Iñigo Alli es diputado en el Congreso de los Diputados desde 2016 representando a Unión del Pueblo Navarro. Antes había sido consejero de Políticas Sociales en Navarra. Pero este pamplonés de 45 años, padre de cuatro hijos y católico no proviene del mundo de la política sino que llegó únicamente por un motivo: su hija Inés, nacida con síndrome de Down. Desde aquel momento su vida cambió y decidió que la política podía ser un medio para defender a las personas con discapacidad en una sociedad en la que son aniquiladas o tratadas como ciudadanos de segunda categoría.

Alli tenía un puesto importante como directivo en Caja Navarra. Biólogo especializado en Genética, se formó en Marketing y acabó en el departamento de responsabilidad social corporativa de esta entidad financiera. Y estaba al mando hasta que hace ahora justo diez años, el 14 de febrero de 2009 su vida cambió con el nacimiento de Inés, que llegaba al mundo con una discapacidad.

"La vida hay que encararla con actitud"

“La vida te va poniendo en tu sitio. Si algo he aprendido de mi hija es que la vida viene como viene y hay que encararla con actitud”, afirmaba Alli en una entrevista, explicando el motivo de entrar en política donde se ha convertido en el referente de la defensa de las personas con discapacidad.

Inés ha cumplido diez años este 14 de febrero. Su padre ha querido contar cómo la recibieron en aquel momento y lo enamorados que están de ella

Para celebrar el décimo cumpleaños de su hija Inés y explicar cómo es tener un hijo, en este caso con síndrome de Down, el diputado de UPN ha publicado en las redes sociales una bonita historia del nacimiento de su pequeña, momento en el que también supieron que a los ojos del mundo no era ‘normal’. Y su testimonio se está viralizando rápidamente.

“El otro día volví a ver a Jorge. Hace diez años que no lo veía. Su cara no se me olvidará jamás. Jorge - ahora sé su nombre- era el pediatra de guardia en el Hospital de Navarra aquella mañana del 14 de febrero de 2009. Hoy hace una década en el pasillo de espera me dijo: ‘Enhorabuena, su hija ya ha nacido. Tengo que decirle que parece que su hija ha venido al mundo con síndrome de Down’”, recuerda Iñigo Alli.

Un escalofrío que recorrió su cuerpo

El parlamentario navarro afirma que no sabe qué cara puso ante aquella noticia que le acaban de dar, sino que únicamente recuerda haber preguntado al doctor cómo estaba tanto la niña como Isabel, su esposa. “Ambas están bien”, le respondió el pediatra.

“Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Comenzaba a ser consciente de que mi hija, a quien íbamos a llamar Inés, había llegado al mundo con una discapacidad”, rememora Ignacio Alli.

Sin embargo, “esa sensación de inquietud–explica- duró diez metros, el espacio que llevaba hasta la sala donde estaba Inés, llorando sola. En ese momento, el pediatra colocó con mucho cuidado a mi hija en mis brazos. Inés estaba conmigo por primera vez. Sus párpados superiores se montaban sobre los inferiores. Aquella “chinita” se tranquilizó. Dejó de llorar”.

Una vida distinta, mejor

En ese momento fue cuando supo, según reconoce él mismo que su vida sería “distinta, diferente. Y supe que iba a ser mejor”.

Su mujer se estaba recuperando de la cesárea y todavía no sabía nada de que Inés era una niña con síndrome de Down. El médico le preguntó si quería que los facultativos se lo dijeran. Pero él se negó, quería ser Iñigo el que lo hiciera.

“Entré en la habitación en la que mi mujer intranquila por no saber nada de su bebé. me preguntó: ‘Íñigo, ¿ocurre algo con nuestra hija?’. Le di un beso: ‘cariño, Inés está bien. Es preciosa y tiene síndrome de Down’”, relata el diputado.

¡Inés, qué suerte...!

Sin más tiempo, la mujer le respondió únicamente con un “trae a nuestra hija”. Y según Alli, “en ese momento comenzó una nueva historia en nuestra vida. En nuestra familia. Una historia maravillosa”. Fue a por su hija y pronto se reunieron los tres.

En ese momento, en el Hospital de Navarra ya todos los profesionales de aquel turno sabían que esa mañana había nacido una niña con discapacidad. Entonces, prosigue el diputado, “cuando los tres, Inés, Isabel y yo estábamos abrazados, sonriendo y viviendo la plenitud de nuestra respuesta ante aquella prueba que nos había dado la vida, llegaron para trasladar a planta a la mamá y a su hija”.

Entonces se oyó algo que este navarro se le grabó en el alma. “¡Jo, Inés, qué suerte has tenido al nacer en esta familia!”.

Han pasado ya diez años desde aquel momento, pero aquel pediatra le ha contado a Iñigo en su reencuentro una década después que todavía se acuerdan de “vuestra fantástica reacción ante aquella adversidad”.

Iñigo, con su mujer y tres de sus hijos cuando tomó posesión de su cargo como consejero en el gobierno de Navarra en 2012

"Es un maravilloso reto"

No decidí tener una hija con discapacidad. Sí decidí cómo encarar la vida con ella. Y lo supe cuando mi mujer y yo, sin mediar palabra, nos miramos reafirmándonos en aquel reto. Diez años después puedo decir que es un maravilloso reto. Porque si aquel día mi preocupación era qué le ocurriría a mi hija sin mí. Hoy se ha convertido en el reverso: que sería de mi vida sin Inés”, afirma.

A todos los que puedan vivir una situación como la suya les recuerda que no están solos, que “la felicidad está en celebrar cada pequeño triunfo cotidiano”. Y para acabar explica que “la felicidad no se desarrolla en la perfección sino precisamente en la consciencia de la imperfecta cotidianidad”.

Un único impulso para entrar en política

Inés fue precisamente el impulso que llevó a Iñigo Alli a dejar la comodidad de su posición empresarial para embarcarse en la siempre complicada y muchas veces desagradecida vida política.

Pero antes creó una asociación llamada Síndrome Up, que ayuda y promueve un cambio de enfoque en el tratamiento de las discapacidades. Y esto es lo que también ha intentado hacer desde su escaño primero en el gobierno navarro y luego en el Parlamento español. Gracias a su propuesta se ha aprobado que decenas de miles de personas con discapacidad mental puedan votar en las elecciones.

Iñigo, con representantes de asociaciones de personas con discapacidad

Además, ha denunciado públicamente recientemente los datos de algunos estudios que aseguran que dentro de 15 años no nacerán personas con síndrome de Down. “La discapacidad nos humaniza y si las políticas actuales nos llevan a la desaparición de una población, hemos fracasado como país”, agregaba.

"La política es dar la vida los demás"

Porque Iñigo concibe la política como “dar la vida a los demás. No hay mayor desarrollo personal y profesional  vital que tomar decisiones por el bien de la comunidad”. Esto lo dijo ante un grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad de Navarra, tras presentarse no como un político sino como un padre orgulloso de cuatro hijos, hombre que cree en Dios y que está a favor de la vida, progresista en lo social, navarro, español y europeo.

Y esto lo ha puesto en práctica en el converso defendiendo al más débil, en contra del aborto, y de la eutanasia. Además, ha votado en contra de los proyectos de la ideología de género, que pretendían imponer leyes LGTB, rompiendo incluso la disciplina de voto para ello.

Igualmente, en el Congreso defendió la programación religiosa en la televisión pública española asegurando que “el hecho religioso, al contrario de lo que algunos opinan o desearían, constituye una realidad muy extendida, de enorme impacto en la sociedad y del que participan millones de ciudadanos”. Por ello, reivindicó que no sólo no se suprimiera esta programación como defendía la izquierda sino que se aumentara con contenidos propios que abordarán la participación de la Iglesia Católica y otras confesiones en el devenir de la historia.