El II Congreso Nacional de 40 Días por la Vida celebrado este pasado fin de semana en Madrid ha inculcado a sus líderes, asistentes y voluntarios la importancia del testimonio de la fe en un mundo donde es claramente perseguida. Y lo ha hecho desde múltiples frentes, tanto desde el activismo próvida como desde la fe, el ámbito judicial o recordando la labor de grandes católicos del pasado, como Isabel la Católica.
Uno de los primeros ponentes en recordar el llamado de Juan Pablo II que dio título al congreso, "Seréis mis testigos", fue el dirigente de la Fundación Jérôme Lejeune España, Pablo Siegrist.
Su intervención giró en torno a los intentos de la Unión Europea de incluir el aborto como un derecho fundamental siguiendo las premisas de la Agenda 2030.
En este sentido, destacó que si el respeto por miembros más débiles de una sociedad es el principal termómetro de "la calidad de una civilización", tal catalogación del aborto como un derecho llevará a que "Europa dejará de existir, porque es la reversión total del orden natural. Es hacer que algo malo sea algo bueno".
Pablo Siegrist, durante el II Congreso Nacional de 40 Días por la Vida.
Se trataría de un proceso que, a su juicio, comenzó en 2015 cuando la Organización de Naciones Unidas gestó las bases de la Agenda 2030 bajo el pretexto de la sostenibilidad, incluyendo para ello el concepto de "salud sexual y reproductiva", que no pretende sino "la promoción del aborto como instrumento para garantizar la `libertad´ de la mujer".
Solo así se entiende que tanto los representantes de la Agenda 2030 como buena parte de los parlamentarios europeos afirmen que quienes luchan contra el aborto están "en contra de la mujer y su libertad y su derecho de autodeterminación".
"Como el promover la salud sexual y reproductiva viene de la mano de la ecología y del desarrollo sostenible, pues el mensaje entra muy bien. Y porque la Agenda 2030 nace en función de objetivos cuyo cumplimiento hacen de los estados `mejores´ y tienen sus programas de financiación, permite a las empresas de España acceder a determinadas subvenciones... así es como se genera un activismo a favor de un cambio de paradigma antropológico en la sociedad", destacó.
Siegrist contrapuso dos modelos de Europa, en el que los países donde el aborto se encuentra despenalizado encuentran hoy algunas barreras como son Malta, Polonia o incluso Hungría, país en el que, aunque "el aborto es un derecho de la mujer", se aplican "políticas de apoyo a la familia y se ha reducido el aborto en un 40%".