Según un informe de 2018 del Ministerio de Sanidad, en España hay más de 850 familias numerosas con ocho o más hijos, y una de ellas es la que forman en Cuenca los Muñoz Moya: Ángel, auxiliar de Farmacia, Esther (que tiene 43 años) y sus diez vástagos, a saber, Israel, Juan, Rebeca, Miguel, María, Pedro, Santiago, Isabel, Carmen y el pequeño Matías, que vino al mundo el 29 de diciembre. Entre el mayor y el menor hay 16 años de diferencia. Todos han venido por parto natural y "todos con un pan bajo el brazo", según declara Esther a Mariano Cebrián en ABC.
"La clave del éxito", explica, "es saber organizarse en función de las necesidades de cada día, como cualquier familia. Los niños se ponen malos, tenemos reuniones en el colegio y tenemos que atender a mil cuestiones, pero hay días que puedes con todo y otros que no puedes con nada". Y añade que su marido "hace honor a su nombre": "Tengo la suerte de contar con un esposo maravilloso, que es muy organizado, y donde no llego yo, llega él". Eso sí, "cuando llega la noche, todos caemos rendidos en nuestras camas".
En cuanto a la economía doméstica, "si te sabes organizar, ajustando el presupuesto de las comidas, de la ropa o de otras cosas, se puede salir adelante". Esther explica que "desde el primer hijo hasta el décimo siempre tienes miedos, por la salud, por quedarte en paro u otras circunstancias, pero a nosotros, afortunadamente, no nos ha faltado nunca nada".
Esther colabora con Adevida Cuenca, asociación que ofrece ayuda a madres ante un embarazo inesperado o en circunstancias difíciles que podría hacerles pensar en el aborto. "La experiencia que yo he podido aportarles", dice Esther, "ha servido para que muchos niños salgan adelante. Esto es algo de lo que estoy muy orgullosa porque ninguna de las chicas que han dado a luz se ha arrepentido; y creo que sus vidas han cambiado a mejor, ya que tener un hijo es un regalo. Al final, cuando tienes a tu bebé en brazos, todo se ve de otro color".
Sobre las bajas cifras de natalidad en España, Esther rompe algunos mitos: "A veces se piensa que tener un hijo es lo peor que te puede pasar porque te roba mucho tiempo, ya sea para viajes u otras cosas, o porque, profesionalmente, tienes miedo a perder tu estatus. Desde mi experiencia, yo puedo decir que teniendo un hijo recibes más de lo que te quita; y te cambia la vida a mejor... Yo tuve dos hijos en plena crisis, cuando no estaba trabajando, e íbamos muy justos, pero para nosotros fue una alegría igualmente".