La revista satírica británica Private Eye suele publicar hipotéticas cartas de disculpa de la prensa cuando la opinión que transmiten sobre una persona es desmentida por la realidad.
“Podría aplicarse a la visita de Estado del Papa Benedicto XVI”, afirma Dominic Lawson, editorialista de The Independent, en su columna de hoy Pope Benedict ... an apology.
“El Papa. Una disculpa. Queremos pedir disculpas por describir a Su Santidad como el líder tiránico con botas militares de una institución corrupta empeñada en la violación de niños y el exterminio de todo el continente africano. Ahora aceptamos que es un hombre viejo y dulce, nunca más feliz que cuando besa a los bebés, y que este país tiene mucho que aprender de su humanidad y su preocupación por los más débiles de la sociedad".
Con este tono irónico, Lawson constata el cambio de tono generalizado de la prensa inglesa tras la visita del Papa. El propio Independent, constata, ha publicado comentarios editoriales que “hubiesen sido impensables una semana antes”.
“Cuando alguien es calificado como un monstruo (o ´un viejo villano lascivo con sotana´, como dijo Richard Dawkins) y surge como una modesta figura académica visiblemente incómoda con la grandilocuencia política de una visita de Estado, los opinadores perciben que sus lectores preferirían un tono más amable”, afirma Lawson.
“Sospecho que es precisamente el carácter apolítico del Papa Benedicto XVI que le da un cierto atractivo popular, incluso a aquellos que no son miembros de la Iglesia Católica, y que sin duda no se sienten obligados a seguir sus inamovibles pronunciamientos doctrinales”.
Concluye el columnista, que fue director del Spectator: “La humildad es quizás la más difícil de las virtudes; los más presumidos críticos laicistas del Papa podrían aprender de su ejemplo”.
No es el único comentario al respecto. En el “día después” de la visita, según constata un informe de Catholic Voices, se hace patente la moderación de la prensa inglesa de todos los ámbitos de opinión, así como el unánime reconocimiento del éxito de la visita, contra casi todos los pronósticos.
Repasando una por una las cinco principales cabeceras inglesas, en su edición del lunes 20 de septiembre, el informe muestra cómo ha sido la cobertura de la beatificación del cardenal Newman en Cofton Park.
Así, The Guardian, representante de la izquierda liberal, dedica una doble página a un reportaje sobre la beatificación, firmado por su corresponsal religioso Stephen Bates.
Otra corresponsal, Riazat Butt afirma que “el éxito real de este viaje histórico no fue Benedicto XVI sino su grey, que su rebaño, desafió las expectativas y la publicidad negativa para dar la bienvenida al Papa a Gran Bretaña”.
En la sección de comentarios del diario, un dirigente recuerda a los lectores por qué The Guardian apoyo la visita "a pesar de conservadurismo intransigente y cruel a veces de Benedicto XVI" pues “se trataba de un asunto diplomático serio”.
El editorial no cree que el Papa haya superado “la división religiosa-laica”, pero tiene algunas palabras críticas contra los manifestantes, que "quizás no ven ninguna conexión entre ellos y las turbas anti-papistas del pasado, pero hay un fracaso en dar a la fe el respeto sincero que se le debe”.
En la sección del defensor del lector, se destaca la crítica de muchos lectores hacia lo que consideran la “hostilidad instintiva a la religión” por parte del periódico, aunque el ombudsman alega la extensa cobertura dada por The Guardian a la visita.
Quizás el cambio más sintomático haya sido, como recogía el inicio de esta noticia, el caso de The Independent, periódico que durante el periodo anterior a la visita se había hecho a sí mismo portavoz del sector laicista más agresivo.
En su editorial de ayer, Benedict spoke to Britain, el diario admitía que la visita “había ido mejor, incluso mucho mejor de lo que podía esperarse”, gracias sobre todo “a lo que el Papa dijo y a cómo lo dijo”, mostrando “que tiene un lado mucho más cálido, más humano y menos rígido de lo que parece a distancia”.
“Y respecto a sus alusiones a cuán arriesgado es para la tolerancia desterrar la religión a los márgenes, quizás haya dejado una Gran Bretaña con la mente un poco más abierta que cuando la encontró”, concluye el editorial de forma sorprendente.
Por su parte, el Daily Mail, conservador, publica un comentario firmado por Stephen Glover, en el que afirma que la visita “fue mucho más allá” de un éxito que la propia jerarquía católica no se esperaba: “el Papa habló al alma de nuestro país, afirmado las verdades morales eternas que nuestros propios líderes políticos y religiosos prefieren evitar”.
Uno de los éxitos sorprendenteS que subraya Glover y que recoge el editorial del diario es el “rostro joven” de la Iglesia católica británica, y critica a los ateos radicales contrarios a la visita: “no tienen nada que ofrecer como camino de esperanza para los jóvenes ni para nadie”.
The Times no dedica un editorial, pero sí publica un reportaje de Richard Owen, su corresponsal en Roma, que se sorprende del énfasis del Papa en el “sano pluralismo” y las “diversas tradiciones religiosas”, de la sociedad británica, asegurando que “este no es el hombre que fue elegido Papa hace cinco años.
Por último, el Daily Thelegraph lleva a un Papa sonriente a la portada, y afirma que éste "parecía mucho más preocupado en reconducir el diálogo entre la Iglesia y la sociedad civil que en hacer convertidos”, al tiempo que critica las “exageraciones laicistas”.