Katalin Novak, ministra de Familia de Hungría, ha contado la batería de medidas que su país se ha empeñado en poner en marcha para fortalecer la familia y así aumentar la natalidad. Esta es una de las patas de la política de defensa de la herencia cristiana que Viktor Orban está llevando a cabo en Hungría desde que llegó al poder.
En una entrevista con Catholic News Agency, Novak recordó que “si renunciamos a nuestro cristianismo, perderemos nuestra propia identidad como húngaros, como europeos”.
Un desafío por delante
En estos momentos la tasa de natalidad de Hungría está en 1,48 hijos por mujer, por debajo de la tasa de reemplazo situada en 2,1 hijos, un problema que afecta gravemente al resto de países europeos.
“Tenemos un desafío demográfico por delante”, reconoció Novak, pero su país ya está trabajando duramente para revertir la situación. De hecho, en 2011 la tasa de natalidad estaba en 1,23 hijos. Fue entonces cuando el gobierno vio que había que tomar cartas de verdad en este asunto y para ello se hizo preguntas como: “¿cuál es la razón que está detrás del fenómeno y cómo podemos ayudar a cambiarlo?”.
Batería de medidas
El gobierno de Orban ha impulsado un plan de acción que incluye medidas como que las mujeres que se casen antes de cumplir 40 años pueden pedir un préstamo sin intereses de 31.000 euros. Un tercio del préstamo puede ser condonado si la pareja tiene dos hijos, y totalmente si tiene tres o más hijos.
Por otro lado, las mujeres con cuatro o más hijos estarán exentas de por vida de pagar el impuesto sobre la renta. Y las familias con al menos tres hijos tienen una subvención para comprar un automóvil con capacidad para más de siete plazas.
La ministra Nóvak, junto al primer ministro Viktor Orban
También para la vivienda es un asunto que preocupa a las familias por lo que otras medidas es la reducción del préstamo hipotecario para las familias que tengan hijos.
El futuro de las "familias fuertes"
De momento, aún no hay constancia del resultado de estas políticas profamilia. El tiempo lo dirá. Lo que sí tiene claro la ministra Novak es que “nuestro futuro está en las familias fuertes”.
Sin embargo, la ministra también considera que para que haya familias fuertes más importante que los incentivos financieros es que haya una cultura que aliente y normalice el que haya niños. “Hablamos demasiado de dinero, en realidad, pero tener hijos no es una cuestión de dinero”, afirma.
Por ello, Hungría tiene como objetivo crear una cultura que sea más acogedora para las familias, primero a través de unos valores y luego con una serie de leyes y normativas provida y profamilia. “Sin una identidad fuerte, no se puede asumir la responsabilidad de los demás”, recalca.
Reconocer el papel de las madres
Ahora el Estado emite mensajes públicos sobre que “la vida es un regalo” y que el tener hijos “es una aventura para toda la vida”.
“¿Realmente se reconoce a las madres que cuidan a sus niños? ¿Realmente se valora a esa madre que se queda en casa cuidando a cinco, seis, siete niños y no desempeña un papel activo en el mercado laboral? ¿Realmente las valoramos? ¿Las reconocemos?”, preguntó la ministra.