El Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña está gestionado por ICV de la mano de Joan Saura. Así le ocurre al Departamento de Medio Ambiente controlado por el mismo grupo parlamentario. Ambas, entre otras, constituyen algunas de las concesiones que tuvo que realizar el socialista José Montilla al ecopartido para poder contar con su apoyo y acceder a la presidencia del Govern.
Paralelamente, ICV es uno de los partidos políticos que más beligerantes se está mostrando con la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona y que será recibido por el Gobierno del que ellos forman parte.
A modo de ejemplo, el último capítulo de su intransigencia con el viaje papal lo protagonizó el teniente alcalde de Acción Social y Ciudadanía del Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà i Carmona, que escribió un artículo ofensivo sobre la visita y la figura del Papa en el diario oficial del consistorio, ‘Barcelona informació’. El político afirmaba en el boletín oficial que “Ratzinger es la expresión de la cara más rancia y más oscura de la Iglesia católica”.
Uno de los argumentos en los que más ha insistido el grupo parlamentario para deslegitimar la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona es su coste. No obstante, ellos mismos se han dedicado a subvencionar a grupos alineados con su ideología. Es decir, que los mismos que protestan por el precio de la estancia pontificia, son los que han recibido cerca de medio millón de euros solamente de la Generalitat en forma de jugosas subvenciones en los primeros nueve meses de año en curso.
La cifra total es de 443.205 euros de los que 266.798 los da Medio Ambiente e Interior, es decir, ICV.
La mayoría de esas organizaciones están hermanadas en el Movimiento laico y progresista que pretende la transformación social a través de “la transmisión de valores laicos y progresistas”. Esos grupos que se nutren de las arcas públicas son Esplais catalans (ESPLAC), Acció Escolta de Catalunya, Associació de Casals y Grupos de Joves de Catalunya, Cooperacció, Escola Lliure el Sol, Fundació Francesc Ferrer i Guàrdia, Entorn sccl, Fundació Terra, y Ateneus Laics i Progressistes.
Esas subvenciones las han tramitado los Departamentos de Interior y Medio Ambiente, controlados por ICV, que en lugar de centrarse en el buen funcionamiento de la policía y los bomberos (labores que se desarrollan en Interior) financia a estos grupos.
¿Por qué Medio Ambiente o Interior dedica sus recursos económicos a subvencionar el movimiento laico y progresista? ¿Por qué en lugar de centrar sus medios en mejorar la situación del objetivo para el que ha sido creado cada uno de sus departamentos se centran en dispersar ese dinero en fomentar una ideología cercana a la que profesan?
Precisamente esa gente que protesta de la visita del Papa por su coste constituyen un lastre económico para la Generalitat de la mano de ICV que utiliza sus parcelas de poder proporcionadas por un necesitado Montilla que a penas cuenta con apoyos parlamentarios para sostener políticamente su presidencia.
Es contradictorio que ICV y sus sectores allegados se quejen del dinero que se dedica a recibir al máximo representante de la confesión más importante del mundo, y cuyas raíces históricas ha construido Europa, pero no tengan inconveniente en que se destine más de 400 mil euros a financiar unas pocas entidades del feminismo radical y del homosexualismo político, algunas de las cuales se dedican a nutrir la protesta por la visita del Pontífice.