Se acercan las fechas navideñas y con ellas también los Reyes Magos, que suelen llegar con muchos regalos. Y durante los últimos años uno de los grandes reclamos entre los niños y adolescentes es el de teléfonos móviles inteligentes. Al igual que ocurre con las comuniones niños de 8 y 9 años poseen estos dispositivos móviles que valen varios cientos de euros y con acceso a internet, con todos los riesgos que ello conlleva para los menores.
Los expertos han avisado por activa y por pasiva de los grandes problemas de adicción que generan las pantallas a lo que se une el gran problema que supone abrir la puerta de internet de par en par a los niños, lo que ha provocado que la edad media de acceso a contenido pornográfico online se sitúe en los 11 años.
Padres que sucumben, pero otros que resisten
Pese a ello son muchos los padres que sucumben a las peticiones de sus hijos y regalan estos Smartphone bajo el pretexto de que serán los únicos que no tengan teléfono móvil en su clase.
Brooke Shannon, creadora de esta iniciativa, junto a su marido y sus tres hijas
Sin embargo, también hay muchas familias que han tomado conciencia de este gran problema y se están organizando para retrasar la edad de posesión del primer teléfono móvil. Esto es lo que hizo en Estados Unidos Brooke Shannon, una madre de tres hijas, que ha lanzado la iniciativa Wait Until 8th (Esperar hasta 8º) y que propone un compromiso entre los padres para no regalar a sus hijos un Smartphone como muy pronto los 14 años.
Cuantas más familias juntas, menos presión para los niños
Esta madre sabe muy bien de la presión que sus hijos sufren siendo los únicos de sus compañeros que no tienen un dispositivo de estas características por lo que esta iniciativa tiene como fin el movilizar a toda la comunidad. Si muchos padres se conciencian y movilizan para evitar que sus hijos estén expuestos a estos dispositivos desde tan pequeños, los niños verán que son cada vez más los que son como ellos y no tienen teléfono.
Wait Until 8th plantea un compromiso a los padres al que se han unido ya miles de familias. “Al unirse esto disminuirá la presión que sienten los niños y los padres con respecto a los sí tienen un teléfono inteligente”, afirman en su página web.
De este modo, consideran que “los teléfonos móviles distraen y son potencialmente peligrosos para los niños, pero están muy extendidos en la escuela primaria y secundaria debido a la presión social poco realista y las expectativas de los niños de tener uno”.
Por escrito y con el compromiso de atraer a más familias
Esta iniciativa reconoce que para muchos padres esta es una batalla dura, y el punto central de la iniciativa es por tanto implicar a la “comunidad para ayudar a retrasar la presencia en constante evolución del teléfono inteligente en el aula, la arena social y la mesa familiar”.
Si una familia decide unirse a Wait Until 8th rellena un formulario y se comprometen a implicar a otros padres de la clase de su hijo. Lo ideal, afirman, es que se unan al menos 10 familias. De hecho, la promesa entra en vigor cuando ya se forjado un grupo compacto de familias para apoyarse entre ellas. De otro modo, la presión social a la que aludían anteriormente puede afectar mucho más al niño que si fueran 10 los que crecieran sin teléfono.
Por otro lado, en esta iniciativa se aborda otro posible problema de los padres a la hora de adherirse a este compromiso. Muchos niños, pero sobre todo padres, justifican el hecho de tener un Smartphone explicando que puede haber una urgencia para llamar a casa.
Para esta inquietud, los organizadores de esta promesa recomiendan un teléfono básico que sólo pueda realizar y recibir llamadas y enviar mensajes de texto. Y esto no los excluiría de este pacto entre familias. “El teléfono básico evita muchas de las distracciones y peligros del teléfono inteligente”.
"Dejemos a los niños ser niños un poco más"
La creadora, Brooke Shannon recuerda como estos dispositivos están alterando completamente la infancia de los niños de hoy. “Jugar al aire libre, pasar tiempo con los amigos, leer libros y estar con la familia son actividades postergadas ahora para ganar horas que dedicar a Instagram o Youtube”. Por ello, pide que “dejemos a los niños ser niños un poco más”.
Desde Wait Until 8th justifican el hecho de esperar a tener uno de estos dispositivos por varios motivos:
- Están cambiando la infancia.
- Son adictivos.
- Son una distracción académica.
- Su uso excesivo está alterando el cerebro de los niños.
-Los teléfonos inteligentes perjudican el sueño.
-Interfieren en las relaciones sociales.
- Aumentan el riesgo de ansiedad y depresión.
- Ponen a su hijo en riesgo de acoso cibernético.
- Exponen a los niños a contenido sexual.
- Los altos ejecutivos de empresas tecnológicas prohíben los teléfonos inteligentes para sus hijos.