Pese a que el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha tratado de quitar todo viso de polémica y confrontación a las palabras de Benedicto XVI sobre el “laicismo radical” en España, algunos dirigentes políticos del socialismo, la izquierda y el nacionalismo han entrado de lleno en ella al criticar las opiniones pontificias.
 
La secretaria del Área de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, dijo este domingo que "el Papa se equivoca gravemente" al hablar de la existencia de "laicismo radical" en España y, por el contrario, aseguró que “el Gobierno de Zapatero ha tratado mejor a la Iglesia católica que otros gobiernos".
 
Asimismo, respecto a las palabras del Papa en España sobre el papel de la mujer, la dirigente socialista dijo que "está equivocado sobre la sociedad española y totalmente desactualizado sobre el papel de las mujeres y no entiende su tiempo histórico".
 
Por su parte, el dirigente de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, dijo que "el viaje ha acabado mal a pesar de la sumisión del Gobierno. Para el diputado el Ejecutivo ha hecho “concesiones en financiación y en la renuncia a la ley de libertad religiosa". Aseguró que las palabras de Benedicto XVI son "una injerencia política inaceptable en instituciones democráticas y el Parlamento"
 
En el marco de la visita del Pontífice a Santiago y Barcelona, Llamazares declaró que “la Iglesia aún no ha pedido perdón por apoyar al franquismo, y por eso es más injusto" el comentario del Papa.
 
Otras voces del ámbito político, esta vez del nacionalismo vasco, también se han alzado para cuestionar las palabras del Papa. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, aseguró que las palabras del Santo Padre le habían sorprendido y que decir que en España "se está viviendo una crisis espiritual como la de los años treinta es, cuando menos, desconcertante. Nos evoca a tiempos que creíamos superados, aunque no olvidados. Tiempos de exaltación católica con consecuencias en la convivencia social".