Ataques a la familia, a la fe, a los valores más básicos, y los cristianos no tienen apenas quien los represente en la política española ni líderes sociales... ¿Qué hacer?

“La historia la cambian los santos, ellos son los que de verdad dejan huella”, ha señalado el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.

Respondía así en una tertulia organizada este miércoles 31 de octubre en la Universidad Francisco de Vitoria con motivo de los 10 años de historia de la Revista Misión (revistamision.com). Esta revista católica, que se distribuye gratuitamente a cien mil hogares de toda España, es probablemente la publicación católica de papel más difundida del país (superada solo por la veterana revista católica infantil “Gesto”, con 150.000 ejemplares).

 ¿Quién influye más? Al final, explicó Munilla, “la forma de influir en el futuro de la sociedad pasa por la conversión. Cuando Ignacio de Loyola decidió servir a Dios, no sabía cuántas ondas saldrían de esa piedra lanzada al agua. ¿Quién recuerda a tal o cual obispo de tal o cual siglo? Pero sí recordamos a San Francisco de Sales, a Santa Teresa de Ávila... El mal no está ‘ahí fuera’. La frontera entre el bien y el mal no está fuera de mí, esa frontera atraviesa mi corazón”, añadió, citando a Solzhenytsin.

Exhortó a la conversión de cada uno porque “Dios puede usar la conversión de uno solo de los aquí presentes para revolucionar el mundo. Ha pasado antes, está pasando y volverá a pasar”, añadió.

¿Cómo unir a los cristianos para que trabajen con eficacia?

Pero, ¿cómo lograr unidad entre los cristianos, o entre la gente que defiende cosas tan básicas como la vida, la familia y el sentido común? ¿Quién los unirá y coordinará?, planteó el público.

El obispo Munilla explicó que lleva años “pidiendo de forma especial al Señor que suscite liderazgos eclesiales y en la sociedad civil. Hay un problema de dispersión. Falta unión porque falta un liderazgo. La comunión surge en torno a liderazgos. Se necesitan personas que tengan ese carisma, que Dios les bendiga, y que surjan a nivel eclesial y civil”.

Después se planteó si los católicos no estaremos bloqueando la acción de Dios. “Ningún país tiene tantas facultades de comunicación en universidades católicas como España. Pero, sin embargo, ¿cuántos comunicadores católicos tenemos que incidan en la vida pública? Es un gran fracaso. Tantos medios invertidos ¿y que no hayan surgido esos carismas? Seguro que la culpa no es del Espíritu Santo”.

Pero para que salgan esos líderes y para que los cristianos se organicen hay que dar varios pasos. Uno de ellos es saber que “nos debemos a Dios, que nuestro público es Dios, que no dependemos del aplausómetro ni de las encuestas, sino de Dios”.

"Hay miedo: quien se mueve, no sale en la foto"

Otro paso ha de ser superar el miedo. “¿Por qué no hemos hecho nada? Por miedo. Miedo al pensamiento único. El poder del pensamiento único es muy grande. Quien se mueve de la foto, ya no sale, y eso es real”, admitió.

También hay que tener claro quién es el “enemigo”... y eso lo explica la Biblia en Efesios 6,12.

En la tertulia para celebrar los 10 años de la Revista Misión participaron también la experta en familia María Lacalle y la expolítica del PP vasco, María San Gil. ReL explicará sus valientes ponencias en crónicas que publicaremos en los próximos días.

Todos los ataques políticos y sociales contra la vida, la fe y la familia, el poder hegemónico que han logrado en apenas veinte años... “ha de tener una causa diseñada, pero ¿diseñada dónde? ¿En logias de masonería? ¿En reuniones de organismos de Naciones Unidas? ¿En fundaciones de grandes fortunas que pactan cómo dirigirnos? Es posible, porque existen estrategias humanas. Pero es tan grave esta crisis de cuestionamiento de la antropología que sólo se explica por una causa superior. Lo leemos en Efesios 6,12: ‘nuestra lucha es contra principados, potestades, los dominadores del mundo tenebroso…”, citó refiriéndose al mundo de lo demoníaco.

Una novela profética: Señor del Mundo, que recomienda el Papa

“Si nos equivocamos de enemigo vamos mal. Entre las cosas que muchos medios ocultan intencionadamente del Papa Francisco están sus 3 invitaciones, tres ya, a que se lea la novela Señor del Mundo. Esta novela de 1907 del escritor anglicano converso al catolicismo Robert Hugh Benson plantea un futuro en que un poderoso político benefactor domina el mundo, mientras logra erradicar a casi todos los cristianos. Es un poderoso clásico de la ciencia ficción distópica.

“En el avión volviendo de Manila, el Papa decía que la actual “colonización ideológica”, con la ideología de género, se ve en esa novela. Es ese falso humanismo de apariencia ética y pacífica, pero que impone su pensamiento único contrario a la ley natural y ley divina”.

El Mal ha cambiado de estrategia: ahora va directo contra la familia 

Después, Munilla planteó una teoría: el mal ya no se centra en la economía, como en el siglo XXI, sino en la familia.

Sí, el espíritu del mal participó en las ideologías del siglo XX, pero esas ideologías fracasaron. Sí, convirtieron la catedral de Moscú en un museo del ateísmo, pero hoy vemos que los países de Europa Oriental, tras el comunismo, tienen más fe que en Occidente. Así que el espíritu del Mal rediseñó su estrategia. Se dio cuenta de que no bastaba con centrarse en la economía… había que centrarse en la familia, porque la familia transmite valores, incluso bajo en un Estado hostil. Ese mal piensa una estrategia en que la familia sea el blanco".

"Vemos hoy un pacto entre marxismo y capitalismo para ir ambos contra la familia. Ponen el dinero como cuerpo y la ideología de género como alma. Chesterton decía que una familia fuerte es más difícil de manipular. En cambio, con el consumismo, con una familia desvinculada, es más vulnerable al control”.

Como señal de que esta es la situación de combate espiritual, señaló que “ahora el Papa nos pide rezar a San Miguel Arcángel contra el demonio –como hacemos desde hace mucho cada día en Radio María a las 7.10 de la mañana- para ser conscientes de que luchamos contra el espíritu del Mal”.

¿Burbujas de cristianos? ¿Cómo plantar cara?

¿Qué pueden hacer las familias cristianas en este ambiente de hostilidad y acoso a la fe? ¿Crear burbujas, intentar pasar desapercibidas?

Munilla explicó un caso que un sacerdote contó en Radio María: una chica de 16 años se había convertido y tenía fe. Su profesor de filosofía en bachillerato un día empezó a insultar de forma denigrante y obsesiva a la Iglesia y se reía de quien tuviera fe, y preguntó en clase si alguno aún era cristiano. Ella levantó la mano. El profesor se puso muy grosero contra la fe y ella decidió irse de clase. El profesor le levantó un parte por abandono del aula.

“No hablamos de Mondragón, hablamos de Madrid, de una chica de 16 años , sola, contra la autoridad. Yo digo que una familia así ha de tener una ayuda externa de una asociación. El director del colegio ha de saber que vendrá una asociación con capacidad de llamar al inspector. El Foro de la Familia, el Observatorio de Libertad Religiosa, quien sea, deben poder crear organizaciones que apoyen a las familias en estas situaciones”.

El riesgo de que nos quiten nuestros hijos

El riesgo, al fin y al cabo, es que los poderes nos quiten a nuestros hijos. [Nota de ReL: sobre esto, ver el caso Bodnariu en Noruega].

“Cuando yo era párroco en Zumárraga una madre me habló de sus hijos que entraban en la droga. Me decía: “me han robado a mis hijos”. Y en esta nueva sociedad, ¿qué va a pesar más? ¿La familia o las redes, el estado, la sociedad? ¿Te robarán a tus hijos?”

Para impedirlo, el obispo propuso tres líneas de acción:

“1- Educar a los hijos en un espíritu crítico ante lo que sucede; por ejemplo, nuestro padre nos comentaba lo que veía en la TV y hacíamos una lectura compartida de los hechos”.

“2- En la adolescencia, los chicos necesitan un ambiente social alternativo, un ambiente que nos cobije, que los hijos encuentren otros chicos similares; hay familias que heroicamente lo movilizan todo para poder ofrecer estos ambientes”.

“3- la familia tiene que vivir la felicidad y alegría, porque en el mundo hay mucha amargura. Las familias numerosas, por ejemplo, suscitan una especie de admiración mezclada con envidia. Esa alegría es una bomba para una sociedad amargada. Pero sí, la batalla para que a mis hijos no me los roben es una gran pelea… porque el enemigo está en casa. ¡El móvil lo tienes en casa!”

La oración en familia... y cuando los padres se emocionan y contagian

Cuando desde el público se planteó la importancia de rezar en familia, Munilla comentó que a los hijos lo que de verdad les impresiona y educa es ver que sus padres se emocionan con la oración.

“Rezar bien en familia es mostrar –no decir, sino mostrar, con nuestra vida- dónde está el centro de nuestro corazón. Los hijos ven si rezas por cumplir o porque lo valoras como algo sagrado. Dijo la Madre Teresa: tus hijos te ven y ven dónde tienes tu centro de corazón… La oración en familia no solo tiene poder, sino pedagogía. Yo recuerdo que mi madre, cuando comulgaba, se arrodillaba, y ella le hablaba a Jesús, le susurraba… y yo, niño de 4 años a su lado, escuchaba lo que ella susurraba a Jesús. Y eso es lo determinante para la vivencia de la fe”.

Para la transformación social, Munilla ofreció algunas reflexiones. Por un lado, dijo que “los nuevos valores supuestamente consensuados del Orden Mundial no existen. Unos valores sin rostro no existen. Y el rostro ha de ser el rostro de Cristo. Los supuestos consensos cambian con facilidad, no se sostienen. La esclavitud tuvo consenso social siempre, hasta hace bien poco, por ejemplo”.

¿Y el debate entre izquierdas e iglesias, que cumple unos 230 años, una antigualla que viene de la Revolución Francesa?

“Creo que ese modelo de izquierdas y derechas ha quedado obsoleto”, comentó el obispo. “Un secularizado de derechas piensa sustancialmente lo mismo que uno de izquierdas. Quizá un cristiano ya no tiene que presentarse identitariamente como de izquierdas o derechas. La clave de lo que hará está en sus valores espirituales. Puedes tener más identificación con personajes considerado de izquierdas que con uno de derechas, o viceversa, porque lo importante de verdad es la concepción del hombre y de la familia. Nos va a costar romper con esos parámetros. Pero yo veo a unos tertulianos discutiendo fuerte y muchas veces pienso ‘de qué discutís, si pensáis sustancialmente lo mismo’”.

El consejero de Castilla que hacía leyes para romper familias

También lamentó la inacción social y política ante las rupturas familiares. “Cuando yo era obispo de Palencia cayó en mis manos una ley autonómica de mediación familiar. Al principio sonaba bien, pero cuando la leí vi que no era para ayudar a que las familias se reconciliaran y unieran, sino para que rompieran de buen rollo. Le dije al consejero de Familia de Castilla y León: ’¿no pensaron en hacer una ley para evitar rupturas?’ Y me dijo: “pues no se nos había ocurrido”.

Por el contrario, la Iglesia se esfuerza en crear cosas que ayuden. Un ejemplo son los Centros de Orientación Familiar, los COF. “Son una de las joyas de la corona de la aportación de la Iglesia a la sociedad. Son hospitales de campaña, como pide el Papa Francisco; matrimonios con problemas, gente herida, acude a ellos buscando restauración, porque el corazón del hombre no es de quien lo rompe, sino de Quien lo restaura”.

En esta interesante jornada para celebrar los 10 años de la Revista Misión participaron también la experta en familia María Lacalle y la expolítica del PP vasco, María San Gil. ReL explicará sus valientes ponencias en crónicas que publicaremos en los próximos días.