Cuando los errores se asumen, dejan de ser un factor decisivo para el deterioro de los vínculos afectivos. Además, permite apreciar mejor los aspectos positivos de la otra persona y se valora más huyendo de las descalificaciones.
Por mucho que el paso del tiempo pueda enfriar ciertos gestos los abrazos, los besos y las caricias deben estar presentes para mantener viva la relación. Las parejas que son más cariñosas entre ellas tienen muchas menos discusiones y disfrutan más de la vida y de la relación.
Cuidar el bienestar del otro favorecerá también cuidar nuestro propio bienestar.
Para mantener una buena relación es importante acostumbrarse a decir las cosas, y sobre todo las positivas aunque sean las que más cuestan decir. Las parejas tienen que comprobar que son valorados por sus allegados por medio de sus palabras.
Muchas veces no agradecemos a la otra persona todo lo que nos aporta, y es importante ser agradecidos y reconocer los buenos gestos de los demás también con buenos gestos.
Superar malas rachas juntos y los problemas que pueda tener la relación, dando segundas oportunidades cuando sea necesario.
También ayudan a sacar fuerza para reencaminar una relación que no pasa por sus mejores momentos.
Ayudarse mutuamente y estar disponibles para colaborar con el otro en la búsqueda de la felicidad de ambos.
Hay quién piensa que esto es una señal de debilidad, pero llegan ciertos momentos ante distintas circunstancias en las que es bueno tener a quien quieres al lado.
No vale de nada guardase los sentimientos y que estos sigan creciendo en nuestro interior sin aclararlo con la otra persona, por eso una conversación civilizada es una herramienta muy portante.