El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone ha publicado una nueva carta pastoral en la que aborda el aborto, la falta de fervor eucarístico y espiritual o el problema de las personas sin hogar como parte de un mismo problema: la incapacidad contemporánea de “ver más allá de lo material, hacia una espiritualidad más profunda”.
Cordileone presidirá la celebración de una misa de réquiem este 6 de noviembre por las personas sin hogar, como hace desde 2018, motivo por el cual ha publicado esta carta.
Por un enfoque de estos problemas al margen del “sentido sacramental católico”, critica el arzobispo, “la falta de vivienda y el aborto se tratan como cosas separadas”.
Un nexo común entre diferentes problemas
Al contrario, explicó, “hablemos de los sin hogar o de los no nacidos, la cuestión que subyace es la misma”.
Tras recordar que “cada misa es un milagro”, el arzobispo preguntó: “¿Lo vemos? Cuando recibimos la Eucaristía, ¿vemos más allá de las apariencias del pan y el vino la realidad de Jesucristo ofreciéndose por nosotros? ¿Celebramos los sacerdotes los sagrados misterios de una manera que haga visible esta realidad sobrenatural al rebaño que pastoreamos?”.
Respecto al aborto, afirmó que el niño de los primeros meses no se parece al recién nacido igual que el niño pequeño no se parece al hombre o mujer adulto que será en el futuro. “¿Podemos ver, más allá de la apariencia física, que cada niño en el útero es un ser humano y que cada aborto asesina una vida humana?”, interpeló.
Para el arzobispo, lejos de ser cuestiones con un enfoque opuesto, son “dos cosas íntimamente unidas” cuyo nexo es “la reverencia por la Sagrada Eucaristía y por la vida humana donde es más vulnerable e indefensa”.
El sentido sacramental católico
El arzobispo Cordileone concluye afirmando que le preocupan menos “los conflictos que a los medios les gusta proyectar” que los que aborda en su carta, y que preferiría centrarse en reforzar la “unidad de la enseñanza de la Iglesia, basada en el sentido sacramental católico”.
Por ello también ha remarcado la necesidad de orar “por todos aquellos que sufren” la falta de visión de la dignidad humana, especialmente las personas sin hogar. Asimismo remarcó la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad humana, de las personas sin recursos o las víctimas del aborto.
“Su dignidad, como la nuestra, no se basa en habilidades, en su inteligencia, productividad, riqueza, poder o atractivo físico”, explicó.
Esta dignidad, “más allá de las circunstancias del nacimiento o la posición” reside en una realidad humana universal, “incluso en los que no tienen hogar o que no han nacido”, y es que son “hijos amados del Dios viviente”.