Los pedíatras están alertando de los graves casos que cada vez con mayor frecuencia van llegando a sus consultas, niños menores de tres años enganchados a las pantallas y que como consecuencia tienen un grave retraso en el lenguaje. Son pequeños que comen con la pantalla, realizan los viajes en coche con ellas o que incluso pasean en el carro con un soporte para el smartphone.
Este abuso de tabletas y móviles altera el desarrollo natural del cerebro en los menores. Según explica a ABC la doctora María del Pilar Mallada, “se expone a su cerebro, aún inmaduro, a una gran cantidad de estímulos que no está preparado para procesar y eso tiene consecuencias en el desarrollo”. Según explica, en una sola semana, en agosto del año pasado, derivó hasta tres niños desde su centro de salud hacia los especialistas tras constatar déficits de adquisición del lenguaje de esos menores.
“A veces las familias entran en la consulta con el carrito del bebé con el soporte para colocarles el móvil o la tableta. Es muy grave que lo incorporen como un complemento en el carrito para lactantes”, señala esta pediatra.
Pero existe un problema de gran trascendencia. Los padres no son conscientes realmente de las consecuencias. Esta doctora indica a ABC que existe “la falsa percepción que tienen los padres de las horas que pasan sus hijos frente a la pantalla”. De hecho, relata: “Cuando les preguntas cuántas horas pasan frente a la pantalla te dicen que solo una pero no cuentan ni las horas de canguro tecnológico, ni las horas de la comida, ni las que les entretienen durante las compras, etc... en algunos casos extremos han llegado a ser hasta ocho en total, y la media de los pacientes que atendemos supera las dos horas cuando en estas edades las autoridades europeas recomiendan exposición cero”.
"Un problema real y muy importante"
De este modo, la doctora Mallada señala que existe hoy día un consenso claro entre las sociedades de pediatría de que este es un problema que irá yendo a más. “El foco sobre los problemas derivados de la adicción al móvil y a las pantallas se ha colocado siempre sobre los adolescentes cuando hay un problema real y muy importante en lactantes”, advierte.
Una consecuencia gravísima del abuso de las pantallas está siendo el retraso en el lenguaje de los niños, que se debe desarrollar gracias a la interacción del pequeño con su entorno, es decir, sus padres, hermanos… “La mejor manera de ayudar a desarrollar el lenguaje de los niños es interactuar con ellos. Hacerlo en la hora del baño, durante la comida, a la hora de dormir, son momentos importantísimos para agregar información verbal y no verbal que darán lugar al desarrollo del lenguaje y sus precursores”, recuerdan los pediatras.
Y las evidencias científicas existentes son contundentes: “el tiempo frente a las pantallas en menores de dos años impacta en el desarrollo del lenguaje, especialmente en aspecto expresivo”.
Por otro lado, este abuso entre los lactantes puede causar también problemas de irritabilidad y ansiedad porque tienen lo que necesitan de forma muy rápida, los estímulos les sacian rápidamente, y también de déficit de atención cuando estos bebés llegan a los años de aprendizaje escolar.
La sobreestimulación genera además otros problemas graves. La doctora Mallada incide en que estos pequeños “han acostumbrado su cerebro a ir a mil con la superestimulación de las tabletas y al llegar a la clase se rebaja considerablemente ese ritmo de estimulación y se aburren", precisa Mallada.
“Todos los padres tienen claro que no darán drogas a sus hijos. Deben tener también claro que un uso no controlado y excesivo de las nuevas tecnologías puede causar también daños importantes en la salud de sus hijos”, concluye la pediatra.