Gracias a organizaciones como Dale una vuelta, cada vez son más conocidos los efectos adversos que tiene la pornografía. Y no solo en los consumidores, sino también en quienes conviven con ellos. Es el caso de las mujeres y parejas de quienes sufren adicción a estos contenidos, a las que la organización ha dedicado un espacio bajo el proyecto "Nosotras", dirigido por la psicóloga María Contreras.
En conversación con Marta Peñalver en el último número de Revista Misión, Contreras explica que "el primer sentimiento que suelen experimentar las mujeres cuando descubren que su pareja consume pornografía es similar al de una infidelidad: se sienten traicionadas".
Uno de los problemas más frecuentes es que en muchos casos, el hombre lleva accediendo a pornografía durante años sin el conocimiento de la mujer.
Esto, añade la coordinadora de Nosotras, "conduce a un sentimiento de desconfianza, soledad, tristeza y ansiedad" en las mujeres, que comienzan a cambiar de actitud a raíz del descubrimiento. "Muchas empiezan a estar hipervigilantes, espían a su pareja y se obsesionan pensando en qué estará haciendo durante el día, los niveles de estrés son bastante altos y muchas viven esta situación como un trauma".
"Víctimas indirectas" de la pornografía
Baja autoestima, piensan en operarse, adelgazar o cambiar sus hábitos y formas de vestir... son algunas de las consecuencias que tiene este descubrimiento en la pareja, pero pueden llegar a otras más graves como "desánimo, pérdida de la confianza en el amor o complejos e inseguridad".
Por ello Contreras se dirige a estas "víctimas indirectas" de la adicción a la pornografía para ofrecer unas pautas de acción, en palabras de Blanca Elías, presidenta de Dale una vuelta.
En primer lugar, explica que las mujeres no son por lo general las culpables de lo que es una auténtica adicción. "El adicto es un enfermo, una persona que ha perdido el control de su comportamiento y de eso nadie más que la droga en cuestión tiene la culpa", incide.
Y es que la pornografía está diseñada para que sea adictiva: "Siempre quieres repetir. Además, como con cualquier adicción, con el tiempo el cerebro pide mayor intensidad, por eso quienes ven porno cada vez necesitan más contenido, más frecuente, explícito y extremo".
En este sentido, Contreras cuestiona el carácter permisivo que muchas veces adoptan las parejas de los consumidores, asumiendo que "esto es lo que hay".
Lejos de asumirlo, recomienda especialmente por su experiencia que lo que necesitan las mujeres en estos casos es solicitar ayuda y recibir asesoramiento: Lo mejor, concluye, "es hablar con un terapeuta que te pueda ayudar a superar ese dolor".
Un proyecto para "ayudar a entender" la adicción
En el caso de Nosotras, el proyecto surge para "acompañar" a la mujer "en este momento vital, ayudarla a entender lo que está viviendo y caminar a su lado en este proceso de sanación", según se recoge en el portal web de la iniciativa.
Una de las herramientas por las que apuesta el proyecto son los testimonios reales de mujeres que han atravesado esa situación, ofreciendo la posibilidad de sentirse escuchadas, consejos y herramientas útiles de uso cotidiano.
Conforme se consolide la primera fase del proyecto centrada en escuchar a las mujeres de adictos para buscar soluciones a este problema, Nosotras ampliará su base de actuación e información en temas como la adicción femenina a la pornografía o orientar a jóvenes que se encuentran en situación de adicción a estos contenidos.
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