Desde 2018 el Parlamento portugués está empeñado en instaurar la eutanasia, pero se encuentra varios obstáculos, incluyendo el carácter presidencialista del país y que su Tribunal Constitucional -al contrario que el español- actúa con rapidez y antes de que entre en vigor una norma.
En 2018 el Parlamento ya rechazó una primera ley de eutanasia, con el voto en contra de los comunistas, que veían que iba a dañar especialmente a los más pobres. Con un par de retoques menores, se siguió insistiendo, también los comunistas se sumaron y el Parlamento la aprobó, pero el Presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa -católico que el pasado jueves acudió al funeral del Papa Benedicto XVI- ha usado distintos mecanismos para bloquear la norma ya tres veces.
La última vez sucedió el miércoles, justo antes de ir a Roma al funeral del Pontífice. Como presidente, elevó el texto de la ley al Tribunal Constitucional -aprobada en diciembre- para que compruebe si encaja con la Constitución portuguesa. Si simplemente la hubiera vetado, habría terminado volviendo a aprobarse e instaurarse como ley.
Mayoría pro-eutanasia... pero de sólo un 55% de la cámara
Para entender la decisión, hay que entender los mecanismo legales del país. Rebelo de Sousa bloqueó una vez la eutanasia vetándola a finales de noviembre de 2021, porque el país se acercaba a elecciones anticipadas el 30 de enero 2022 y al disolverse las cámaras el Parlamento no podía rechazar el veto presidencial.
Tras las elecciones de hace un año hay una mayoría parlamentaria pro-eutanasia que podía levantar un veto presidencial... pero no tan grande como para levantar un veto del tribunal. Por eso ha remitido el texto al Constitucional.
Si el Tribunal Constitucional volviese a declarar inconstitucional esta propuesta (como ya hizo en 2021), el Parlamento necesitaría mayoría de dos tercios para imponerla... y no tiene tantos votos. El 9 de diciembre votaron a favor de la eutanasia 126 diputados (socialistas, liberales, animalistas, izquierda en general), con 84 en contra (conservadores, algunos socialistas y comunistas) y 4 abstenciones. Los síes, detalla un artículo en La Vanguardia, supusieron un 55% del total de la cámara o de un 59% sobre los presentes.
En realidad, en 2021 el Tribunal Constitucional dictaminó que la eutanasia puede ser constitucional en ciertas condiciones, y lo que impidió fue aquella propuesta en concreto (por 7 votos contra 5), aunque Rebelo de Sousa espera que bloquee también esta otra.
La Constitución portuguesa dice que "la vida humana será inviolable" y que "en ningún caso existirá pena de muerte".
Marcelo Rebelo es muy popular: en enero de 2021 logró el 60% de votos, más que en 2016. Ya todos le habían visto bloquear 2 veces la eutanasia.
El Constitucional español da vergüenza comparado con el portugués
En cualquier caso, desde España muchos miran con envidia la rapidez del Tribunal portugués, porque 13 años después aún no se sabe si es constitucional la ley del aborto de Zapatero con la que se ha abortado a más de un millón de niños desde 2010.
Tampoco se sabe si es constitucional la ley española de eutanasia de 2021. La Constitución española dice que "todos tienen derecho a vivir", pero en 1985, la sentencia sobre la anterior ley del aborto, especificó que ese derecho no era igual para "todos" y que se podía limitar por otros "derechos".