En su último comunicado dominical, el director de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa (México), José Manuel Suazo Reyes, ha pronunciado una contundente crítica a los devastadores efectos que la "imposición" de la ideología de género está teniendo entre jóvenes y adolescentes: todos ellos, denuncia, están siendo "confundidos en su identidad y afectados en su desarrollo" global.
El representante de la diócesis se ha dirigido a una diócesis predominantemente católica -más del 94% de los censados se presentan como tal-, advirtiendo especialmente a padres y educadores de la importancia de "cuidar la inocencia y salud mental" de los niños, poniendo especial énfasis en el adoctrinamiento que estos sufren "a través de la televisión, el internet y el adoctrinamiento".
En el documento, Suazo menciona "la importancia de vivir de acuerdo con el diseño que marca la naturaleza" y remarca la inexistencia de evidencias científicas de un "gen homosexual": "Lo que existe es la influencia externa que genera confusión y en consecuencia tristeza existencial, ansiedad y pérdida de la identidad".
Entre algunos de los peligros más destacados de esta ideología, menciona que esta amenaza "gravemente" la identidad física y mental de los menores ya que su objetivo es "deformar el concepto de sexualidad al proponerle a los niños que `su forma de autopercibirse´ no necesariamente debe coincidir con su sexo biológico.
Además, observa que esta confusión impuesta respecto a la identidad sexual "está provocando más estrés en los niños, ya que no solo deben preocuparse de cumplir sus deberes, aprender y portarse bien", sino que también "empiezan a preocuparse para saber a qué género pertenecen".
"La disforia persiste"
Suazo explica cómo la ideología de género también "daña gravemente la salud física de la niñez y la adolescencia": "Los tratamientos de bloqueo hormonal en niños tienen efectos secundarios irreversibles: osteoporosis, infertilidad, problemas cardiovasculares, diabetes y problemas neurológicos. A nivel psicológico puede incrementar la depresión, la ansiedad y las tendencias suicidas. El supuesto `cambio de sexo´ no resuelve los problemas de identidad de las personas: la disforia persiste. Además, se detectado casos de menores mal diagnosticados que hoy deben vivir con las consecuencias".
"La imposición de la Ideología de Género también daña la autoestima y la seguridad de los niños que no están de acuerdo con los perversos conceptos de esta teoría, ya que en la escuela y en la comunidad se enfrentan a un discurso impuesto, pues al sólo hecho de declararse en contra, son objeto de burlas y de etiquetas negativas", expresa.
Otro aspecto negativo para la infancia y la educación son las consecuencias de "experimentar con la crianza" al promover "la negación para algunos niños de tener una familia natural, es decir, un padre y una madre". Todo ello, explica, comenzó con la homologación de uniones homosexuales al matrimonio, sustrayendo a los niños "roles insustituibles" como son el materno y el paterno.
Por último, Suazo denunció un hecho que frecuentemente es pasado por alto, y es la privación a los niños por la ideología de género "de tener una educación científica, apegada a la verdad y de calidad". Esta teoría, "hoy hecha política pública, también niega a los menores el derecho al libre desarrollo de su personalidad, ya que a estos se les somete a un adoctrinamiento feroz".
El representante de la Archidiócesis concluyó invitando a las familias a resistir las embestidas adoctrinadoras de esta ideología mediante la verdadera educación: "Los padres de familia son los primeros educadores de sus hijos, ese es un derecho natural que hay que seguir promoviendo y defendiendo ante las absurdas iniciativas públicas que el Estado está queriendo imponer desde una ideología supuestamente progresista".