El pasado miércoles, el Tribunal de Distrito de Tokio (Japón) consumó la negativa a dar carta de naturaleza a los mal llamados "matrimonios" homosexuales, después de que declarase constitucional la prohibición de estas uniones entre personas del mismo sexo.
La decisión del Tribunal de Tokio secunda de esta forma a la expuesta por el de Osaka el pasado mes de junio, declarando que la postura del Gobierno japonés -partidario de mantener la definición constitucional de matrimonio entre hombre y mujer- no es inconstitucional.
"No permitir el matrimonio de personas del mismo sexo no viola la Constitución", reflejó la sentencia de Osaka.
La decisión de Tokio se materializó al negar a ocho demandantes una indemnización de un millón de yenes -unos 7.000 euros- por considerar que el rechazo de sus solicitudes de uniones homosexuales era inconstitucional.
Los ocho demandantes también se encontraban entre aquellas personas que presentaron recursos similares en 2019 en otras ciudades del país.
La Constitución nipona en su artículo 24 define el matrimonio como una "unión de mutuo consentimiento entre los dos sexos" y el Gobierno no parece tener intención alguna de reformar el texto e introducir estas uniones.
La normativa japonesa para el registro civil se basa en el matrimonio entre hombres y mujeres, lo que incluye cuestiones como herencias, beneficios fiscales y custodia de menores.
Algunas autoridades locales han tratado de emitir certificados en los que se reconocen las uniones homosexuales, pero dichos documentos no son jurídicamente vinculantes.
Tras la decisión, Japón se consolida como el único país del G7 -el foro de las principales economías capitalistas formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- que todavía no se pliega ante el lobby LGBT a la hora de legalizar estas uniones.
Un caso atípico de grandes minorías cristianas
Las cifras de Japón son atípicas en términos porcentuales, ya que aunque la cifra de católicos es muy reducida -no llega al 1%- y con reducidas tasas de uniones matrimoniales, los últimos datos muestran que casi el 60% de las parejas que se casan lo hacen en iglesias católicas o de alguna denominación cristiana, según La Croix. Según la revista Zexy, solo el 16% de los japoneses eligen para su boda una ceremonia sintoísta, mientras que el 24% se casan en ceremonias civiles.
Según la última encuesta realizada por el Instituto Nacional de Investigación de la Población y la Seguridad Social de Japón a casi 8.000 personas, el 17,3% de los hombres y el 14,6% de las mujeres respondieron que no tienen intención de casarse "nunca", lo que supone un incremento respecto a estadísticas anteriores según informa el portal Somoskudasai pero mantiene la tendencia general al matrimonio: el 81,4% de los hombres y el 84,3% de las mujeres albergan la intención de hacerlo "algún día".