Prudente, didáctico y claro en sus palabras, analiza la relación entre la Iglesia española y el Gobierno dentro del contexto europeo (“no hay ningún país en el que no haya problemas”) y subraya la ilusión de Benedicto XVI ante el inminente viaje a nuestro país. Sobre Santiago de Compostela afirma que es clave en “la cristiandad europea” y respecto a la Sagrada Familia de Barcelona sostiene que el Papa la tiene “muy presente”, tanto por el “significado de la obra y su relación entre arte y fe, como por el valor de la persona de Antonio Gaudí”, cuya causa de beatificación puede verse “animada” con la visita del Pontífice.
-El Papa visitará tres veces España en cinco años: primero en el Encuentro Mundial de las Familias de Valencia de 2006, segundo en el viaje del próximo fin de semana a Santiago de Compostela y Barcelona, y en tercer lugar con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid del próximo verano. ¿A qué se debe este hecho extraordinario?
-Se explica por las ocasiones concretas a las que Benedicto XV ha sido invitado. El Encuentro Mundial de las Familias es un evento al que el Pontífice acude normalmente. Lo mismo ocurre con las JMJ, siempre ha ido a ellas. En estas dos ocasiones no hay nada de particular. Sin embargo, el próximo viaje sí que es algo más específico, pero conectado con dos circunstancias de significado tanto local como más amplio. Santiago de Compostela es meta de peregrinación y tiene una gran importancia para toda la cristiandad europea. La iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona, por su parte, es una obra de arte muy particular por lo que su consagración será una ocasión para dar un mensaje sobre la relación entre el arte y la fe en el mundo de hoy. En ambos casos el significado va más allá de un planteamiento local y genera un gran interés en todo el mundo. La JMJ y el Encuentro de las Familias son ocasiones habituales de presencia del Papa, tal vez la particularidad es que España ha tenido la fortuna de acoger estos dos eventos en los primeros años de pontificado y por tanto ha recibido esta mayor presencia del Santo Padre. La situación se explica, por tanto, analizando las motivaciones de cada uno de los viajes.
-¿El hecho de que España acoja en un corto espacio de tiempo el Encuentro Mundial de las Familias y la JMJ es una casualidad o se debe a la buena salud y a la capacidad organizativa de su Iglesia?
-Evidentemente son eventos que exigen un gran empeño y, por tanto, muestran una capacidad organizativa y de acogida que no todas las iglesias son capaces de garantizar. Países más pequeños o con una comunidad católica menos vasta y experta no se ven con la capacidad de organizarlos. También es necesario movilizar una gran cantidad de recursos humanos y económicos, así como contar con la contribución y hospitalidad de la comunidad para hospedar a los jóvenes y familias que llegan desde otros lugares del mundo a la celebración de estos eventos. Hay, por tanto, diversos aspectos de carácter práctico y de dinamismo y vitalidad de la comunidad que hay que tener presente. El hecho de que España sea capaz de organizar estos grandes eventos con un horizonte mundial como son la JMJ y el Encuentro de las Familias es ciertamente un signo de vitalidad y de buena salud de su Iglesia.
-La otra interpretación de este hecho es que se debe a la preocupación de Benedicto XVI por la situación de los católicos en nuestro país debido a las políticas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
-Pienso que España, como tantos países europeos, vive el problema de la secularización con la discusión de la conservación de los valores cristianos. Esta situación la vive en primera persona la comunidad católica española. El Santo Padre y quien ve España desde fuera se da cuenta de esta cuestión. Sin embargo, hay que reconocer honestamente que no existe ningún país en la Tierra en el que no haya problemas. Cuando hemos estado en Reino Unido se hablaba mucho de la secularización y del hecho de que la Iglesia católica sea una comunidad en minoría, pero el Papa ha ofrecido su mensaje y ha sido acogido muy bien. El Papa también ha estado en Tierra Santa, donde se puede decir que los problemas son mayores que los de España. En el vuelo a Gran Bretaña se le preguntó al Papa si estaba preocupado por el gran secularismo de este país y él respondió que cuando viajo a la República Checa le dijeron que era el país más secularizado de Europa y, sin embargo, se sintió muy bien acogido y se escuchó su mensaje. Lo mismo ocurrió en Francia, donde dijo Benedicto XVI que encontró una Iglesia muy viva. Ahora es el turno de España. Cada país tiene su situación y sus propios problemas, no soy yo quien deba compararlos y decir si el secularismo es en uno más fuerte que en otro. Cuando el Papa visita un país confirma la fe de los creyentes, invita al diálogo y hace entender que el mensaje cristiano es positivo, de modo que pueda ser recibido por quien pone atención y buena voluntad.
-Se espera que el Papa hable en Santiago de Compostela de las raíces cristianas de Europa y de cómo ésta se construyó a través del Camino. ¿Será así?
-Yo no anticipo lo que dirá el Papa. Ni siquiera lo sé. Hay que escucharlo. Es lógico pensar que, viajando a Santiago de Compostela, que es una meta clásica de peregrinación europea, de la fe y de la piedad del continente, el Santo Padre hará referencia a esto. También Juan Pablo II habló de estos temas. Se puede pensar que será uno de los asuntos que el Papa tratará. Para saber cómo lo dirá y de qué otras cosas hablará habrá que esperar a escucharlo.
-¿Qué la parece a Benedicto XVI la figura y la obra de Antonio Gaudí?
-El Papa está informado de que la Iglesia de la Sagrada Familia es una empresa arquitectónica y artística extraordinaria, en la que la relación entre la fe y el arte se exprime con formas muy originales y una grandiosidad de proyecto muy impresionante. Uno puede sentir que esta realidad recoge diversos ángulos del universo material para expresar un significado espiritual. Gaudí ha podido poner en camino una construcción así a través de su profunda fe, de su espiritualidad y de su profundización en la liturgia y en las Sagradas Escrituras. De ahí nace esa riqueza simbólica en las distintas partes de la Sagrada Familia y sus esculturas, que consiguen un gran impacto en la persona que las contempla. Esto el Papa lo sabe y lo considera una cosa muy importante y hermosa que hay que poner en valor con la consagración realizada por él mismo de esta obra que todavía no ha sido completada, pero que ya tiene la capacidad de acoger a una comunidad que reza. La consagración de la iglesia es un tipo de ceremonia muy amada por el Santo Padre porque exprime bien la realidad de la comunidad de la Iglesia. En otras ocasiones cuando el Papa ha realizado ritos de este tipo los ha llevado a cabo con gran emoción y atención. Benedicto XVI tiene muy presentes tanto el significado de la obra, por su relación entre arte y fe, como el valor de la persona de Gaudí. El Papa conoce bien la historia de la Sagrada Familia y su significado, por eso ha aceptado la invitación para viajar a Barcelona. Pienso que es difícil en el caso de la Sagrada Familia separar su valor artístico propio de la personalidad de su autor. Tiene un valor unitario muy significativo.
-¿Puede la visita de Benedicto XVI significar un impulso al proceso de beatificación de Gaudí?
-El Papa respeta el proceso y los tiempos de las causas de beatificación y de canonización. No es él quien debe influir en ellas, han de proceder de forma correcta y seria. Pero ciertamente el hecho de dar visibilidad en el pueblo cristiano a esta obra y a la figura de su autor aumentará la devoción hacia esta persona, lo que puede animar el procedimiento de la causa. Sin embargo, no se trata de un impulso directo, estos procesos se desarrollan con sus dinámicas. En cualquier caso, el hecho de que haya una devoción y una valorización del significado de la obra de Gaudí, hará que muchas más personas lo conozcan, recuerden su intercesión y así la causa se vea apoyada por un consenso popular. El consenso del pueblo cristiano es algo esencial para el procedimiento de las causas de beatificación o canonización. La Iglesia reconoce el valor de modelo de una vida cristiana cuando es el mismo pueblo cristiano el que se la propone y le hace entender que es una figura importante, hacia la que se dirige en la oración para encontrarse con Dios. La presencia espiritual de la figura en la vida de la Iglesia es un elemento importante. El hecho de que el Papa muestre atención y esté presente en esta ocasión favorecerá esta devoción.
-En España, como ha ocurrido en otros países visitados por el Papa, también habrá manifestaciones en su contra. ¿Qué siente el Pontífice ante estas protestas?
-Es obvio que las protestas no le gustan a nadie. Sin embargo, somos muy realistas y sabemos que en el mundo hay ideas y posiciones diferentes, personas que están de acuerdo y aman la Iglesia y al Papa y otras que lo ven de manera diferente o no aprecian el mensaje de la Iglesia. Esto lo sabemos muy bien y no nos sorprendemos porque se manifieste. La experiencia nos dice que casi siempre hay quien muestra que no está de acuerdo. La experiencia de tantos años, tanto con Benedicto XVI como con Juan Pablo II, es que cuando un Papa visita un país es una fiesta para la mayoría de sus ciudadanos. Sobre todo para la comunidad cristiana, por su puesto, pero es también una celebración para otras personas que están interesadas y acogen de forma atenta y voluntaria el mensaje del Santo Padre. Por tanto, hay un excelente motivo para visitar España pese a que alguien esté en contra. Quien protesta tiene derecho a expresar sus ideas pero no a impedir que se exprese la alegría y el afecto que la mayoría siente ante la visita del Papa. En Reino Unido ha habido una demostración clara de esto. Las voces de disenso fueron ampliamente documentadas por la Prensa antes de la visita del Papa y luego, sin embargo, la acogida fue extraordinaria por parte de la mayor parte de las personas.
-Lo mejor es entonces hacer oídos sordos...
-Si uno se deja intimidar por quien alza la voz en sentido contrario privaría a muchísimas personas de una gran fiesta y de la posibilidad positiva de entender y conocer quién es el Santo Padre y qué es lo que tiene que decir. Muchas oposiciones nacen de la falta de conocimiento o de los prejuicios. Cuando uno tiene la objetividad y honestidad de escuchar, ve que Benedicto XVI es una persona con un mensaje positivo que se presenta con gran respeto, humildad, gentileza, afecto y humanidad. Así, lo que podía ser una actitud negativa se convierte en respeto, acogida y una actitud positiva, en definitiva. Esto lo hemos experimentado en varios lugares y en particular en el reciente viaje a Gran Bretaña. Por tanto, aunque en España haya algunas pequeñas discusiones no pienso que condicionarán nada. Si fuera algo que quiere hacer difícil o condicionar el deseo lícito y positivo de la gran mayoría de los españoles sí que sería un error.
-Hay quien dice que este viaje responde a un deseo personal de Benedicto XVI de acudir como peregrino a Santiago de Compostela y de conocer Barcelona. ¿Le parece correcta esta interpretación?
-Cuando todavía era cardenal, el Papa ya quiso ir a Santiago de Compostela con su hermano, aunque al final no pudo cumplir este deseo. Ciertamente, como cualquier persona que es consciente del significado de este lugar, el Pontífice tiene un interés particular por ir a Santiago. Esta es una buena ocasión para acudir como peregrino. La peregrinación es una idea radicada profundamente en la espiritualidad cristiana y del propio Papa. De hecho, en el escudo del Pontífice hay una concha de Santiago, lo que muestra lo presente que está en su espiritualidad. Respecto a Barcelona, la situación es diferente. No existía un deseo específico previo, pero el cardenal Sistach para la ocasión de la consagración de la Sagrada Familia ha encontrado un terreno favorable en el Papa, tanto por el placer de encontrar a la comunidad cristiana de una ciudad importante como Barcelona como por la importancia de este templo, capaz de expresar de una forma tan impresionante la fe, el arte y la liturgia. El Papa quiere dar su contribución en estas cuestiones, como se vio el año pasado durante su encuentro con los artistas en la Capilla Sixtina. Benedicto XVI pretende favorecer el diálogo entre el arte y la fe en sus diversas expresiones. Esta es una ocasión muy favorable para ello.
-¿Cómo consigue llevar a cabo a la vez las tres responsabilidades que tiene: dirección de la Sala de Prensa de la Santa Sede, de la Radio Vaticana y del Centro Televisivo Vaticano?
-Deben ser otros los que juzguen si hago bien o no este trabajo. Yo siempre estoy a la disposición de mis superiores y escucho a mis colegas para saber si están o no satisfechos de mi servicio. Está claro que hay momentos en que se acumula mucho trabajo cuando surgen problemas urgentes. En una situación normal y ordinaria he aprendido bastante a llevar adelante las distintas responsabilidades. Subrayo que aunque la acumulación de trabajo a veces es muy grande, puede ser una ventaja por la sinergia que surge al ser la misma persona la que está al frente de estas tres entidades. Informaciones que puedo conseguir porque tengo una responsabilidad en una institución son muy útiles para los otros organismos. Antes tres personas diferentes tenían que buscar una misma cosa y ahora se hace una sola vez por medio de la misma persona. También se facilitan así las colaboraciones, por ejemplo, entre la Radio Vaticana y el Centro Televisivo Vaticano y entre la Sala de Prensa y la Radio para la búsqueda de informaciones, entre otros muchos aspectos.