El Primado de la iglesia anglicana y arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, afirmó que la visita del Papa Benedicto XVI a Reino Unido ha sido un éxito y echó por tierra los pronósticos negativos de la prensa británica e internacional.
"Lo principal que quiero decir es que ha sido una ocasión extremamente feliz y que el recibimiento que el Papa tuvo de los obispos anglicanos, de la gente en la calle y naturalmente en Westminster Hall ha sido enormemente positivo. La oración ecuménica de la tarde en la Abadía fue intensamente conmovedora para todos los presentes", expresó el líder anglicano a Radio Vaticano.
En ese sentido, dijo que "es una pena que el mundo vea sólo las controversias o las pequeñas cosas negativas, mientras que el inmenso peso de la oración cotidiana, de la comprensión, del amor y de la amistad que hay entre nosotros pasa inadvertido".
Para Rowan Williams, la visita del Papa "fue una ocasión verdaderamente bendita, y la gente salió en masa a las calles para manifestar su fe". "Como muchas personas me dijeron en esta ocasión, cuando se piensa en que esto habría sido totalmente inimaginable hace 40 ó 50 años, incluso al inicio del Concilio Vaticano II, está claro que algo ha sucedido", añadió.
El arzobispo dijo que parte de ese algo "es una vuelta a las raíces, algo de lo que el Papa y yo hemos hablado en privado –son algunos de nuestros entusiasmos teológicos comunes– la herencia de los Padres y de nuevo el rezar juntos ante el sagrario de San Eduardo el Confesor, mirando hacia atrás a la época en la que las fronteras no eran las que existen ahora entre los cristianos– y todo esto es parte, creo, de un cuadro muy positivo".
Indicó que los diálogos no se centraron tanto en las relaciones entre anglicanos y católicos, sino en la situación de los cristianos en Tierra Santa en vísperas del próximo Sínodo de los Obispos sobre Oriente Medio que se celebrará en Roma. "Hemos hablado también de la cuestión de cómo comprometerse en un diálogo racional con el mundo laico", señaló.
Williams expresó que reza para que la visita de Benedicto XVI "ayude a promover la fe en este país y ayude a la gente a reconocer a tantas personas absolutamente corrientes que creen en Dios, creen en la vida sacramental de la Iglesia y fundan su propia vida en todo esto".