Josué Gracia y Marta Prados es un joven matrimonio tienen un hijo y hablan de lo que para ellos es ser una familia cristiana. Esta familia cordobesa asegura que el pilar que los une es Dios “ya que el matrimonio está compuesto por 3, los contrayentes y Él. A nosotros una frase que marca nuestro día a día y que marcó nuestro noviazgo fue ‘Dios proveerá’. Todas las dificultades que nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida, las hemos puesto en manos de Dios y Él ha intercedido por nosotros”.
En una entrevista en la web de la Diócesis de Córdoba Josué y Marta hablan de la forma en la que la familia se puede manifestar cristiana hoy en día. El principal es –según cuentan- “ser un testimonio vivo allá donde nos encontremos, es decir, no tener reparo en contar que celebramos los sacramentos de forma asidua, el compartir con nuestros familiares o amigos lo importante que es para nosotros y una formación constante”.
Aunque su hijo es muy pequeño tienen claro la importancia de la transmisión de la fe. “Con el ejemplo y la libertad conseguiremos la mejor transmisión de la fe para él. Por eso pensamos que el guiarle, mostrarle y ofrecerle lo que nos une y nos fortalece es la mejor forma para que sienta el deseo de encontrarse con Dios”, explican.
Familia, Iglesia doméstica
Además, este matrimonio afirma que “el término iglesia doméstica es algo que nos gusta mucho y lo llevamos a la práctica diariamente, rezamos con él, intentamos que durante la eucaristía, aunque por las circunstancias esté siendo desde casa, participe, al menos, de los momentos importantes, es decir, ‘el arbolito, desde chiquitito’”.
Feligreses de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, donde se conocieron. Su comunidad es Matrinovios, “con los que seguimos una formación mensual, además de ser un grupo de vida, donde crecer y formarse a partes iguales, donde compartir y ayudar, donde escuchar y mejorar, en definitiva, un grupo creado por Dios y para Dios”.
En un futuro ambos se imaginan una Iglesia que “sale al encuentro de su rebaño, que no se acomoda a la situación y permanece a la espera y expectante. Además, pensamos que el Sínodo de los jóvenes realizado en el Vaticano y el que se realiza actualmente en la diócesis, son vitales para llegar a todos los jóvenes, pilar indispensable de la iglesia del futuro”.