Desde su más tierna infancia, Madison Thacker estaba preparada para ser una firme defensora del aborto. Su familia la educó en el derecho a decidir, su hermano pequeño fue abortado y ella misma fue víctima de abusos sexuales que, inconscientemente, le dieron uno de los argumentos más usados: es preferible el aborto antes que una mala vida para un niño no deseado.
Fue una página web, Live Action, junto con Ben Shapiro y su determinación de encontrar la verdad lo que cambió el rumbo de los acontecimientos e hicieron de Madison una comprometida activista provida.
Pasaba horas ante contenido de televisión pro aborto
Siendo tan solo una niña, Thacker ya creía en el derecho de la mujer a abortar. “Mi familia quería que tuviera las convicciones que ellos elegían para mí en lugar de elegir yo las mías propias”, cuenta a Live Action. Para ello, la sometían durante horas a la televisión, programas y noticias con una marcada editorial abortista que moldeaban poco a poco su pensamiento.
“Sentía que esa era la forma en que se suponía que debía pensar”, afirma. “Por eso no veía nada malo en el aborto. Para mí tan solo era un procedimiento inofensivo que ayudaba a las mujeres”.
Un padre alcohólico, una madre heroinómana y víctima de abusos
También contribuyó el factor psicológico. Thacker recuerda una dolorosa infancia y juventud, marcada por un padre alcohólico y los maltratos de su madre adicta a la heroína.
Ser víctima de una agresión sexual a los 14 años fue demasiado para ella. Aquel episodio llevó a la propia Madison a recurrir a las drogas y a reafirmarse en sus convicciones proaborto.
Las redes sociales, influencers y su círculo de amigos no ayudaban. Le hacían ver que el aborto era solo una forma 'normal y segura' de librar a una mujer de los embarazos no deseados.
Sin embargo, conforme crecía, la joven comenzó a cuestionar sus puntos de vista cuando empezó a tratar con un novio que era provida.
Ben Shapiro le hizo cuestionarse todas sus convicciones sobre el aborto
Decidió buscar la verdad por sí misma, y su novio le sugirió escuchar un podcast presentado por Ben Shapiro, conocido apologista frente a las doctrinas de género.
“Ben mencionó a la página Live Action y busqué sus vídeos en YouTube. Los vídeos que muestran como un ex abortista había practicado abortos fueron muy convincentes. Me enseñaron la cruda realidad sobre el desarrollo fetal y cómo el aborto acaba con una vida de forma violenta. Me arrepentí de apoyar el aborto”, lamentó.
Aquellos vídeos, especialmente los que se enfocan en el primer trimestre, “son especialmente poderosos”, afirma: “Es importante ver la humanidad del bebé en el útero en las etapas iniciales”.
Los procedimientos abortivos del primer trimestre, uno de los vídeos de `Live Action´ que cambiaron a Madison.
Cuestionar la normalización del aborto y una investigación objetiva convirtió a Madison en una firme defensora próvida. “Me ayudó a darme cuenta de que el aborto es un asesinato”.
Represalias: amenazas, presión familiar... y un oscuro secreto
El cambio no salió gratis, y los problemas no tardaron en llegar.
Recuerda un día, hablando con su abuela abiertamente sobre su opinión. No le gustó, y desveló un secreto que su madre había mantenido oculto durante toda su vida.
“Confesó que mi madre abortó, con la esperanza de que reconsiderase mis puntos de vista y me mantuviese a favor”.
La joven lloró por el hermano que nunca pudo conocer. Aquella noticia le impactó: fue como una revelación, y ocurrió justamente lo contrario a lo que su abuela esperaba.
“Al reflexionar sobre el trauma de mi infancia, me di cuenta de que las malas experiencias en la vida son inevitables y que el aborto no es la solución. Me frustra cuando alguien dice que la gente como yo debería haber sido abortada para evitar una mala vida. El aborto no arregla nada, y duele en exceso”, explica.
Desde aquel momento, “me comprometí aún más en mis convicciones provida”.
Desde entonces, la virulencia contra la joven se generalizó por parte de todo su entorno y llega hasta hoy: incomprensión y rechazo por parte de sus amigos, acoso en redes sociales, incluso recibió amenazas que le deseaban que fuese violada.
Enseñar la verdad y ayudar a las madres
Cuantos más ataques recibía, más se reforzaba la voluntad de Madison de contar la verdad sobre el aborto.
“Publico artículos sobre el aborto en un intento de cambiar la opinión de la gente. Hay personas que también me envían mensajes para decirme que mis publicaciones les ayudan a plantearse las cosas y cambiar su opinión del aborto”, afirma. “También ayudo a recaudar dinero para madres que lo necesitan y las pongo en contacto con plataformas de ayuda a madres embarazadas”.
La vida, que parecía rota para Thacker, comienza a sonreírle.
Con su novio provida ha encontrado el amor que no tuvo en su infancia y tiene un empleo como gerente en un trabajo que le apasiona.
Con 22 años, la lucha contra el aborto es su gran dedicación, y pretende dedicarse a ello por entero en el futuro.
“Quiero enseñar la realidad del aborto a las mujeres, y cómo la industria abortista les miente con el pretexto de ayudarlas”, concluye.