Si leemos la información que publica este sábado El País, nos encontramos con que según Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Catalana de Comercio, la visita del Papa a Barcelona «es una operación de mercadotecnia impagable. Las molestias e incomodidades que pueda ocasionar se verán compensadas».
Además, considera que «el Ayuntamiento ha sido muy conservador a la hora de calcular lo que genera que millones de personas vean Barcelona el domingo en las televisiones», porque «los beneficios no se verán solo el domingo. Llegarán en dos semanas o un mes. Con vistas a Navidad, seguro que se nota una mayor llegada de turistas a la ciudad, porque es ahora cuando deciden dónde irán y cuando vean la televisión se decidirán por Barcelona».
Sin embargo, el diario del Grupo Prisa titula de la siguiente forma: «El negocio de la visita del Papa pincha». Incluso antes de empezar.
La contradicción se basa en un dato que el periódico considera fundamental: Pau, Roberto y Raquel y otros vecinos del entorno de la Sagrada Familia no han conseguido alquilar la terraza de su domicilio a potenciales asistentes a la consagración del templo que tendrá lugar el domingo.
Y en otro dato: la venta de souvenirs de la visita (llaveros con la imagen del Papa, llaveros, campanitas y medallas) ha tenido «éxito», sí, pero su «poco valor» anticipa el fracaso económico de la visita, hasta el punto de que, según el diario, «la burbuja del negocio papal ha explotado.. El negocio, se consuelan las patronales, llegará a largo plazo, gracias al impacto mediático».
Queda claro, pues, que para El País es un «consuelo» lo que para sus fuentes es una operación de mercadotecnia impagable».