El pleno de presidentes del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM) ha aprobado la declaración respecto a la eutanasia y el suicidio médicamente asistido, a propuesta de la Comisión Andaluza de Deontología Médica, según informa R. Maestre en el diario ABC. Con relación al debate existente sobre la eutanasia, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha mostrado a favor de que el Gobierno conjunto con Pedro Sánchez la apruebe, mientras que el CACM se posiciona “respetando, ante todo, la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud”. En octubre del año pasado se elaboró la declaración que este viernes se ha hecho pública.
En ella se hacen una serie de consideraciones previas. Se entiende por eutanasia “la provocación intencionada de la muerte de una persona que padece una enfermedad grave, irreversible o terminal, a petición expresa de ésta, y en un contexto médico”. También aclaran que suicidio médicamente asistido “es la ayuda médica para la realización de un suicidio, ante la solicitud de un enfermo, proporcionándole los fármacos necesarios para que él mismo se los administre”.
Las conclusiones del Consejo Andaluz de Colegios Médicos son que en primer lugar, “la comisión se reafirma en el compromiso de la profesión médica al servicio del ser humano y de la sociedad, así como en el respeto a la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud”. Por ello entiende que “la eutanasia y el suicidio asistido no pueden ser considerados actos médicos “sensu estricto” ya que el respeto a la vida humana pertenece al mínimo ético que define el núcleo de la profesión médica. La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico”.
“No existen variantes éticas de la eutanasia”
La declaración continúa afirmando que “no existen variantes éticas de eutanasia, por compasivos que puedan ser sus móviles, siendo todas ellas deontológicamente reprobables, al representar siempre una afrenta al principio fundamental básico de la no maleficencia (Primum Non Nocere). En dicho sentido, se considera que en la nueva edición del Código de Deontología Médica (CDM) se debe mantener la idea actualmente recogida en el Capítulo VII, de Atención Médica al final de la vida, Art 36.3, ampliando la obligación deontológica respecto a la eutanasia y el suicidio asistido: ‘El médico no deberá nunca provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste’”.
En segundo lugar, y como complemento a lo anterior, “esta Comisión se posiciona a favor del respeto al derecho básico del paciente al rechazo de un tratamiento y a la retirada de una intervención propuesta por los profesionales sanitarios aun cuando de estos derive un acortamiento de la vida o la muerte del mismo; el médico actuará a favor de la adecuación del esfuerzo terapéutico a las circunstancias clínicas concretas y personales; y se manifiesta totalmente contraria a la obstinación terapéutica. Es una obligación deontológica la retirada o no instauración de una medida de soporte vital o de cualquier otra intervención diagnóstica o terapéutica que dado el mal pronóstico de la enfermedad que padece el paciente, en cuanto a la gravedad e irreversibilidad, constituye a juicio de los médicos y demás profesionales sanitarios algo fútil e inútil que carece de beneficio alguno para el paciente”, concluye este apartado de los galenos andaluces.
En tercer lugar, “dado que este documento puede ser conocido por el público general y la confusión existente en la sociedad, -aclara el comunicado- nos parece importante que debe quedar clara la diferencia que existe entre eutanasia y cuidados paliativos. La eutanasia es un acto fuera de la medicina, que busca deliberadamente producir la muerte como un acto finalista, y que ha sido rechazada por la medicina y los médicos siempre y en todo lugar, desde el Juramento Hipocrático hasta la reciente declaración de la Asamblea Médica Mundial”.
“Por otro lado, los cuidados paliativos son un conjunto coordinado de intervenciones sanitarias dirigidas, desde un enfoque integral, a la mejora de la calidad de vida de los pacientes y de sus familias; y afrontando los problemas asociados con una enfermedad terminal mediante la prevención y alivio del sufrimiento junto a la identificación, valoración y tratamiento del dolor y otros síntomas físicos y/o psíquicos o las necesidades espirituales. Consideramos que es realmente prioritario y urgente el acceso universal y equitativo a los cuidados paliativos de calidad en el Sistema Nacional de Salud, por lo que deberían ser asumidos como un deber por parte de la administración sanitaria, dotándolos de recursos necesarios y suficientes para su desarrollo”, termina este apartado.
Por último, la comisión “ratifica la posición de la profesión médica en contra de la eutanasia y del suicidio asistido al ser contrarios a la deontología médica, por lo que considera procedente la inclusión de esta consideración en la nueva edición del CDM”.
Finalmente considera necesario “alertar de los riesgos que representa una ley liberalizadora de la eutanasia y suicidio asistido tanto para la sociedad, en general, como para los más vulnerables en particular”.
La comisión se compone por los vocales natos, los ocho presidentes de las comisiones de Deontología y cuatro vocales de libre elección, en número de cuatro, propuestos por el pleno del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos. En la actualidad, los componentes de la comisión Andaluza de Deontología Médica son: Ángel Hernández Gil, presidente; Joaquín Fdez-Crehuet Navajas, vicepresidente; Eloy Girela López, secretario; Jaime Aparicio Santos; Antonio Sánchez Pajares; María Castellano Arroyo; Eliseo Collazo Chao; José. Mª Domínguez Roldán; Pilar Martínez García; Manuel Checa González; Javier García Monlleó y Enrique Villanueva Cañadas.