La pornografía es uno de los grandes problemas del siglo XXI. Su consumo está completamente generalizado e incluso los niños están expuestos a este contenido. Los efectos son devastadores para la persona y se está multiplicando el número de casos de adicción. Sus consecuencias son físicas, sociales y familiares y muchas vidas se están destruyendo por esto.

Sabiendo la gravedad de la situación, el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, ha publicado una carta pastoral que lleva por título La pornografía degenera y destruye la persona.

En su escrito, el prelado recuerda que “la pornografía daña el cerebro”. No es algo que diga él por su cuenta sino que “es como una droga que crea adicción y es muy difícil de erradicar. Se consume y siempre se quiere más y nunca se sacia. Cuando más se consume, más daña al cerebro”.


Monseñor Pérez añade que “crea una situación en la que la persona se enfrasca y se aficiona de tal forma que el cerebro no tiene capacidad de reaccionar con libertad, está atado como la presa en la trampa”.

Pero además, agrega el arzobispo, “la pornografía mata al amor”.  Cita estudios que asegtuiran que “después de que un individuo ha estado expuesto a la pornografía, se califican a sí mismos con menor capacidad de amor que aquellos individuos que no tuvieron contacto con la pornografía”.


El arzobispo de Pamplona ha visto necesario publicar una carta pastoral sobre la pornografía, cuyo consumo en España es ya masivo

“El verdadero amor queda relegado puesto que la pasión se convierte en utilizar a la otra persona como un objeto de placer y nada más. Por eso es una mentira que bajo capa de satisfacción y consideración del otro, se utiliza de tal forma que se cosifica y se despersonaliza. No existe el amor puesto que es un placer lleno de egoísmo”, añade.

Otro de los efectos de la pornografía es la “violencia” pues “es violenta y es una de las fuentes de la violencia de género”.


Por ello, el arzobispo de Pamplona explica que “al maltratar el cuerpo, se maltrata a la persona. Da ideas torcidas sobre el sexo y se propaga con intereses creados. Los medios de comunicación están –a través de los móviles o tabletas- propagando el fenómeno del sexting (envío de contenidos eróticos). Es un grave momento que requiere poner freno pues de lo contrario se llegará, como ya sucede, a perder la dignidad humana. El auténtico humanismo nada tiene que ver con este pecado muy grave que se ha convertido en un divertimento”.

La solución a este problema para por una “pedagogía sana” de la educación en el amor donde se ponga como finalidad la “auténtica castidad”. Y para ello, Pérez cree que “se requiere retomar las catequesis que el Papa Juan Pablo II hizo sobre el amor, la sexualidad humana y el amor”.

Puede leer aquí la carta íntegra de monseñor Francisco Pérez.

Para conocer más sobre los efectos nocivos de la pornografía:
Dos expertos alertan de las terribles consecuencias de la pornografía, una adicción tabú y creciente