Cada vez más médicos se dan cuenta de las maniobras para acabar con la ética hipocrática que prohibía matar, bien con la eutanasia, bien con la práctica del aborto.
Y cada vez más toman conciencia de la necesidad de organizarse para defender la ética médica básica frente a una cultura del matar.
En Estados Unidos acaba de nacer, con un manifiesto, la Alliance for Hippocratic Medicine (Alianza por la Medicina Hipocrática) en la que participan:
- la Asociación Médica Católica de EEUU,
- las Asociaciones Médicas y Dentales Cristianas,
- el Colegio Americano de Pediatras
- la asociación que engloba a los médicos cristianos coptos
- con la adhesión y difusión de la FIAMC, la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas.
El manifiesto proclama que “el aborto no es cuidado de la salud”.
Recalca que cuando el médico atiende a una mujer embarazada “estamos atendiendo a dos pacientes distintos”.
“Nuestro deber es proteger y preservar la vida de los pacientes a quienes cuidamos. Nuestros pacientes confían en nosotros para recomendarles lo que es mejor para ellos, independientemente de las tendencias políticas o culturales actuales”, explican estos profesionales sanitarios.
En 2014 en España se presentaba el manifiesto Batas Blancas por la Ciencia donde médicos defendían las mismas ideas provida y de ética hipocrática (aquí en ReL); también en Chile, Argentina y otros países los médicos con bata blanca defienden la ética hipocrática frente a la que mata pacientes
Llegando a un punto clave para entender esta problemática insisten en que “desde el momento en que se introdujo el juramento hipocrático original ha habido una clara separación entre la atención médica y el matar intencionadamente a seres humanos. La ciencia es clara: en el momento de la concepción surge un nuevo ser humano distinto, vivo y completo”.
Por ello, estos médicos y profesionales del ámbito de la salud que firman este comunicado afirman que “el aborto, que es una acción cuya única intención es acabar con esta vida, claramente viola los principios básicos de la ética médica”.
“El aborto no trata ningún proceso de enfermedad y conlleva un daño potencial significativo para las mujeres. La evidencia es clara de que los abortos aumentan el riesgo de parto prematuro en embarazos futuros, aumentan el riesgo de trastornos de salud mental y suicidio de una mujer y aumentan su riesgo de cáncer de mama si aún no ha tenido un embarazo a término. Estos riesgos, y los riesgos de que ella muera por complicaciones relacionadas con el aborto, son aún mayores si el aborto se realiza en el segundo trimestre y más allá. Nuestros pacientes merecen algo mejor”, informan.
¿Por qué 9 de cada 10 ginecólogos siguen sin hacer abortos?
Además, destacan otro dato relevante. Aunque se vende el aborto como una atención médica esencial la realidad es que más del 90% de los ginecólogos y obstetras se niegan a practicar abortos.
“Esto se debe –afirman en esta nota- a que todos reconocemos el aborto por lo que realmente es: la destrucción intencionada de la vida humana a través de métodos bárbaros”.
De este modo, estas asociaciones consideran que “es hora de que aquellos de nosotros en la profesión médica defendamos audazmente la vida de todos nuestros pacientes y exijamos que se proteja a nuestros pacientes no nacidos y que se empodere a nuestras pacientes embarazadas en lugar de mentirles. Las mujeres y sus hijos merecen nuestro apoyo, no la destrucción del aborto”.
El aborto en EEUU se basa en mala ciencia de los años 60
Los argumentos que se utilizaron para la sentencia Roe vs Wade que legalizó el aborto en EEUU se tomó a raíz de los conocimientos de la ciencia de entonces, advierte el manifiesto.
Medio siglo después la ciencia ha avanzado y en todo momento ha ido dando la razón a la causa provida.
“Es hora de que la ley de nuestro país se ponga al día con los avances de la ciencia médica y apoye los derechos humanos de todos nuestros pacientes”, afirman.
“Sería prudente prestar atención a las palabras del fallecido Martin Luther King, Jr.: ‘En algunas posiciones, la cobardía hace la pregunta: ¿es seguro? La conveniencia plantea la pregunta: ¿es político? La vanidad hace la pregunta: ¿es popular? Pero la conciencia hace la pregunta: ¿es correcto? Y llega un momento en que uno debe tomar una posición que no es segura, ni política ni popular, pero debe tomarla, porque la conciencia le dice que es lo correcto’”, concluyen.
Un momento especial en EEUU
El próximo 1 de diciembre el Tribunal Supremo de EEUU tratará un caso relacionado con Misisipi pero que puede sacudir los cimientos del aborto en todo el país. Se trata de la ley de este estado que prohíbe el aborto pasadas las 15 semanas del embarazo.
En cuanto se aprobó esta ley, un juez la bloqueó y la declaró inconstitucional, en una sentencia llena de eslóganes abortistas, en vez de argumentos judiciales.
La Corte de Apelaciones apoyó al juez pro-aborto y habló de que existe un "derecho" al aborto en la etapa "previable" del feto. Pero esto es precisamente lo que ahora el Tribunal Supremo quiere examinar. Y precisamente puede hacer tambalear Roe vs Wade, la sentencia que legalizó el aborto en todo el país. De ser así, el aborto podría ser prohibido en numerosos estados