La prensa inglesa se ha descubierto finalmente ante Benedicto XVI y unánimente califica de gran éxito el viaje de cuatro días al Reino Unido que el Papa finalizó ayer.
Benedicto XVI ya no es un “Rottweiller” (raza de perro alemán de gran agresividad), como le calificaron los tabloides ingleses en el momento de su elección como sucesor de Juan Pablo II, sino alguien no sólo humano sino incluso con aureola de santidad. “¿Rottweiller? No, es un abuelo santo”, titula “The Sunday Times”, el domininal de calidad de mayor tirada del país. “Fue etiquetado como demonio y martillo de gays, pero Gran Bretaña rápidamente ha aprendido a querer al Papa”, dice este periódico. “The Sunday Telegraph” insiste: “Disipado el mito de Rottweiler”.
La masiva simpatía mostrada por los británicos hacia el Santo Padre durante este viaje, con el simbolismo ayer de un Hyde Park y un centro de Londres repleto de personas que querían saludar al Papa, ha acabado por superar muchos prejuicios en el establishment inglés. Incluso “The Observer”, el dominal de izquierdas, ha optado por un jubiloso Benedicto XVI para su portada, relegando a un rincón la información sobre las protestas contra el Papa día anterior.
El entorno del Papa se muestra especialmente satisfecho por el desarrollo del viaje, consciente de la influencia de la prensa anglosajona en todo el mundo. En este contexto, las fuertes palabras de Benedicto XVI pronunciadas ayer en relación a la controversia sobre la pederastia podrían marcar un cambio de rasante en la polémica.
El propio Santo Padre ha querido reunirse con los responsables de la oficina de prensa del arzobispado de Westminster y con quienes gestionan localmente todo lo relacionado con la pederastia para agradecerles el directo y eficaz modo con que están gestionando este asunto.