el ministerio de la confesión entre los reclusos; para sí mismo y durante la noche, recitaba todas las oraciones y practicaba los ritos como si estuviera celebrando la santa misa; en propia confesión esto le servía de gran consuelo.
Beato Isabelino Carmona Hernández
Nació en Pajares de Laguna (Salamanca) el 16 de septiembre de 1908, bautizado el 24, confirmado el 30 de mayo de 1911; ingresó en la escuela apostólica de Corias (Asturias) y continuó los estudios humanísticos en la de Las Caldas de Besaya (Santander); profesó el 15 de agosto de 1925 en Corias y continuó los estudios filosóficos; hizo la teología en Salamanca, fue uno de los fundadores en el estudiantado de la academia “Francisco de Vitoria”, ordenado sacerdote el 10 de julio de 1932. Su primera y única asignación fue el convento de Atocha de Madrid, director de la juventud de Acción Católica, que hizo pasar de un centenar, y puso gran empeño en su formación espiritual y litúrgica. Hombre íntegro, callado, observador y observante, respetuoso, de muy buenas dotes intelectuales.
El 20 de julio fue asaltado el convento y lo condujeron con el resto de religiosos al cuartelillo de Abtao y a la dirección general de seguridad y encerrado en los calabozos; de allí lo trasladaron a la cárcel Modelo cerca de las doce de la noche del mismo día 20; estuvo en la celda con otros tres dominicos del convento del Olivar, plenamente conformes con la voluntad de Dios y llevando una vida intensa de piedad, esperando la hora del martirio; pudieron celebrar con cierta solemnidad la fiesta de Santo Domingo el 4 de agosto.
Beato José Delgado Pérez
Nació el 18 de marzo de 1917 en Becerril de Campos (Palencia); fue bautizado al día siguiente y confirmado el 10 de julio de 1935. Muy dotado intelectualmente, estudió en la escuela apostólica de Almagro. En 1931, por las circunstancias políticas, los superiores lo enviaron a su casa, igual que al resto de colegiales. Se mostró allí piadoso y colaboró con la familia en el trabajo del campo. Tomó el hábito el 8 de septiembre de 1935 y dio comienzo al noviciado. Era de carácter alegre y muy tratable, muy estudioso y competente, de sólida piedad, desprendido y cumplidor del deber, entregado a Dios en cuerpo y alma.
Siguió los mismos pasos de la comunidad, después de cerrado el convento de Almagro el 25 de julio; fue llevado a Madrid, con fray Manuel Santiago y otros compañeros. Estuvo también con ellos en la cárcel Modelo. Allí se encontró con Fr. José Prieto Fuentes. Su martirio coincidió con el comienzo de ejecuciones en masa de prisioneros de la cárcel Modelo. Tenía 19 años.
Beato Juan Mendibelzúa Ocerín
Nació en Bilbao el 23 de noviembre de 1878 y fue bautizado al día siguiente en la iglesia de los Santos Juanes. De niño tuvo trato frecuente con las monjas dominicas de la Encarnación de Bilbao. Profesó en Corias (Asturias) el 5 de diciembre de 1894, y comenzó el estudio de la filosofía; estudió teología en Salamanca y fue ordenado sacerdote en 1902. Tenía dotes especiales para la música, cantor en los conventos que se le asignaron, organista y compositor. Estuvo destinado en el convento del Olivar de Madrid; religioso magnífico, de carácter bondadoso, apacible, sereno, de buen humor y servicial. Celebraba alguna vez la misa en el oratorio particular del presidente de la República Niceto Alcalá Zamora.
Después del asalto al convento del Olivar, el 20 de julio de 1936, se acogió a la hospitalidad al menos de dos familias, pero fue arrestado a mediados de octubre y recluido, primero, en la prisión del Congreso -en un lugar reducidísimo donde juntaron, a empujones, a un centenar de personas- y, después, en la cárcel Modelo. De complexión robusta, quedó muy desmejorado en aquellos meses de zozobra y sobresaltos. En la cárcel Modelo, seguramente desde el 17 de octubre, estuvo con el P. Vicente Rodríguez. Con él y otros compañeros de celda llevaron vida edificante y con optimismo, ocupados en el rezo frecuente del rosario.
Beato Vicente Rodríguez Fernández
Nacido en Bárcena, Navelgas (Asturias), el 22 de octubre de 1897, bautizado al día siguiente; ingresó en la escuela apostólica de Corias (Asturias), profesó el 12 de octubre de 1915; se esmeraba en prepararse para la predicación. Estudió teología en Salamanca, ordenado sacerdote el 1º de abril de 1922; partió muy pronto para México, estuvo destinado en Chihuahua y después en Tampico, donde le sorprendió la persecución religiosa de Plutarco Elías Calles, y fue expulsado del país. Pasó a los Estados Unidos y ejerció el apostolado en el pueblo de Cuero, en el Estado de Texas. Era voluntarioso y caritativo para todo y para todos, aunque algo nervioso; le gustaba el apostolado y predicaba con energía y aceptación, vivió con pobreza resignadamente. Al volver a España lo asignaron a San Pablo de Valladolid.
Estaba destinado en la comunidad del Olivar de Madrid cuando fue asaltado el convento el 20 de julio y encontró amparo en casa de uno de sus hermanos; sufría intensamente porque preveía que iba a morir, y hasta recibía algún anónimo diciéndole que irían por él cuando menos lo pensara. Lo detuvieron el 12 de octubre.
Beato Manuel Martín Pérez
Nació el 7 de noviembre de 1904 en Encinasola de los Comendadores, (Salamanca). Hizo el aspirantado en El Campello y el noviciado en Carabanchel Alto. Allí profesó como salesiano en 1923. Tras los estudios filosóficos siguieron sus prácticas pedagógicas en Santander-Don Bosco, Astudillo y Madrid-Atocha. A Carabanchel Alto, volvió para estudiar la teología, que terminó en 1931. Continuó allí durante dos años más como profesor. En otoño de 1933 fue destinado al colegio del Paseo de Extremadura. Se había distinguido por la bondad de su carácter, su competencia en la misión educadora, la entrega total a ella con seriedad y constancia, su simpática sencillez y, finalmente, su espíritu de sacrificio.
La tarde del 19 de julio se marchó del Colegio junto con el coadjutor don Valentín Gil. Su primer refugio fue el domicilio de un conocido de don Manuel en la calle Pérez Galdós, 4, hasta que juntos, se trasladaron a una pensión de la calle Atocha, 46. El día 17 de septiembre fueron sorprendidos allí por un registro de milicianos que se saldó con la detención de don Valentín. Don Manuel se estableció entonces en la pensión Loyola de la calle Montera, 10, donde estaban ya refugiados algunos salesianos de la comunidad de Carabanchel Alto. Allí estaba cuando fue detenido el 15 de octubre de 1936 y conducido a la cárcel Modelo. No se ha podido precisar la fecha exacta de su muerte. Corresponde a una de las primeras sacas en masa de dicha prisión, efectuadas los días 7 de noviembre de 1936.
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