Joseph Henrich, profesor de Biología Evolutiva de la Universidad de Harvard, sostiene que el mundo occidental obtuvo su singularidad de los códigos familiares impuestos por la Iglesia Católica en la Alta Edad Media. El portal Religion Unplugged lo recoge en un artículo.
Las restricciones al matrimonio con parientes cercanos o con miembros del propio clan obligó a los europeos y sus descendientes a interactuar y confiar en "extraños" con los que antes no habían estado relacionados.
Mayor confianza en los de fuera
Joseph Henrich ha escrito una teoría sobre cómo la mente y la cultura occidentales se volvieron excepcionales. Ha acuñado el acrónimo OEIRD (occidental, educada, industrializada, rica y democrática) para describir las características de todo esto.
El estudioso asegura que este desarrollo social lo provocó la Iglesia al interferir en los sistemas familiares de los occidentales a principios de la Edad Media. A esto lo llama "Programa de Matrimonio y Familia", un patrón que obligó al mundo occidental a tener un mayor nivel de confianza y honestidad al verse obligado a tratar con personas extrañas.
Una forma de constatarlo es medir los matrimonios entre primos. El investigador da un ejemplo: Italia. En Italia del norte y central, con mucha presencia de clero, la cultura cristiana hizo casi inexistente el matrimonio entre primos.
En cambio, en la Italia del extremo sur, que durante siglos fue de tradición griega y donde la Iglesia latina siempre sería más débil en época medieval, el matrimonio entre primos se mantuvo entre el 3 y el 5% durante siglos, incluso hasta los años de inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
Estos serían los nueve artículos de la "constitución matrimonial medieval":
1- El matrimonio estaba prohibido con parientes consanguíneos, llegando incluso en algún momento hasta primos sextos.
2- El matrimonio también estaba prohibido con parientes "cercanos" dentro del círculo de parientes consanguíneos, es decir, parientes políticos que estuvieran estrechamente relacionados con esa persona.
3- Se prohibió el matrimonio polígamo, incluidas las segundas esposas, así como el uso de esclavas sexuales y burdeles financiados públicamente.
4- Prohibido el matrimonio con no cristianos (a menos que se hubieran convertido).
5- Se creó un nuevo parentesco espiritual, que estableció la institución de los padrinos. Los padrinos y sus familias tenían prohibido contraer matrimonio.
6- Se desalentó la adopción de niños. Hoy en día, cuando la alternativa es el aborto o el infanticidio, la Iglesia tiene una visión diferente de la adopción.
7- Se requería que tanto la novia como el novio, los dos, dieran su consentimiento de forma pública ("Sí, quiero").
8- Se alentó, y en ocasiones exigió, a las parejas de recién casados que establecieran hogares independientes de sus padres. La Iglesia también alentó el uso de la dote para ayudar a financiar esta nueva residencia. La dote solía ser un gasto que recaía sobre los padres de la novia.
9- Se fomentó la propiedad individual de bienes y la herencia por testamento personal. Los individuos podían decidir personalmente adónde iría su propiedad después de su muerte.
En las sociedades donde la Iglesia occidental fue fuerte durante muchos siglos e insistió en su modelo de familia, reduciendo el incesto y los matrimonios forzados, creando lo que hoy llamamos "familia nuclear", allí nace la sociedad OEIRD (occidental, educada, industrializada, rica y democrática), que tiene alto nivel de individualismo, de creatividad, de inconformismo, de confianza en el extraño y de valoración de la honestidad y el pensamiento analítico.
Francis Fukuyama ya anticipó esta teoría de Henrich en Los orígenes del orden político, pero no con tanto detalle. No hace falta decir que estos estándares no se aplicaron estrictamente en las monarquías europeas, donde solían casarse entre familiares.
Henrich y Fukuyama atribuyen gran parte del ascenso de Occidente a este código de familia tan particular. Pero, ahora que la Iglesia es mayoritariamente no occidental, puede que los creyentes de Asia o de África se esfuercen por elevar el derecho al consentimiento de la mujer, o en no promover la convivencia prematrimonial. Sin embargo, ¿cuánto se aplicará del resto del código, por ejemplo, el matrimonio entre primos?
La forma en que la Iglesia no occidental decida manejarlo contribuirá al cómo serán las sociedades africanas y asiáticas en el futuro, incluido su futuro económico.